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La British Broadcasting Corporation (BBC)
es frecuentemente citada como uno de los mejores ejemplos de funcionamiento
de un sistema de medios públicos, con independencia de los
poderes políticos de turno. Tanto en el Reino Unido como
fuera de él, la BBC es sinónimo de rigor informativo
y calidad. Aún cuando a lo largo de su historia la BBC no
ha sido ajena a serios cuestionamientos en su funcionamiento, su
credibilidad no ha sido dañada. Con un sistema regulatorio
en constante transformación, el debate acerca de la utilidad
de la corporación como servicio público y su financiamiento
se ha reabierto con cada modificación de sus estatutos.
Orígenes del Sistema Público de
Radiodifusión
La BBC fue creada en Octubre de 1922 y para
1925 sus transmisiones de radio podían ser oídas en
la mayor parte del territorio del Reino Unido. El propósito
fundacional de la British Broadcasting Company (tal su nombre original)
era netamente el de una empresa comercial, destinada a la venta
de aparatos de radio. Recién en al año 1926 fue transformado
en una corporación pública. La impronta del ingeniero
escocés John Reith permitió sentar las bases para
que la BBC se convirtiera en el sistema público de radiodifusión
británico, con el propósito de entretener e informar
por igual [1].
Para Lord Reith –el primer director general de la corporación–
el objetivo de la BBC debía ser el de dar no sólo
aquello que la ciudadanía deseaba, sino también aquello
que necesitaba. El servicio público de radiodifusión
debía no sólo entretener, sino también educar.
Para 1932, la BBC ya vislumbraba la importancia
de contar con un servicio que permitiera superar las fronteras británicas.
Por ello, a partir del lugar protagónico que tenía
el Reino Unido en el concierto de naciones y su constante vocación
imperial, la BBC lanza el llamado Empire Service. Este servicio
se considera el antecesor inmediato de lo que hoy se conoce como
BBC World Service, con una cobertura periodística y cultural
de prácticamente todos los rincones del planeta [2].
El 25 de diciembre de 1932, el rey George V transmitía por
primera vez a todo el imperio británico sus saludos navideños
[3].
La transmisión televisiva de la coronación
de la reina Isabel II en Junio de 1953 es considerada para muchos
el inicio oficial de la era televisiva en el Reino Unido. La ceremonia
fue seguida por 22 millones de televidentes y multiplicó
la venta de aparatos de TV. Para la BBC, la transmisión oficial
de la ceremonia constituyó la ampliación más
importante de sus operaciones desde su creación.
En 1954 la BBC transmite por televisión el
primer boletín informativo. En sus comienzos, tras una dura
disputa entre las divisiones de radio y televisión de la
corporación, se resolvió que sería el servicio
de radiofonía el que retuviera la responsabilidad sobre la
política editorial y de contenido de los espacios informativos
de la BBC. La creciente supremacía de la televisión
fue dejando de lado esta práctica. Hoy en día, la
división de noticias del área televisiva de la BBC
cuenta con más de 2000 periodistas y oficinas informativas
alrededor del mundo.
En noviembre de 1997 la BBC lanza su canal exclusivo
de noticias News 24 y, con el objetivo de maximizar su funcionamiento,
centraliza sus operaciones en un equipado edificio en la parte oeste
de Londres. Al mismo tiempo, BBC Worldwide Ltd. –una de las
ramificaciones comerciales más importantes de la corporación
junto con BBC Resources Ltd.– transforma internamente sus
operaciones, con el objeto de alcanzar un grado de profesionalismo
similar al que tenían por ese entonces muchos holdings multimedia
en EE.UU. Para 1998 había lanzado su servicio gratuito de
Internet, BBC Online, el cual es hoy en día uno de los portales
más visitados de Europa, y fuente de consulta indispensable
para todo británico con acceso a una computadora. Hoy en
día la BBC tiene en el Reino Unido 11 estaciones de radio,
y 8 canales de televisión [4]. Cuenta
también con numerosos servicios regionales tanto de radio
como de televisión.
