Analizar el mercado
de la telefonía móvil desde el plano de las políticas
económicas entraña diversas dificultades. El primer
factor a tener en cuenta es que se trata de un servicio que las
empresas prestan sobre un bien limitado y de alto valor económico
que pertenece al Estado.
Las señales de telefonía móvil
utilizan un rango del espectro radioeléctrico que no les
pertenece, sino que es de los diferentes estados. Se trata, por
lo tanto, de un sector de la actividad económica que necesariamente
necesita de un grado de control estatal.
La UIT (Unión Internacional de la Comunicaciones),
con sede en Ginebra, es la organización internacional cuya
función reside en asignar los anchos de banda a cada Estado,
de acuerdo a sus necesidades específicas. En la Argentina,
los entes que controlan la correcta utilización de los recursos
limitados del espectro radioeléctrico en relación
con el servicio de telefonía celular son la SeCom (Secretaría
de Comunicaciones) y la CNC (Comisión Nacional de Comunicaciones).
La SeCom, creada por el Decreto 245/96, es la encargada
de asistir al Poder Ejecutivo en el área de telecomunicaciones.
Por su parte, la CNC, creada por el Decreto 1185/90, es la encargada
de controlar a los operadores. Hay que agregar, además, a
la Secretaría de Defensa de la Competencia y el Consumidor
dado que, si bien su función no es específica del
espectro radioeléctrico, fiscaliza el funcionamiento del
mercado de telefonía móvil.
En el aspecto de la libre competencia es importante
tener en cuenta que se está ante un mercado que tiende a
la concentración y donde la aparición de nuevos actores
no sólo se dificulta por la poca cantidad de licencias sobre
frecuencias sino por la enorme inversión inicial necesaria
para proveer el servicio.
En segundo lugar, la problemática debe ser
inscripta dentro del actual marco de constante evolución
en las tecnologías de la comunicación hacia lo que
comúnmente es llamado Sociedad de la Información.
Marco en el cual la telefonía celular se presenta como una
marca de época dada su movilidad y su tendencia hacia la
convergencia tecnológica (la capacidad de recibir diferentes
tipos de señales en el mismo dispositivo). De todos modos,
quizás, sea más acertada la utilización del
plural. Si bien el desarrollo tecnológico lleva a la transformación
de la capacidad de recibir y enviar información como un criterio
para medir el desarrollo, este proceso no se da en todas partes
de manera análoga, por lo que es más acertado hablar
de Sociedades de la Información. La brecha digital no es
la misma en todas las partes del mundo. Es por ello que el presente
trabajo, continuamente, intenta comparar las particularidades de
la situación del servicio en la Argentina con las tendencias
en el resto del mundo. Servicio que, dada la importancia de asegurar
la continuidad de su prestación, el gobierno nacional propuso,
junto con el suministro de Internet, que fuera regulado como Servicio
público. Esta normativa tendría que ser adosada por
la SeCom al proyecto de ley que se presentaría ante el Congreso
antes de fin de año.
Por último, no sólo se trata de dar
cuenta de las particularidades de la situación argentina,
sino de estudiar el funcionamiento de un mercado cuyas reglas no
siempre se muestran de manera evidente. Se trata de un mercado particular
que exige se tengan en cuenta sus condiciones específicas;
cualquier estudio de posibles políticas sobre el sector primero
requiere que se tenga una comprensión detallada de sus características,
sus actores y sus reglas. Por ello este trabajo intenta armar la
panorámica del mercado a nivel local, comparándolo
con otros casos a nivel internacional, a la vez que pone en juego
algunas hipótesis parciales sobre sus tendencias a futuro
y las causas de la inusitada explosión de demanda que experimentó
en el último año.
DESARROLLO HISTORICO DEL MERCADO LOCAL
Según las últimas cifras el índice
de penetración de la tecnología de telefonía
móvil ronda el 50%, lo cual indica que existe alrededor de
un teléfono celular cada dos habitantes. Esto significa que
en la Argentina la cantidad de aparatos de telefonía móvil
en servicio ronda los 18.5 millones.
Si bien cuando los primeros aparatos llegaron al
país, a fines de los años ochenta, se trataba de un
bien de lujo en cambio las tendencias actuales del mercado indican
que los celulares han dejado de ser un signo de riqueza. El 71%
de los actuales usuarios de telefonía móvil poseen
ingresos medios o bajos, al tiempo que el 70% utiliza algún
mecanismo de control de gastos. La similitud entre las cifras no
debe llamar la atención, el inusual crecimiento de la demanda
de telefonía móvil se debe a la entrada de estos sectores
no tradicionales para el mercado de celulares. Frente a la saturación
de los fragmentos más pudientes el mercado se expandió
a sectores que escogen el celular como una alternativa válida
con un costo de instalación tres veces más barata
que las tradicionales líneas fijas. Además, estos
nuevos consumidores deben cuidar de los gastos efectuados en sus
comunicaciones por celular por lo que apelan a diferentes mecanismos
de control.
En torno al desarrollo histórico del mercado
de telefonía móvil en la Argentina la prestación
del servicio comienza en 1988. A partir de este año la compañía
Movicom comenzó a prestar el servicio de manera monopólica
hasta que se sumó la empresa Miniphone, perteneciente a Telecom
y Telefónica. Si bien a inicio de los noventa el servicio
se encontraba limitado por su alto costo, la aplicación del
sistema “paga el que llama” amplió el número
de usuarios de líneas móviles puesto que el costo
del uso de las redes comenzó a ser abonado por el que ejecuta
la llamada y no por el titular de la línea.
