Facultad de Derecho - Universidad de Buenos Aires Instituto de Derecho de las Comunicaciones
 
AÑO I | Nº 4
   

 

 
Alberto Gabrielli
Editorial

 
Alberto Gabrielli
Abogado (UBA)
Director Ejecutivo del Instituto de Derecho de las Comunicaciones (Facultad de Derecho - UBA)
Presidente de la Comisión de Políticas y Estrategias (UIT-D)
...................................................................................................................................................................................

I

Cuando el cuarto número de © Comunicaciones esté en la calle, el resultado de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos habrá sido develado. Es una elección que comprometerá el destinos de millones de personas de los cinco continentes.

Las telecomunicaciones nos han permitido seguir, de cerca y en tiempo real, ese proceso, incluidos los tres debates presidenciales.

La guerra contra el terrorismo, iniciada por George W. Bush, después del “9-11” ha concentrado la atención de los hombres y mujeres de todas las latitudes. De hecho ha sumado y comprometido activamente al occidente cristiano en una guerra santa con el mundo mahometano.

En un comentario sobre el Islam, Henry A. Kissinger sostuvo que no puede observárselo desde la perspectiva del Siglo XXI, porque su maduración como sociedad se aproxima más al de Europa durante la Edad Media, cuando los obispos de la Iglesia Católica mandaban a la hoguera a los herejes.

De uno u otro modo hemos quedado involucrados en un conflicto de evolución impredecible.

Por primera vez, Estados Unidos ha sufrido un ataque enemigo en su propio territorio. Y por primera vez, en tiempos de paz, las cuestiones de seguridad interior y de política exterior y lucha contra el terrorismo han superado a otros temas: la recesión, el desempleo o la educación, como centro de la campaña política.

Una conmoción de tal magnitud, en la primera potencia mundial, inquieta naturalmente a todos los países, porque la decisión tomada por el electorado americano los afectará, quizás más allá de la próxima década.

La globalización se presenta descarnada, evidenciando que el futuro está y seguirá ligado, a resoluciones y procesos de los que somos ajenos y que tendrán –nos guste o no nos guste– efectos sobre nuestras vidas.

Debemos registrar que el resultado de la confrontación de los candidatos norteamericanos, influirá en el curso de de la historia de nuestro país.

Reconocer y administrar esta realidad y conducirnos dentro de su compleja evolución, es un desafío para la clase dirigente local.

II

Durante el 2004 Argentina ha mostrado la fuerza de sus dones naturales, evidenciando una extraordinaria capacidad de recuperación para superar el caótico fin de la convertibilidad: pasó, de una crisis profunda, a un crecimiento razonable y sostenido.

Los observadores difieren en cuanto al otorgamiento de los méritos de este proceso.
Quedan serios temas pendientes con acreedores e inversores: la renegociación de la deuda externa y los contratos con las privatizadas, por un lado. Por el otro, existen otras grandes deudas internas, pendientes con la sociedad: la reforma política y la pobreza.

III

En el sector de las telecomunicaciones, en cambio, el ojo de la tormenta parece haber pasado. Este año, solamente entre las dos grandes, se repartirán más de cien millones de dólares, un buen ingreso, en un país apenas en reconstrucción.

Por su parte, las ventas de las celulares siguen florecientes, pero, después de la caída abrupta del poder adquisitivo del salario, producto del fin de la convertibilidad, la tendencia a la concentración era inevitable. Aunque la demanda está respondiendo muy bien, el mercado no da para tantos operadores, ni para cuatro redes de telefonía celular. Menos aun para que se utilicen diferentes tecnologías. Todo sugiere que GSM está llamada a imponerse en el mercado.

Como consecuencia de la concentración puede provocarse una disminución del empleo en el sector. Cuando se fusionen Unifón y Movicom y -si se concreta la compra de Telecom por Slim- CTI y Personal, es probable que las empresas deban reducir puestos de trabajo, sobre todo en los niveles gerenciales. Las perspectivas, entonces, no se presentarían sencillas para quienes se ocupan de las comunicaciones.

IV

El liderazgo civil de Juan Carlos Blumberg, merece un capítulo aparte.
Con una tenacidad que devuelve las esperanzas que se pierden al observar a la clase política, este hombre, azotado por la violencia y el delito que sacuden a la sociedad, sacó fuerzas de su dolor para, de algún modo, representarnos a todos. Ha desafiado la modorra de los legisladores exigiéndoles, con el respaldo de dos marchas multitudinarias, las acciones siempre postergadas por los compromisos partidarios o mediáticos. Creo que le debemos el mayor de los respetos.

Desde esa perspectiva hemos observado algunas de sus propuestas vinculadas con nuestro sector y lo hemos entrevistado.

Debemos decir que no nos parece razonable exigir un certificado de buena conducta para autorizar la compra de un teléfono celular. Tampoco imponer la incorporación de variantes tecnológicas que encarezcan las terminales más allá de las posibilidades de muchos de los usuarios.

Hoy, ya existen en Argentina varias decenas de chips subcutáneos de localización, instalados bajo la piel de empresarios y ejecutivos de altos ingresos, como protección extraordinaria para casos de secuestros pero, algunos apenas disponen de recursos para ingresar –con sacrificios– al sistema. Creemos que no debieran incrementarse los costos de acceso a las comunicaciones celulares a la gente de menores recursos, exigiendo incorporar localizadores GPS a las terminales. Por otra parte, seguirían disponibles en el mercado –para los delincuentes que quisieran utilizarlas– los millones de terminales en uso que no disponen de ese sistema. Sólo se encarecerían los equipos para los nuevos clientes.

IV

Nunca hubiéramos imaginado que una nota publicada en nuestra revista tuviera repercusiones políticas. En una carta dirigida a nuestro entrevistado del último número, Pepe Eliaschev, el Ministro del Interior Contador Aníbal Fernández hace referencia a sus declaraciones en nuestro medio. Nos enorgullece que nuestra publicación sea fuente de consulta para la clase dirigente. ©

 


 
 
Editorial

Alberto Gabrielli