Independencia y Reputación de la BBC
La BBC desempeña un rol democrático
y constitucional y está llamada a proteger las libertades
individuales a través de la provisión de información
y noticias a la ciudadanía. Esta función no sólo
se desprende de la letra de su carta fundacional [5],
sino también de la percepción que la mayoría
de los británicos tiene respecto de lo que debe ser un servicio
público de radiodifusión.
Anualmente, la BBC presenta ante el Parlamento
un informe de gestión –distribuido a todas las bibliotecas
públicas y accesible en las librerías y ahora también
en Internet– en el cual se detallan los objetivos cumplidos
e incumplidos de la corporación y proporciona una evaluación
detallada de todas sus actividades.
La corporación representa para los británicos
uno de los mejores exponentes de su cultura y su patrimonio. Para
el ciudadano promedio en el Reino Unido, la BBC cumple con su rol
de informar de manera precisa. A la luz de los resultados, es uno
de los servicios públicos que mejor han soportado los embates
privatistas de los ochenta y las más recientes experiencias
de asociación del sector público con el privado.
Una de las claves para el funcionamiento de la
corporación desde su creación ha sido la idea –claramente
establecida en sus estatutos– de que la BBC no debe estar
sujeta a las presiones gubernamentales. Si bien la BBC no debe ni
está obligada a concentrar sus esfuerzos en responder cuestionamientos
de los funcionarios de gobierno, no siempre ha sorteado con éxito
la tentación de iniciar debates públicos con ellos.
El más reciente ejemplo de esto está dado por el
duro enfrentamiento que la corporación tuvo con el gobierno
de Blair respecto de la información sobre la guerra de Irak.
El estatuto fundacional de la corporación
regula su funcionamiento e independencia del gobierno, pero nada
estipula respecto de las obligaciones del gobierno de no involucrarse
en la dirección de la BBC. La independencia operativa con
que cuenta la BBC respecto del gobierno ha generado severas discusiones
entre ambos a lo largo de la historia. Durante la guerra de Malvinas,
el gobierno conservador británico manifestó a los
directivos su preocupación por la cobertura que la BBC realizaba
del conflicto armado. El gobierno sostenía que la información
que se brindaba era excesivamente neutral respecto a las posiciones
británicas y argentinas. Cuando los directivos de la BBC
se presentaron ante el Parlamento para ser interpelados por esta
cuestión, el recibimiento por parte de los aliados de la
Primer Ministro fue sumamente hostil [6].
El año 2003 quedará en la historia
de la BBC como uno de los más traumáticos en su relación
con el poder político. En efecto, la afirmación pública
de un periodista de la corporación de que el gobierno laborista
de Tony Blair había exagerado los informes de inteligencia
respecto de la existencia de armas de destrucción masiva
en Irak –con el objeto de justificar la invasión a
dicho país– desató un conflicto por el cual
tanto la credibilidad de la corporación como el accionar
del gobierno fueron cuestionados. Esta disputa dominó el
escenario informativo británico durante más de un
año e incluyó no sólo acusaciones cruzadas
entre el gobierno y la corporación, sino también el
suicidio de un experto del servicio civil que había proporcionado
información a la prensa.
Una comisión investigadora a cargo de Lord
Hutton llegó a la conclusión que el gobierno no había
manipulado o fabricado información de inteligencia respecto
de Irak. A su vez, el Reporte Hutton [7]
encontró que la BBC tenía defectos de control editorial,
los cuales llevaban a difundir noticias inexactas o infundadas.
Por otra parte, consideró que la posición de la corporación
de defender la exactitud de las afirmaciones de su staff de periodistas
sin haber realizado los controles necesarios, ponían en peligro
la calidad de la información presentada al público.
Las consecuencias del Reporte Hutton no se hicieron esperar, y la
BBC asumió su responsabilidad. Tanto el presidente del Consejo
Directivo de la BBC, Gavyn Davies, como el Director General Greg
Dyke presentaron su renuncia. Al mismo tiempo, la BBC se embarcó
en un proceso de revisión de sus estándares internos
con el objeto de impedir la reiteración de los errores apuntalados
por Lord Hutton.
Si bien la reputación de la BBC se vio afectada
por las conclusiones del Reporte Hutton, el cambio en las más
altas autoridades y el anuncio de revisión de sus mecanismos
internos de funcionamiento permitieron que las consecuencias no
fueran devastadoras para su credibilidad. Para el británico
promedio –aún cuando reconocen los errores de la corporación–
la BBC continúa siendo una fuente confiable e independiente
de información.