Entre 2001 y 2002 se dieron de baja, como producto
de la crisis, alrededor de 700 mil líneas de telefonía
móvil. Sin embargo, en los últimos años esta
tendencia se modificó de manera radical, al punto que la
cantidad de llamadas por celular aumentaron en un 90% con relación
al año 2004 y la demanda de aparatos actual es de un millón
de teléfonos celulares por mes. Ya para diciembre de 2004
el mercado de telefonía móvil había logrado
una penetración del 34%. Y, en el último año
la cantidad de líneas de telefonía móvil en
servicio pasó de 10.1 millones a 17.9. Estas cifras ubican
a la Argentina como uno de los países latinoamericanos donde
el mercado de telefonía móvil se encuentra más
desarrollado. Si bien se encuentra lejos de los promedios Europeos,
se ubica sobre Brasil y justo por debajo de Chile. Para 2006, algunas
consultoras juegan con la cifra de 22 millones de usuarios de telefonía
móvil en la Argentina.
Esta demanda fué alimentada por dos factores.
Por un lado, la entrada de sectores menos acaudalados que los tradicionales
usuarios del mercado de telefonía móvil. Y, por otra
parte, el ingreso de nuevos usuarios más jóvenes.
Un elemento a tener en cuenta a la hora de explicar estas cifras
es el impacto de los planes de financiación para obtener
un aparato (sobre todo los planes de “2X1”) y la disminución
del costo de los aparatos de telefonía móvil. Mientras
que en 2003 el equipo básico con padrón GSM costaba
$ 349 actualmente son ofrecidos a $79. Este bajo costo es posible
dado que los operadores de telefonía celular subsidian el
precio de los aparatos logrando que éstos salgan al mercado
a un precio menor que su costo de producción. De este modo
los operadores se aseguran que la demanda de líneas se mantenga.
Por último, otro factor que explica el enorme
crecimiento del sector es que, para los operadores la telefonía
celular se ha transformado en un negocio más redituable que
el sistema tradicional. Esto se debe a que los precios de la comunicación
móvil se encuentran libres mientras que las tarifas para
telefonía básica se encuentran congeladas desde la
caída de la convertibilidad.
CARACTERISTICAS DE LOS USUARIOS
Una radiografía del actual usuario de telefonía
móvil argentino muestra como promedio de edad los 32 años,
aunque el gran salto de la demanda fue en parte por el ingreso de
usuarios menores de 25. Del mercado de consumidores el 34% lo es
desde hace más de 4 años, mientras que un 35% ha ingresado
al servicio en el último año, lo que realmente marcó
una explosión en la demanda por el servicio de telefonía
móvil. De los usuarios que ingresaron al mercado en el último
año el 44% pertenece a los sectores menos pudientes. El 84.6%
posee una única línea móvil, mientras que el
10.6% dos y el 4.8% más de dos.
En cuanto al gasto promedio este ronda los $40 mensuales
mientras que, en 2002 éste era de $22. Dos cifras que merecen
especial consideración es que el 25% de los usuarios no posee
una línea fija de teléfono y el 70% utiliza algún
tipo de mecanismo de control de gasto ya sea en las modalidades
prepagas o de control. Lo que demuestra la entrada de los segmentos
menos pudientes al mercado. La entrada de estos usuarios se debe
a que el costo de obtener un servicio de telefonía fija es,
en la Argentina, tres veces mayor al exigido por un servicio de
telefonía celular. Mientras que el costo inicial para una
línea fija ronda los 273 pesos, para acceder a un servicio
de telefonía móvil no es necesario un gasto mayor
a los 80 pesos. Un aspecto importante es que estos nuevos usuarios
están gastando tanto como un usuario histórico, dado
que, de acuerdo al INDEC, el número de llamadas ha aumentado
un 90% en el último año.
Sin embargo, la tendencia a futuro parece indicar
el abandono paulatino del modo de abono prepago (con tarjeta) motivado
por los actuales planes con precios más bajos para los contratos
mensuales. Actualmente, de acuerdo a las cifras de las operadoras,
Movistar divide su cartera de clientes 60/ 40 por ciento en relación
con los clientes con contrato mensual; CTI posee 50% de prepagos,
10% con pospago y 40% en el servicio de “cuenta segura”
(una mezcla entre los dos modos de abono que permite gastar hasta
un límite prefijado para luego utilizar tarjetas); Personal
posee una relación 65/35 entre usuarios pre y pospagos. Por
su parte Nextel, abocada al sector corporativo de mayor capacidad
económica, posee únicamente clientes con contrato
mensual.
En cuanto a la comercialización de los aparatos
de telefonía celular propiamente dichos un aspecto a tener
en cuenta es que 7 de cada 10 teléfonos fueron comprados
dentro de los últimos 6 meses. A diferencia de 2004, año
en el cual el 40% de los aparatos tenía al menos dos años
de antigüedad, en 2005 el 80% ha sido comprado en los últimos
meses. Esto responde a diversos factores. Por un lado, está
la entrada de nuevos usuarios pertenecientes a las clases bajas.
A este sector no tradicional del mercado pertenecen más del
40% de los nuevos propietarios, donde 8 de cada 10 compraron un
aparato hace menos de seis meses.
Otro factor que determina el comportamiento de los
consumidores en torno a la compra de los celulares es el veloz ciclo
de recambio de los aparatos. La velocidad de este ciclo de recambio
se ve fomentada por la implementación de nuevas tecnologías.
El 27% de los usuarios, un tercio del mercado, planean comprar un
aparato nuevo en los próximos 6 meses. De acuerdo a Motorola
el ciclo de renovación pasó de 3 años a 12/18
meses debido a la llegada al mercado de nuevas tecnologías.
Por otra parte, los celulares del tipo GSM permiten, mudando la
tarjeta SIM, utilizar la misma línea en otro aparato más
moderno. Esto puede a llevar a que, en el futuro, se mantenga la
venta de aparatos aunque la demanda por nuevas líneas se
estanque. Si esto ocurriese la actual política de los operadores
de subsidiar entre un 25% y un 30% del costo del aparato para aumentar
los usuarios de líneas móviles tendría que
ser revisada.