Financiación de la BBC
El sistema de radiodifusión británico
financia sus actividades a través de ingresos generados en
forma diversa. La mayor parte del dinero del cual dispone la BBC
se genera a través del pago de la licencia de TV. Este de
impuesto es de tipo regresivo, ya que no toma en cuenta los ingresos
de los contribuyentes. Más aún, el número de
aparatos de televisión presentes en cada hogar tampoco hacen
aumentar o disminuir el monto anual de la licencia. El gobierno
no es totalmente ajeno al sistema que utiliza la corporación
para su financiamiento, ya que participa en la fijación del
monto de la licencia de televisión y en las rondas de consultas
para la modificación periódica de los estatutos.
Cualquier hogar británico que posea un aparato
de televisión debe tener al día el pago de la licencia
de televisión [8] . En la actualidad,
el monto anual de la licencia para TV color asciende a 121 libras
esterlinas [9] (unos 660 pesos aproximadamente).
El pago de la licencia es controlado por inspectores que se presentan
en las viviendas, autorizados a acreditar la existencia o no de
un aparato de TV y a solicitar el comprobante de pago de la tarifa
anual. La omisión del pago correspondiente es sancionada
con importantes multas. Los ingresos de la BBC en 1999 en concepto
de pago de licencia alcanzaron 2.600 millones de libras esterlinas.
Lo recaudado durante 2003 ascendió a 2.700 millones de libras,
aproximadamente [10].
La BBC no tiene tandas comerciales. Las estaciones
de radio y televisión tienen prohibido realizar otras publicidades
que no se circunscriban a promocionar productos de la compañía.
No existen excepciones para esta regla, ni siquiera los grandes
espectáculos deportivos o musicales.
Teniendo en cuenta que la BBC ha tenido una política
de continua expansión y perfeccionamiento, donde cada nuevo
emprendimiento implica una nueva erogación sin un ingreso
similar correspondiente, la ausencia de publicidad aparecía
como una importante limitación. Sin embargo, la expansión
de la BBC hacia nuevas actividades comerciales ha multiplicado sus
ingresos. La actualidad encuentra muchas veces a la BBC enfrentando
duros embates por parte de los medios privados, los cuales la acusan
de competencia desleal. En efecto, los medios privados sostienen
que las principales ventajas con las que cuenta la BBC –buena
reputación nacional e internacional y sostenimiento de sus
actividades por los aportes públicos– se transforman
en un abuso de la posición dominante cuando se diversifican
los emprendimientos comerciales de la corporación [11].
Si bien muchos británicos suelen protestar
por la existencia de una licencia especial de televisión
que no otorga mas beneficios que el de mirar el aparato que tienen
en sus casas [12], no dejan de reconocer
que el dinero que aportan se ve reflejado en un sistema público
de alta calidad. En la reciente consulta abierta por la BBC para
reformar su estatuto, muchos expertos se pronunciaron a favor de
la continuidad del pago de la licencia [13].
El pago de la licencia como principal fuente de ingresos de la BBC
se realiza de manera eficiente y minimiza la interferencia gubernamental
con el servicio que brinda la corporación [14].
La forma en que la BBC está regulada difiere
sustancialmente de la de los operadores comerciales, los cuales
buscan constantemente maximizar sus ganancias en función
de las demandas del mercado. El objetivo central de la corporación
es maximizar los recursos que provienen de los ciudadanos y realizar
una asignación eficiente y efectiva de los mismos.
Lo generado en concepto de pago de licencia de
televisión no constituye el único medio de financiación
para la BBC. La corporación multiplica anualmente sus ingresos
a partir de numerosos emprendimientos comerciales, como los ya mencionados
BBC Worldwide Ltd. y BBC Resources Ltd. Los canales ‘People+Arts’
y ‘Animal Planet’ –disponibles en la Argentina
a través de los servicios de televisión por cable
y satelital– son sólo algunos ejemplos de las ramificaciones
comerciales que tiene la BBC, en este caso a partir de jointventures
con Discovery Communications, Inc. [15].
La financiación del reconocido BBC World Service no proviene
de lo recaudado en concepto de licencia. Sus recursos se generan
a partir de la comercialización de sus servicios y de los
aportes que recibe del Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino
Unido.
¿Privatización de la BBC?
No son pocos los que han venido promoviendo cada
vez con más fuerza la idea de que la BBC debería recorrer
el mismo camino que muchos de los servicios públicos británicos
desde la década del ’80 y ser privatizada. En su favor,
argumentan que la estructura burocrática de la corporación
se ha aumentado de tal forma que atenta directamente contra su buen
funcionamiento.
Los críticos al actual sistema de radiodifusión
británica sostienen también que en manos privadas,
la BBC debería multiplicar sus ingresos en poco tiempo. Asimismo,
dejaría de ser un peso para los contribuyentes que hoy en
día soportan la carga de solventar el servicio público
de radiodifusión. Según esta teoría el gobierno
británico no está en condiciones de financiar a la
BBC para que pueda competir en igualdad de condiciones con los gigantes
mediáticos que se han consolidado en los últimos años
[16]. Aún si tuviera el dinero,
argumentan, sería inmoral que lo destinase a tamaña
empresa. La privatización de la BBC permitiría a la
corporación continuar expandiendo sus servicios, sin que
esto se siga haciendo a costa de los aportes de los contribuyentes.
Greg Dyke, el hasta hace poco Director General,
profundizó los cambios que se venían operando desde
1998, introduciendo conceptos de gerenciamiento mucho más
cercanos al sector privado que al público. A partir de su
gestión, las actividades comerciales de la corporación
se incrementaron y sus productos empezaron a competir más
directamente con el sector privado. A pesar de estos cambios, la
BBC se ha resistido a introducir publicidad en sus servicios. Sus
distintas conducciones en los últimos tiempos reconocen que
permitir el ingreso de publicidad desvirtuaría el concepto
de servicio público y produciría que el pago de la
licencia anual se tornase insostenible.
Si bien el gobierno británico viene promoviendo
con insistencia un camino intermedio entre el control privado y
público de los servicios públicos, poco se ha avanzado
en la posibilidad de que la BBC sea administrada de esta forma.
La idea de crear una sociedad entre el sector público y privado
–Public Private Parternship– podría aportar soluciones
a muchos de los interrogantes que hoy generan el funcionamiento
de la BBC. Sin embargo, esta alternativa exigiría una redefinición
de los objetivos y alcances del sistema público de radiodifusión
en un campo –el de los medios y las comunicaciones–
donde el sector privado tiende a controlar todo lo que tiene a su
alcance, y donde la capacidad del estado para intervenir se va reduciendo.
La idea de tener una organización financiada
por el estado que domine el sistema de radiodifusión debe
ser constantemente refrendada por los partidarios de la conservación
del status quo. A su favor cuentan con la posibilidad de mostrar
un sistema que cuenta con la mayor cantidad de oyentes y de telespectadores.
Más aún, la confiabilidad que el público nacional
e internacional exhibe frente a la corporación –a pesar
de los recientes cuestionamientos que debió enfrentar–
difícilmente pueda ser comparada con otra compañía
de medios pública o privada en el mundo. Lejos de desacelerar
su expansión, la BBC se ha puesto a la cabeza de la llamada
era de radio y televisión digital en el Reino Unido, que
promete una nueva revolución del medio [17].
Uno de los mayores aciertos de la BBC a lo largo
de su historia ha sido el saber transformar a tiempo sus operaciones.
Los cambios que regularmente son introducidos en su funcionamiento
y en su gerenciamiento le han permitido mantener una programación
de alta calidad. Aún más importante, los cambios de
gobierno que se producen regularmente en el Reino Unido no afectan
el funcionamiento de la corporación ni tampoco alteran radicalmente
su línea editorial.
Uno de los mayores desafíos para la corporación
en el mediano plazo será el de mantener altos estándares
de calidad, sin incrementar excesivamente el costo de la licencia
anual que pagan los habitantes del Reino Unido. En un sector cada
vez más competitivo, en donde las alianzas estratégicas
de negocios están a la orden del día, parece casi
inexorable que la BBC deba ampliar sus fuentes de ingresos. El desafío
consiste en hacerlo, sin menoscabar los principios rectores del
sistema de radiodifusión: independencia y calidad.