Las causas más comunes para el abandono de
los viejos aparatos para la compra de nuevos son el servicio de
mensajería rápida (SMS), las pantallas color y las
cámaras digitales incorporadas. El recambio se ve fomentado
no sólo por diversas campañas publicitarias y estudios
de mercado, sino por el evidente deseo de los propietarios de no
quedar desplazados de las últimas tecnologías. Como
ejemplo se puede mencionar la elección de los aparatos con
pantalla color frente a las blanco y negro. De acuerdo a Sony Ericsson
el año pasado el 80% de los aparatos era blanco y negro mientras
que en 2005 la cifra bajo a 72% del total. De acuerdo a la misma
fuente, en Septiembre del mismo año, la cifra se habría
reducido aún más: sólo el 62% de los aparatos
del mercado local no sería a color.
El deseo de tener la última tecnología
también pesa en los consumidores de recursos más modestos.
La marca Nokia diseñó, con el fin de abaratar los
costos, un celular carente de pantalla que probó ser un fracaso
en los estudios de mercado.
La ampliación del mercado hacia zonas de
bajos ingresos, frente a la saturación de los sectores tradicionales,
no es únicamente un fenómeno local. Japón y
Europa occidental, que supieron ser el motor de la "revolución
inalámbrica" de los años noventa, no solo muestran
en la actualidad una desaceleración sino que los indicadores
a futuro parecen indicar una verdadera contracción en sus
mercados de telefonía móvil. Estas dos regiones representan
el 46% del mercado mundial de telefonía móvil. Mientras
que, a nivel internacional y por su nivel de ingresos, 4 de los
10 proveedores más importantes son europeos.
En el viejo continente los índices de penetración
de los teléfonos celulares de Italia, el Reino Unido y Suecia
igualan o exceden al 100%. En Alemania, el país europeo con
mayor población, el índice se acerca al 90%. Se trata
de mercados que han llegado al límite de la saturación
y que comienzan a mostrar signos de desaceleración. En Suecia
y Finlandia, por ejemplo, el mercado se redujo entre un 5% y un
6%.
Por su lado en Japón, que engloba al 13%
del mercado mundial, el índice de penetración es del
71%. Se trata de menos usuarios pero con cuentas múltiples,
que en el cuarto trimestre de 2004 gastaron en telefonía
móvil un 1% menos que en mismo período del año
anterior. El mayor proveedor de telefonía móvil nipón,
NTT DoCoMo Inc., cerró 2004 con una caída en sus ingresos.
Algo que nunca había ocurrido en sus 13 años de historia.
Además, otro elemento que reduce la ganancia
de los operadores es que los entes reguladores internacionales,
cada vez más, permiten la entrada de nuevos actores al mercado
lo que aumenta la competencia.
Frente a la saturación en los mercados tradicionales
los operadores volcaron su atención a las zonas emergentes
como América Latina, Asia o África. De hecho, África
se transformó, entre 1999 y 2004, en el mercado de telefonía
celular de mayor crecimiento. La cantidad de Africanos usuarios
de celulares se elevó en ese período de tiempo de
7.5 a 76.8 millones. Actualmente 1 de cada 11 africanos posee un
aparato de telefonía celular. Solo la quinta parte de este
crecimiento perteneció a Sudáfrica, el país
más rico del continente. De lo anterior se desprende que
el resto de esta nueva demanda responde a zonas donde el ingreso
diario es de dos dólares o menos y donde la relación
entre líneas fijas y habitantes es de 1 sobre 33. Dentro
del continente un caso a tener en cuenta es Nigeria donde los fabricantes
decidieron detener las ventas hasta reforzar las redes que se encontraron
sobrepasadas por la creciente demanda. Esta situación, que
guarda cierta relación de similitud con ciertas zonas de
la Argentina, pone sobre la mesa la cuestión de la necesidad
de mantener un ritmo parejo entre la oferta de líneas y la
inversión en infraestructura para soportar el crecimiento
del sistema.
Por ejemplo, en Septiembre de este año, una
orden judicial prohibió la venta de celulares hasta que las
compañías prestadoras pudieran garantizar el servicio.
Si bien la prohibición fue abandonada al día siguiente
hizo evidente la imposibilidad de la red instalada para dar cuenta
del crecimiento de la demanda de los servicios de telefonía
móvil. En el mismo mes, Personal, Movistar y CTI presentaron
en la Cámara de Diputados un proyecto de inversiones de US$
500 millones, de los cuales 300 estarían destinados a la
ampliación de las redes GSM y a la instalación de
radio bases. Movistar, empresa líder del mercado local, lleva
invertido, desde inicio de 2005, $250 millones en la instalación
de 800 bases de tecnología GSM. La empresa también
hizo público, el 23 de Septiembre de 2005, su intención
de gastar más de US$ 1 millón para ampliar su red
de fibra óptica en la Capital Federal y alrededores. Esta
red ampliada con cinco nodos multiservicios capaces de manejar unos
10 Gigabytes de información por segundo permitiría
a la compañía evitar los actuales problemas generados
por el exceso de tráfico.
Estos planes de inversión se vieron fomentados
por el informe de la Subsecretaria de Defensa del Consumidor que,
a mediados del mes, aseguró un incremento de reclamos del
400% referido a la falta de cobertura o a la sobrefacturación.
Las quejas iban más allá del ya típico colapso
del “Día del Amigo” y otra fechas festivas, donde
el sistema se ve simplemente abrumado por la cantidad de llamadas
y mensajes.
En Diputados las compañías expusieron
la falta de una normativa clara para el sector, dada la superposición
de normas entre los niveles municipales, provinciales y nacionales.
Muchas de estas disposiciones se encuentran en relación con
la instalación de torres y el derecho ambiental, como la
cuestión de las radiaciones no ionizantes en áreas
urbanas.