Gobierno de la BBC
El gobierno de la British Broadcasting Corporation
se ejerce a través de un Consejo Directivo, formado actualmente
por 12 miembros. Este consejo constituye la autoridad máxima
de la corporación, encargada del control de contenidos, y
responsable último de los programas que son emitidos. Los
miembros del Consejo Directivo (Governors, tal su denominación
en el idioma original) son elegidos por la Reina a partir de una
propuesta que elabora el gobierno. Las funciones del Consejo Directivo
abarcan no solo el control estratégico de la corporación,
sino también el de regular el funcionamiento de la BBC de
acuerdo a los intereses de la ciudadanía. Los miembros de
este consejo son depositarios del interés público
y su misión es garantizar que la BBC cumpla con su cometido
y responda ante el Parlamento y los ciudadanos por los compromisos
adquiridos.
A su vez, el control operativo de la BBC es ejercido
por un Director General el cual, junto con su staff de colaboradores,
es elegido de acuerdo a lo estipulado en el artículo 14 de
su estatuto. Sus funciones están circunscriptas al manejo
cotidiano de la corporación. En 1932 se estableció
que la función del Consejo Directivo sería de carácter
general y no particular. La función de elaboración
de políticas de gestión y presupuestarias quedó
en manos del Consejo Directivo, y la ejecución de dichas
políticas para el Director General y su staff [18].
La reforma estatutaria producida en 1996, permitió
que el rol del Consejo Directivo de representar el interés
público fuese más claramente definido. A su vez, sus
funciones fueron delimitadas para evitar la reiteración de
conflictos que se venían produciendo con el Director General
[19]. La reforma de 1996 no modi ficó
el método de selección del Director General y los
principales funcionarios de gestión, el cual sigue en manos
del Consejo Directivo. Lo que sí se modificó sustancialmente,
fue el enfoque nítidamente corporativo de la BBC, mucho más
próximo en su funcionamiento a compañías privadas,
y levemente más alejado de la tradición británica
de administración pública [20].
A partir de 1996, la BBC multiplicó los
controles de auditoría, y estableció mayores y mejores
controles que aumentaron la transparencia de la compañía.
Paralelamente, la reforma promovió elevar los estándares
internos de gobierno corporativo –el Reino Unido es uno de
los países europeos con mayor incorporación interna
de estándares internacionales en esta materia [21].
En suma la reforma estatutaria de 1996 -la última realizada
hasta hoy– despejó muchas lagunas normativas y permitió
que la BBC alcanzara un alto grado de responsabilidad en sus operaciones
frente a la ciudadanía.
La Communications Act 2003 [22]
introdujo nuevos requisitos para el funcionamiento de la BBC. Entre
los más importantes se encuentra la introducción de
estándares y cuotas en el volumen de las producciones. A
partir de la sanción de esta ley, se establecieron cuotas
para la programación de producciones independientes, producciones
originales y producciones regionales. Asimismo, fueron fijados parámetros
que las producciones deben cumplir (por ejemplo cumplir con las
normativas de orden público y decencia vigente en el país),
como así también requisitos mínimos que la
radiodifusión pública debe ofrecer para aquellas personas
con disminuciones visuales o auditivas.
A partir de la efectiva vigencia de la Communications
Act 2003 la BBC debe procurar el acuerdo de la oficina que regula
el sistema de comunicaciones británico (Ofcom, por sus siglas
en inglés) cada vez que desee reducir su programación
de noticias, actualidad, y programas regionales, por debajo de los
estándares establecidos.
Calidad de Programación y Audiencia
El debate acerca de las funciones que debe tener
el sistema público de radiodifusión y los contenidos
que debe presentar no es ajeno al Reino Unido. Así como sucede
en muchos países del mundo –incluyendo la Argentina–
la discusión acerca de si la BBC debería priorizar
su calidad o su penetración en la sociedad, a través
de índices de audiencia elevados, no ha sido aún saldada.
En el área de la radiofonía, la percepción
generalizada es que la BBC cuenta con una importante oferta que
combina calidad de programación con un gran número
de oyentes. En su oferta televisiva, sin embargo, las opiniones
están más divididas, y muchos británicos, sostienen
que la mayor audiencia que la BBC TV ganó en los últimos
años ha sido a expensas de la calidad de su programación
[23].
Un reciente informe preparado por Ofcom se ha ocupado
de relevar la programación televisiva de la BBC [24].
De acuerdo a este informe, la inversión de BBC 2 en programas
de arte ha declinado 1/5 parte respecto al año 1998. Asimismo,
el horario central de la BBC 1 ha aumentado la programación
de novelas en desmedro de otras manifestaciones. Incluso, el clásico
programa de noticias de la noche de la BBC 1 fue reprogramado a
partir del año 2000 para las 22 hs –en lugar de su
clásico horario de las 21 hs.– con el objetivo de ubicar
en el horario central televisivo productos más atrayentes
para la audiencia.
Los números de la audiencia televisiva parecen
favorecer la estrategia del que hasta hace poco tiempo se desempeñó
como Director General de la corporación, Greg Dyke. En el
período 2003/2004, BBC 1 tuvo un share de 25.2%, frente a
23.7% de itv, su principal competidor. En el mismo período
la BBC 2 un share de 10.9%. A su vez, el share del servicio de radiofonía
de la corporación alcanzó en el mismo período
50.5%. [25]
De acuerdo al informe elaborado por ofcom, uno
de los objetivos más importantes de un servicio público
de radiodifusión, es el de tener una oferta de programación
que trascienda de la disponible en el mercado. Para la oficina reguladora
de las comunicaciones, en el momento en que el servicio público
de radiodifusión se ocupa exclusivamente del rating, pierde
toda razón de ser. Algunos especialistas sostienen que ofcom
esta actualmente intentando reducir el alcance de lo que hoy se
entiende por servicio público de radiodifusión, intentando
que la BBC sólo se ocupe de corregir las fallas que la dinámica
propia del sector de radiodifusión presente [26].
Sin embargo, una reducción de esta naturaleza en las facultades
y poderes con que hoy cuenta la BBC aparece aún lejana en
el horizonte. A fin de cuentas, la corporación sigue siendo
percibida como uno de los mejores exponentes de la cultura británica.
Marco Legal
Las actividades de la BBC están estipuladas
en su estatuto constitutivo, conocido como Royal Charter [27].
Este documento especifica las funciones de la corporación,
su rol como servicio público de radiodifusión, y los
objetivos de corto y mediano plazo. Es considerado el instrumento
de regulación más importante de la BBC, ya que sus
obligaciones, poderes y responsabilidades se encuentran allí
detalladas.
El primer estatuto de la corporación entró en vigencia
en enero de 1927, y desde ese entonces, es revisado cada 10 años.
La vigencia de la actual Royal Charter culminará en diciembre
de 2006. El estatuto es complementado por un acuerdo entre la BBC
y la Secretaría de Cultura –en representación
del gobierno– en el cual se especifican los servicios que
la BBC debe ofrecer y sus alcances. Este acuerdo tiene las características
de un contrato entre ambas partes, cuyo incumplimiento genera responsabilidades
concretas.
En los comienzos de la corporación, se prefirió
que ésta fuera establecida por medio de una Royal Charter
en lugar de una ley emanada del Parlamento o algún otro tipo
de construcción legal. De acuerdo al ordenamiento legal británico,
la primera opción permitió que la BBC contara con
mayores libertades al momento de la toma de decisiones y a la vez
consolidó su independencia respecto del gobierno. En los
años ’20, el establecimiento de la BBC a través
de una ley hubiera generado la percepción de que dependía
operativamente del Parlamento y de intereses políticos determinados
[28].
La preferencia de haber establecido la BBC a través
de una Royal Charter para otorgarle mayor independencia operativa
tiene, sin embargo, algunas limitaciones. En efecto, la licencia
otorgada a la BBC en los años ’20 fue emitida por períodos,
susceptibles de renovación. Si bien la renovación
de la licencia ha venido operando ininterrumpidamente desde la creación
de la corporación, no existe impedimento legal para que
esto deje de ocurrir en el futuro.