LOS SERVICIOS
Dentro del universo de consumidores argentinos el
servicio más usado es el de mensajería rápida
o SMS (Short Message Service, Servicio de Mensajes Cortos) que permite
el envió y recepción de cortos mensajes de texto.
Este servicio, con un 81% de adopción por los usuarios, es
utilizado también como un modo de reducir el costo de las
comunicaciones puesto que, estos mensajes poseen un costo que ronda
entre los 13 y los 15 centavos. Se trata de aproximadamente un tercio
del valor de una llamada promedio. En la Argentina el promedio de
mensajes enviados diariamente es de 6 millones, de los cuales el
91% es de índole personal. De acuerdo a información
de los propios operadores, Movistar maneja 500 millones de mensajes
de texto al mes. Por su parte, los clientes de Personal envían
y reciben un promedio de 600 millones en mismo período. Los
nuevos aparatos también permiten el envío y recepción
de mensajes multimedia que no se limitan al texto escrito sino que
puede tratarse de fotografías, sonido e, incluso, video.
Sin embargo, su uso es ínfimo en relación con el de
los mensajes de texto; los usuarios de Movistar apenas envían
700 mil mensajes multimedia por mes contra el millón de Personal.
Si bien es el servicio más utilizado, el
91% de los mensajes rápidos son enviados por usuarios que
tienen entre 19 y 25 años de edad. La expansión del
mercado también incluyó la entrada del sector juvenil
y hasta el infantil.
La entrada del público juvenil más
adepto a la innovación tecnológica, provocó
que los servicios de valor agregado con la bajada de "ringtones"
(piezas musicales que permiten la personalización del aparato
de telefonía celular), cubre pantallas y el uso de los SMS
o mensajes rápidos comenzaran a ser una parte importante
de la facturación de los operadores. Mientras que en 2003
estos servicios apenas representaban el 4.3% del gasto mensual del
usuario promedió en 2005 se elevó al 20%.
La entrada de usuarios de edades más bajas
que la de los sectores tradicionales es un fenómeno que también
se da a nivel internacional donde diversas compañías
dedicadas al público infantil han decido lanzar su propios
aparatos de telefonía móvil. Walt Disney posee, junto
al operador Sprint, una línea dedicada a niños de
entre 8 y 12 años llamada Disney Mobile. En la actualidad
el mercado de telefonía móvil en los Estados Unidos
posee una penetración del 60% frente al 50% que tenía
hace dos años. Además, de acuerdo a un estudio de
mercado realizado por Nueva Cork NOP World Techonology, el 14% de
los niños entre 10 y 11 años poseían un equipo
de telefonía móvil en el año 2004. El porcentaje
es similar al que poseía el grupo entre 12 y 14 en 2002 lo
que demuestra que el mercado apunta cada vez más a bajar
las edades de los usuarios. En el mercado norteamericano el caso
de Disney no se encuentra sólo. La tulpa compañía
Firefly posee 100 mil usuarios menores de 12 años a los que
entrega con un seguro contra la pérdida del aparato. Otros
ejemplos a nivel mundial son Enfora que provee software educativo
para niños de 6 años, Mattel que basa sus celulares
en su muñeca "Barbie", Nokia que utiliza la imagen
de "Hello Kitty" y Versión Wireless que provee
videos de Plaza Sésamo y Nickelodeon. Ciertas voces de alarma
han sonado en los Estados Unidos en torno a estos aparatos. De acuerdo
al grupo Consumers Union plantean un peligro puesto que elevan el
consumismo en las edades más bajas. Por último merece
ser mencionado el caso de Wherify. Esta compañía planteó
la utilización de tecnología GPS (Sistema Global de
Posicionamiento) en los aparatos de telefonía móvil
para que los padres puedan saber la ubicación de sus hijos
en tiempo real. Salvando las distancias, se trata de una razón
similar a la que llevó a muchas familias Argentinas a comprar
celulares a sus hijos adolescentes, sobre todo en la actual atmósfera
de inseguridad.
Queda abierta la cuestión de cómo
la tecnología ha ampliado el control y la vigilancia de la
familia sobre los hijos y hasta que punto no es un elemento nocivo
para la formación de éstos, sobre todo en adolescentes.
Otro servicio utilizado por los usuarios argentinos
es el "trunking" (también conocido como "push
to talk", "presione para hablar"). Este servicio
adicional al aparato de telefonía móvil engloba al
sector más interesante de los consumidores. El 85% de los
usuarios de este servicio pertenece al sector corporativo, son profesionales
o se trata de familias de alto consumo que no utilizan sistemas
de control en su gasto y que suelen pagar las facturas en término.
Este servicio adicional de la telefonía celular convencional
se basa en una tecnología similar a las de las radio bases
de banda ciudadana y comenzó como una alternativa para bajar
los costos de las comunicaciones internas de las empresas. Sin embargo,
cada vez más, los usuarios exigen aparatos con servicios
adicionales o de valor agregado lo cual lleva a que en la actualidad
se comience a ver el inicio de una feroz competencia por estos 520
mil usuarios de alta capacidad adquisitiva cuyo gasto promedio es
de $120 ensuales. Sin duda alguna, se trata de una de las facturaciones
más altas dentro del mercado de telefonía móvil.
Históricamente el mercado local del "trunking"
se encontraba dominado por Nextel que engloba a 432.300 usuarios.
Movistar, que supo ser pionera con 100 mil usuarios, actualmente
se ubica en segundo lugar con 70.000 abonados al servicio Enlace
Directo Movistar. Por su parte, el proyecto de CTI apenas ha logrado
obtener como clientes a unas 1.000 empresas mientras que Personal
se sumaría a la competencia a principios del año entrante.
Ninguno de los operadores quiere quedar afuera de la lucha por,
quizás, el segmento más interesante del mercado.
La utilización de las nuevas tecnologías,
como el mismo celular o el "trunking", de la comunicación
en el campo laboral, abre una cuestión que, dada su complejidad,
excede a estas páginas. Se trata de, hasta qué punto,
la utilización de estos dispositivos que permiten saber la
ubicación de los empleados en todo momento, no se relacionan
de manera directa con la tendencia hacia la flexibilización
y el control laboral.
LOS OPERADORES
La oferta local de telefonía celular se encuentra
repartida entre Movistar, Personall, CTI y Nextel. CTI, del grupo
mexicano América Móvil, posee una cartera de 4.9 millones
de clientes. Nextel, empresa que depende de la compañía
americana NII Holdings, cuenta con poco más de 430 mil clientes.
Lo bajo de la cifra se explica por su política comercial
de apuntar a fragmentos reducidos del mercado como el corporativo.
Sin embargo se trata de un segmento de alto consumo y poder adquisitivo.
El mayor interés de esta empresa se encuentra en el servicio
de “trunking” (“pulsar y hablar”) dedicado
al sector empresarial, lo cual no la dejó fuera del crecimiento
de la demanda dado que el año anterior su cartera de clientes
era de 300 mil usuarios.
En cuanto a Personal, perteneciente al grupo italiano
TIM, tiene 5.1 millones de usuarios en la Argentina. A futuro la
estrategia de Personal difiere de la CTI y de Movistar. Mientras
que CTI y Movistar buscan lograr el mayor número de abonados,
la política comercial de Personal apunta a los usuarios con
mayor gasto mensual.
Por cantidad de abonados, no cabe dudas que la empresa
que domina el panorama local es Argentina Movistar. Esta empresa
es resultado de la fusión entre Movicom Bellsouth y Unifon,
el operador de Telefónica de España. En esta fusión
participaron 15000 personas, lo que la transforma en, quizás,
un caso único en la historia de las empresas de telecomunicaciones
y es un claro ejemplo en un mercado que tiende a la concentración.
Esta empresa presta servicios de telefonía móvil a
7 millones de usuarios y posee unos 3100 empleados en el país.
Pertenece a Telefónica Móviles, la rama de telefonía
celular del Grupo Telefónica. Telefónica Móviles,
al unificar su imagen en trece países tras la marca Movistar,
es la principal compañía de telefonía móvil
mundial para el sector de habla hispana y portuguesa y se ubica
segunda en importancia a nivel mundial. Al cierre del segundo trimestre
de 2005 recaudó un beneficio neto de 927.8 millones de Euros.
Actualmente, Telefónica Móviles opera en 15 países
que suman una población de unos 500 millones de habitantes.
Es necesario comprender que estas compañías
utilizan un bien que es del Estado; el espacio radioeléctrico.
Luego de la fusión entre Telefónica y Movicom, Movistar
comenzó a manejar un excedente dado que, de acuerdo a la
normativa vigente, ninguna compañía puede tener más
de 50 mhz de ancho de banda para la transmisión en telecomunicaciones.
Actualmente, Movistar supera en diversas regiones del país
este margen dado que alcanza los 80 y hasta los 90 mhz, lo que genera
un excedente de 25 mhz.
Actualmente se encuentra abierta la cuestión
sobre que decisión tomará el Estado en torno a este
excedente en el ancho de banda actualmente utilizado por la compañía.
Fecotel, Federación de Cooperativas de Telecomunicaciones,
aprovechó la celebración de sus 40 años ocurrida
a inicios de Septiembre para agradecer al Secretario de Comunicaciones,
Guillermo Moreno, por otorgarle a las cooperativas del interior
del país la frecuencia de 10 mhz necesaria para proveer el
servicio de telefonía móvil. Sin embargo, hasta la
fecha en que estas líneas son redactadas, no existe una toma
de posición del todo clara por el gobierno del Dr. Néstor
Kirchner sobre el cronograma de devolución de estas frecuencias.
Tampoco la decisión de que el excedente en las frecuencias
de Movistar quede a cargo de las cooperativas de telecomunicaciones
parece estar definitivamente tomada a pesar que el primero de julio
el ente regulador del sector, la CNC definió que este cronograma
debía ser desarrollado en un lapso no mayor a 45 días
hábiles por lo cual debería haber novedades desde
el sector oficial a fines de Septiembre. Sin embargo, hasta la fecha,
el Estado no ha dejado en claro el modo en que estas frecuencias
serán devueltas. Gran parte del debate pasa por el modo en
que el Estado debería asignar los 10 mhz en cuestión.
Algunos piensan que las frecuencias deberían subastarse para
que el Estado recaude capital. Hay que recordar que se trata de
un bien limitado de alto valor económico. La última
vez que el Estado Argentino subastó frecuencias para telefonía
móvil fue en 1999 y recaudo US$ 1.273 millones. Se trató
de la entrega de 12 licencias de 120 Mhz, 4 por cada una de las
3 regiones en las que se dividió el territorio nacional.
Otras voces apoyan la opción de llamar a un concurso público
y esta la aparente decisión oficial de entregarle estos 10
mhz a las Cooperativas. La falta de un marco jurídico claro
y de una estrategia definida en los órganos de control evitan
que el mercado tenga algún grado de previsibilidad. De hecho
la actitud de la SeCom contradice la normativa vigente que exige
el llamado a concurso para la asignación de frecuencias.
Esta arbitrariedad en los organismos de control públicos
deja, sin lugar a dudas, la puerta abierta no sólo para los
actos de corrupción sino también para la manipulación
política de un bien público de alto valor económico
como es el espectro radioeléctrico.