El artículo 20 del estatuto constitutivo
otorga facultades al gobierno para revocar su licencia. La cláusula
establece que el gobierno debe remitir a la corporación
cualquier presentación que se haga respecto de la violación
de sus obligaciones, para que tenga la posibilidad de defenderse.
Si se corroborase el incumplimiento de la BBC de las obligaciones
y deberes establecidos en sus estatutos, ésta podría
dejar de existir [29]. En un plano similar,
los acuerdos complementarios que existen entre la corporación
y el gobierno facultan a éste último a revocar la
licencia de la BBC si se demuestra que ésta no ofrece un
servicio de radiodifusión eficiente, en tanto las deficiencias
no sean corregidas en tiempo prudencial.
Desconocemos el efecto operativo que las previsiones
apuntadas anteriormente tienen, puesto que la licencia de la BBC
nunca ha sido revocada. Sirven para recordar que la regulación
del sistema de radiodifusión –con todas sus salvaguardas
operativas– no esta completamente aislado del control político.
Por otra parte, la aparente fragilidad de la BBC en cuanto a la
continuación de sus funciones ha servido para maximizar su
responsabilidad frente al Parlamento y los usuarios del sistema
público de radiodifusión.
Si bien algunos especialistas han sostenido la
necesidad de revisar el tipo de ordenamiento legal que rige el funcionamiento
de la corporación, reemplazando el estatuto que la rige por
una ley que otorgue mayor estabilidad al sistema de vigente [30],
la posibilidad de que esto sea modificado es remota. A la luz de
la experiencia recogida desde su creación, los distintos
gobiernos han preferido mantener el sistema actual de licencia revocable
y revisable.
Al aproximarse el fin de la vigencia de la actual
Royal Charter, la BBC abrió un sistema de consulta para recoger
opiniones y comentarios respecto de su actual funcionamiento y de
cuales deberían ser sus próximos objetivos [31].
El proceso de consulta finalizó el 31 de marzo de 2004 y
fueron recibidas más de 5500 respuestas. La consulta fue
amplia e incluyó las opiniones del sector público,
del sector de las comunicaciones, de la ciudadanía, y de
expertos independientes. Un grupo de personalidades de reconocida
trayectoria y reputación fue recientemente establecido para
participar en el proceso de revisión del estatuto de la corporación
[32]. En su debido momento, la propuesta
será también debatida por el Parlamento.
CONCLUSIÓN
El Reino Unido posee un sistema público
de radiodifusión que, si bien no ha sido ajeno en su historia
a presiones gubernamentales y tampoco ha estado exento de cometer
errores, opera de manera independiente al poder político
de turno. Los británicos, tan críticos en muchos aspectos
de sus servicios públicos, perciben en la BBC uno de los
grandes tesoros que continúan conservando. El hecho de que
en el resto del mundo acudamos a la BBC en búsqueda de información
confiable y una oferta atractiva de programación, no hace
más que corroborar dicha percepción. ©
–––––
[1] Briggs, A.
‘The History of Broadcasting in the United Kingdom –
Vol. 1. The Birth of Broadcasting’, Oxford University Press,
UK (1961), p.43.
[2] BBC
World Service TV es actualmente sintonizado por más de 200
millones de hogares, a lo largo de más de 200 países
y territorios.
[3] Supra,
nota 1, p.67.
[4] BBC1
y BBC2 son canales de aire que no requieren estar abonado a ningún
sistema de cable o satélite. Por el contrario, BBC3, BBC4,
CBeeebies, CBBC, BBC News 24 y BBC Parliament son canales a los
cuales se accede sólo mediante suscripción a algún
sistema de televisión por cable o satelital.
[5] Disponible
en www.BBC.co.uk/info/BBC/charter.shtml
[6] Adams,
V. ‘The Media and the Falklands (Malvinas) Campaign’,
Macmillan, UK (1986), p.10.
[7] Disponible
en su versión completa en www.the-hutton-inquiry.org.uk/
[8] La
ley contempla excepciones para el pago de la licencia de TV. Hogares
donde habitan jubilados o personas que reciben cierto tipo de subsidios
estatales reciben reducciones en la tarifa anual.