Otro ejemplo donde se evidencia la ausencia de posturas
claras que regulen el mercado es el SBU (Servicio Básico
Universal). De acuerdo a la normativa del SBU el 1% de los ingresos
de los operadores debe volver a los usuarios. De acuerdo a la Auditoria
General de la Nación muchos operadores cobran al usuario
este 1% pero no se lo devuelven al Estado. Sin embargo la postura
estatal es la de no crear el Fondo Fiduciario del SBU dado que las
empresas no estarían obligadas a regirse por la normativa
vigente en el decreto 764/00. Mientras que el Estado no tome una
postura clara el destino de los $ 400 millones del SBU queda librado
al azar.
En cuanto a los planes de inversión para
el sector, y de acuerdo a los datos de la Cámara de Operadores
de Telefonía Móvil (CICOMRA), las diversas empresas
tienen planeado invertir US$ 500 millones en infraestructura y expansión
de las redes. Esta inversión básicamente se debe a
la necesidad de remplazar las antiguas redes de tipo CDMA o TDMA
por tecnología de tipo GSM. En la mayoría de los casos
las quejas de los clientes se encuentran relacionadas con la falta
de cobertura de la red GSM, tecnología presente en los nuevos
aparatos. En relación con un celular CDMA un aparato con
base GSM es un 10% más barato, a pesar de lo cual aún
existe un gran número de aparatos que utilizan patrones tecnológicos
anteriores.
Movistar, al ser resultado de la fusión entre
Movicom y Unifon, es la compañía que maneja en la
actualidad la mayor variedad de sistemas. Esto se debe a que Movicom
utilizaba el padrón CDMA y Unifon tenía tanto tecnología
TDMA como GSM. Por su parte Personal posee un 50% de usuarios de
tecnología GSM mientras que CTI tiene un 80%.
Hay que tener en cuenta que en la Republica Argentina
la red de telefonía celular comienza en la frecuencia de
850 mhz siendo analógica. Solo en 1999 el estado subasto
la frecuencia de 1900 mhz que permitió la digitalización
de la red. A partir de 2003 se comenzó la instalación
de la actual tecnología GSM por lo que se trata de una red
con menos de dos años. Es una infraestructura mucho más
débil que la que soportaba el anterior padrón CDMA
y que posee una cantidad de celdas menor para atender a una cantidad
creciente de usuarios. El problema de cambio de padrón fue
una causa problemática para CTI. Esta compañía
utilizaba el padrón CDMA pero al ser comprada por grupo el
mexicano Tellmex, que opera en América Latina con una red
GSM, mudó a sus clientes de un tipo de tecnología
al otro.
Si bien estas variadas tecnologías no poseen
grandes diferencias para el usuario, salvo el TDMA que no soporta
mensajes multimedia, la entrada de los usuarios en el sistema GSM
muchas veces es compulsiva, dado que los fabricantes han dejado
de producir terminales para los otros patrones.
La diferencia de tipos de tecnología entre
las redes, además, en más de una ocasión aumenta
el precio de la comunicación. Sobre todo para aquellos usuarios
que viajan fuera del área de cobertura de su proveedor de
telefonía móvil. El “roaming” (término
anglosajón de difícil traducción, usualmente
interpretado como el acto de caminar sin destino) es un servicio
que los operadores se encuentran obligados a prestar por ley. Se
trata de permitir el uso de sus propias redes a aparatos de otras
compañías que pueden poseer tecnologías diferentes.
La razón por la cual el “roaming” encarece la
llamada es tanto técnica como comercial. En lo técnico
se debe a la disparidad de padrón tecnológico (CDMA,
GSM o TDMA) entre el celular y la red utilizada. Red que pertenece
a un operador que no es el habitual del usuario y que intenta sacar
la mayor rentabilidad del uso de su infraestructura. También
está la cuestión de la disparidad entre patrones de
señales analógicos y digitales lo que dificulta el
envió y recepción de las llamadas. En lo comercial,
la razón por la cual los operadores no prestan demasiada
atención al "roaming" es el bajo ingreso que genera:
apenas el 2% de sus ingresos nace de este servicio.
En el contexto de América Latina y de acuerdo
a la organización 3G Américas que reúne a los
operadores y fabricantes del padrón GSM, a fines de 2004
el número de teléfonos GSM alcanzaba los 61 millones
frente a los 42 millones de tipo CDMA. En la región el crecimiento
de usuarios de GSM fue del 168%, sobre todo gracias al impulso logrado
por el mercado de Brasil. A nivel mundial se calcula que la aceptación
de patrón GSM es del 76%. Actualmente algunos analistas especulan
que, para 2010, la distancia entre la tecnología GSM y CDMA
termine con la llegada de un padrón tecnológico de
tercera generación que reúna las ventajas de ambos
sistemas.
Los límites al crecimiento del mercado son
diversos. Además de la saturación de los sectores
de mercado con mayor capacidad adquisitiva, lo que lleva a la expansión
de la oferta a sectores no tradicionales como los de bajos recursos
y más jóvenes, el crecimiento del sector se encuentra
limitado por el ancho de banda del espectro radioeléctrico
asignado por el Estado y por la infraestructura necesaria para elevar
el número de líneas activas. Un posible modo de mantener
la ganancia de los operadores frente a estas limitaciones es la
apelación a los servicios de valor agregado, lo cual permitiría
darle diversos usos al mismo aparato. Estos nuevos servicios lograrían
mantener la demanda de los aparatos sin necesidad de aumentar las
líneas en actividad. Estos servicios, posibilitados por la
tecnología de tipo GSM, atraería a una masa de consumidores
preocupados por tener la última tecnología disponible,
lo cual genera un rápido ciclo de recambio de los aparatos
en circulación. Vale la pena recordar que, en la Argentina,
el 73% de los celulares tiene menos de seis meses de uso y la velocidad
de recambio en segmentos de alto poder adquisitivo es similar a
la de varios países desarrollados. Sin embargo, la mayor
ganancia obtenida por los operadores aún yace en la llamada
convencional y no en estos servicios de valor agregado.
En la ciudad de Buenos Aires, GYD (Giesecke y Devrient)
empresa dedicada al desarrollo de tarjetas inteligentes cuya facturación
a nivel mundial es de US$ 1.580 millones, estudia el uso de los
celulares para el pago de los servicios de transporte subterráneo
público. Este servicio es posible por un segundo chip que
se instalaría en el aparato y que funcionaría como
una suerte de “Subtecard”. Se trata, en realidad, de
una tendencia mundial. En Republica Checa, por ejemplo, desde 1998
el celular se puede utilizar para llevar a cabo diversas operaciones
bancarias.
Entre estos nuevos usos del aparato de telefonía
móvil vale mencionar la prueba piloto de la tecnología
Digital vides Broadcasting Handheld que Movistar, Albertis Telecom
y Nokia de España realizaron durante el Congreso Mundial
3GSM. Este sistema, utilizado en Madrid y Barcelona, permite la
recepción de diferentes señales de televisión
en los aparatos Nokia 7710 y es una muestra del punto hasta el cual
la tecnología GSM permite la convergencia entre los diferentes
dispositivos multimedia. Sin embargo la convergencia tecnológica,
la capacidad de utilizar un mismo dispositivo para trasmitir o recibir
diferentes tipos de señales, suscita un problema en lo referente
a la lógica comercial de los diferentes medios. A diferencia
del abono telefónico, que se cobra de acuerdo a la cantidad
de uso, la publicidad es el modo de cobro tradicional de las señales
televisivas. La aparente solución del sistema “pay
per view” no es del todo convincente puesto que el costo para
recibir la señal sin que ésta esté solventada
por la publicidad bien puede ser demasiado alto como para generar
un mercado masivo. Por otra parte este tipo de sistemas crean, en
el ámbito local, un problema de definición jurídica
dada la imposibilidad de aplicar la Ley de Radiodifusión
22.285 para dar cuenta de estos nuevos servicios de valor agregado.
En torno a estos nuevos usos de la terminal de telefonía
móvil vale la pena detenerse un instante en la relación
entre los aparatos de telefonía celular y la red informática
Internet. Un riesgo a futuro para el mercado de la telefonía
móvil bien podría ser el uso de tecnologías
alternativas para la comunicación. Entre ellas el VOIP (Voice
Over Internet Protocol, Voz sobre Protocolo de Internet). Este sistema
permite, para los usuarios de computadoras personales, realizar
llamadas a un costo mínimo. En la Argentina el 25% de los
usuarios de Internet ya utiliza alguno de los sistemas que permiten
emplear a la computadora como teléfono. Es importante tener
en cuenta que esta cifra se aplica a los usuarios hogareños
y no a aquellos que utilizan las computadoras de un “ciber
café” o de un locutorio. Una de las actuales limitaciones
de la tecnología VOIP es que para que la comunicación
no tenga ningún tipo de “delay” (retrasos en
la señal) es necesaria una conexión a Internet de
banda ancha. Conexión cuyo abono mensual promedia, actualmente,
los $80 mensuales. El precio de la conexión, más el
de la computadora personal, hacen que este tipo de sistema aún
no pueda volverse de uso masivo.
Pero también podría ocurrir que el
resultado de la relación entre el aparato de telefonía
celular e Internet fuera el contrario. Después de todo no
hay razón técnica alguna que ate al uso de Internet
a la terminal de un computadora personal. Más allá
de la simple posibilidad de bajar “ringtones” o fondos
de pantalla, recibir información climática, de tránsito
o revisar las casillas de correo electrónico de los servicios
gratuitos como Hotmail o Yahoo, es posible la navegación
de las diferentes páginas de la red desde el celular. El,
hoy antiguo, protocolo W.A.P. (Wireless Aplication Protocol, Protocolo
de Aplicación Inalámbrica) ya permitía la navegación
por Internet desde el teléfono móvil. Este sistema
comprimía las páginas y las tornaba blanco y negro
para adecuarlas a las capacidades del celular del usuario. Además,
Se trataba de un sistema lento en comparación con el actual
GPRS (General Packet Radio System). El GPRS permite una navegación
mucho más rápida y fluída a la vez que posee
la ventaja que el cargo se efectúa sobre la cantidad de información
descargada y no sobre el tiempo de la conexión. En el futuro
bien podría darse que la computadora deje de ser el modo
más común y aceptado para acceder a Internet. Si esto
ocurriese el actual comercio electrónico bien podría
transformarse en un comercio móvil.
LOS FABRICANTES
En cuanto a los fabricantes de aparatos y a las
ventas en el mercado argentino, Motorola, Nokia y Siemens controlan
el 70% del mercado. Por su parte, Kyocera y Alcatel proveen a casi
el 20% de los compradores. La marca Samsung, el segundo vendedor
a nivel mundial, se encuentra dedicado al sector de mayores ingresos
del mercado argentino y domina el 10% restante.
Aunque las cifras varían de acuerdo al fabricante,
se puede promediar que, para fin de año, el reemplazo de
un antiguo equipo por uno nuevo (tasa de recambio) va a justificar
entre el 45% y 48% de las ventas en el mercado local. Por otro lado,
se espera que los actuales 200 millones de aparatos que existen
hoy en América Latina se eleven a 300 millones para 2009.
A nivel mundial las proyecciones de los fabricantes son pasar de
2000 millones a 3000 millones en el mismo período de tiempo.
Este crecimiento del número de usuarios se vería posibilitado
por la entrada de la tecnología celular a mercados del tercer
mundo como América Latina y África. Además
se espera que China sea un nuevo mercado dado que la tasa de penetración
actual de la telefonía móvil es sólo del 26%
pero se mantiene un crecimiento anual del 15%.
Entre los fabricantes la innovación se ha
transformado en un factor determinante para mantener la oferta.
Y no solo a nivel local. La falta de esta innovación llevó
a que el grupo alemán Siemens se viera obligado, tras pérdidas
que rondaron los US$ 175 millones en el segundo trimestre de 2005,
a cerrar su departamento de telefonía celular. La caída
en la venta de celulares redujo los ingresos de la compañía
alemana en un 3% y llevó a que ofertara su división
de telefonía móvil a la norteamericana Motorola y
a la taiwanesa Acer. Diversos analistas consideran que la caída
de las ventas se debió a la demora de la empresa en la carrera
de la innovación tecnológica, sobre todo en los aparatos
plegables, los reproductores de música y el acceso de alta
velocidad a Internet.
En la Argentina, la totalidad de estos aparatos
se importan. Durante 2004 se importaron celulares por un monto total
de US$ 600 millones. Entre Enero y Mayo de 2005 la importación
de aparatos de telefonía móvil aumento un 67% en referencia
al mismo período del año anterior. Si bien estas importaciones
se clasifican como bienes de capital, se supone que cerca del 80%
estaría destinado al consumo y no a la inversión.
El 20% de la importación de bienes de capital propiamente
dichos se tratan, en su mayoría, de radio bases importados
para la ampliación de la red local. Esto se debe a que los
celulares se clasifican como bienes de capital debido a su origen
y no a su finalidad. Finalidad que, en la Argentina, se encuentra
más cerca al consumo personal que a la reproducción
del capital. Junto con otros productos que se clasifican de manera
análoga, como los aires acondicionados y las computadoras
personales, este modo de clasificar puede decantar en el error de
relacionar de manera directa una mayor importación de bienes
de capital con un alza en la capacidad industrial local.
Si bien la totalidad de los teléfonos móviles
actualmente debe ser traída del exterior a finales de agosto
de 2005 el Gobierno Nacional anunció la salida al mercado
de un celular con un 70% de componentes de producción nacional.
El aparato, que saldría al mercado dentro de los próximos
tres meses, tendrá un costo de US$ 48.70 aunque su precio
al público es de US$ 25. La posibilidad de vender el aparato
por debajo de su costo se debe a una práctica común
del mercado de telefonía móvil, en la que los proveedores
del servicio absorben parte del costo de los aparatos. De este modo
el costo de los equipos es lo suficientemente bajo como para fomentar
el aumento de las líneas y de los usuarios. El proyecto de
NG Electrónica, financiado en parte con un fideicomiso destinado
a fomentar los proyectos nacionales en el área de telecomunicaciones,
es la comercialización de un celular tribanda con soporte
de red GSM.
A MODO DE CIERRE
Las cifras del mercado de comunicación inalámbrica
son apabullantes, tanto a nivel local como internacional. Hay que
tener en cuenta que éstas se logran sobre un bien limitado
que pertenece al Estado: el espectro radioeléctrico.
Por otra parte, en el nuevo ambiente de la Sociedad
de la Información, la capacidad para transportar información
no sólo se ha tornado un factor estratégico en si
mismo sino que, además, es un nuevo parámetro con
el cual medir el desarrollo de las naciones.
De lo anterior se desprende que se trata un mercado
que debe ser objeto de regulación estatal. Sobre todo por
su tendencia natural a la concentración, dado el alto costo
de la inversión inicial para prestar el servicio así
como al limitado número de frecuencias llamadas a licitación.
Este fenómeno no es sólo local sino que se trata de
una tendencia a nivel internacional. Por otra parte, dado que depende
de un espacio radioeléctrico que es finito, el servicio exige
para su correcto funcionamiento una reglamentación que limite
los excesos.
Pero, para que el Estado regule correctamente al
mercado de telefonía móvil, es necesario no sólo
una normativa clara sino que ésta sea respetada por los entes
que controlan el funcionamiento del sector. Es importante que exista
un política precisa y a largo plazo del Estado hacia el mercado
de la telefonía celular; hace falta que los entes reguladores
determinen un plan estratégico con objetivos concretos que
excedan a las actuales tácticas a corto plazo.
Este plan debería llevar a la práctica
los cuatro objetivos básicos de la Política Económica.
Estos objetivos son tanto de naturaleza económica como política.
En cuanto a los primeros se trata del crecimiento y del desarrollo.
El segundo grupo, la búsqueda de la justicia y la libertad,
entabla más incógnitas que certezas en el ambiente
de las nuevas tecnologías de la comunicación, dado
que pone en juego cuestiones irresueltas como el libre acceso, las
nociones de servicio público y la brecha tecnológica
entre las diferentes clases sociales.
En la Argentina actualmente estas condiciones no
se cumplen, lo que sumerge al mercado en la arbitrariedad. El Estado
Argentino no sólo esta dejando de lado a uno de sus bienes
de mayor valor económico sino que, también, esta desprotegiendo
a los usuarios de la telefonía móvil.
No es el mejor modo para entrar en la Sociedad de
la Información. ©
Gran parte de la información
brindada en esta nota ha sido recopilada y procesada por Ismael
García Fornasero, perteneciente a la carrera de Ciencias
de la Comunicación, UBA.
Becerra, Martín "Sociedad de la
información, proyecto, convergencia, divergencia", Grupo
Editorial Norma, Bs. As., 2003.
La información con la que se nutre este
articulo ha sido recaba tanto de medios periodísticos nacionales
(Clarín, La Nación, Infobae) como de medios internacionales
(The Wall Street Journal). También han sido consultadas las
operadoras del servicio en la Argentina, algunas consultoras especializadas
como Prince y Cooke asi como el INDEC, los diferentes organismos
de control público y publicaciones de la Facultad de Ciencias
de la Comunicación de la UBA.
Castellano Terz, María Fernanda
y Fargosi, Alejandro; "Transmisión de datos y video
a pedido", en Revista Comunicaciones, Instituto de Derecho
de las Comunicaciones, Facultad de Derecho, UBA, año II,
N 6.
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