[9] Aquellos
que aún tienen televisores blanco y negro no están
liberados del pago de la licencia, aunque esta es ostensiblemente
menor y oscila entre las 40 y 50 libras (entre 220 y 275 pesos)
[10] El
sistema de televisión abierta británico cuenta con
dos canales estatales –BBC1, BB2- y tres estaciones privadas
- ITV, Channel 4, y Channel 5. Lo recaudado en concepto de licencias
de TV no se distribuye entre las cinco estaciones, sino que se destina
exclusivamente al financiamiento de la BBC. Este pago forma parte
de la obligación que todo habitante del Reino Unido -en este
punto no hay distinciones entre nacionales y extranjeros- tiene
de contribuir con el sistema público de radiodifusión.
[11] A
modo de ejemplo, productos vinculados con programas de la corporación
-como pueden ser revistas para adolescentes, juguetes o libros-
cuentan con una plataforma de lanzamiento publicitario prácticamente
inigualable.
[12] Los
sistemas de televisión por cable o satelital en el Reino
Unido se compran por separado y son proporcionalmente mucho más
caros que los existentes en la Argentina.
[13] Las
respuestas al proceso de consulta realizado están disponibles
en www.BBCcharterreview.org.uk/Responses
[14] Tim
Lord, ‘Review of the BBC’s Royal Charter’, UK
(2004), disponible en www.BBCcharterreview.org.uk/Responses/L/Lord_Tim.pdf
[15] Un
detalle pormenorizado de los emprendimientos comerciales de la BBC
se encuentra disponible en www.BBC.co.uk/info/channels/
[16] ‘Greg’s
Glasnost’, The Economist, Mayo 18, 2000.
Para un desarrollo más extenso de esta temática, consultar
‘The Role of Integrated Digital Televisión Sets in
Achieving Digital Switchover’, Intellect, UK (2002) y ‘Digital
Television’, UK Cabinet Office Document, (2003), disponible
en http:/
e-government.cabinetoffice.gov.uk/Resources/FrameworksAndPolicy/fs/en
[18] Smith,
A. ‘The Shadow in the Cave’, Allen & Unwin, UK (1973),
p.144.
[19]‘The
Future of the BBC: Serving the Nation, Competing World Wide’,
Department of National Heritage, White Paper, UK (1994)
[20] Dunleavy,
P. ‘Development in British Politics-5’, St. Martin’s
Press, US (1997), p.210.
[21] Para
un completo relevamiento de Gobierno Corporativo en el Reino Unido,
ver ‘Modern Company Law for a Competitive Economy: Developing
the Framework’, Company Law Review Steering Group, UK, (2000).
[22] Communications
Act 2003 (UK), disponible en www.legislation.hmso.gov.uk/acts/acts2003/20030021.htm
[23]‘BBC:
Reining in Auntie’, The Economist, Abril 22, 2004.
[24]‘The
Ofcom Review of Public Service Broadcasting Television’, Ofcom,
UK (2004), disponible en www.ofcom.org.uk/consultations/past/psb/psb/?a=87101
[25]‘BBC
2003/2004 Annual Report’, disponible en http://www.BBC.co.uk/info/report2004/
[26] Supra,
nota 23.
[27] En
el ordenamiento legal británico, las Royal Charters son parte
de las prerrogativas reales, en las cuales el Parlamento no interviene.
Por medio de ellas, el monarca en consulta con su Consejo de Asesores,
otorga un estado legal especial a determinados cuerpos u organizaciones.
Las Royal Charters se utilizan para elevar la categoría de
un pueblo a ciudad, para crear asociaciones profesionales o entidades
de beneficencia. Asimismo, algunas de las universidades británicas
más antiguas fueron establecidas a través de Royal
Charters.
[28] Supra,
nota 1, p.352.
[29] BBC
Royal Charter, Artículo 20.
[30]‘Legal
Aspects of BBC Charter Renewal’, 65 Political Quarterly (1994)
[31] La
BBC tiene un sitio en Internet que trata todo lo vinculado a la
reforma de su estatuto. www.BBCcharterreview.org.uk
[32] El
grupo de expertos esta conformado por: Sly Bailey (Director Ejecutivo
de Trinity Mirror plc); Alan Budd (Oxford University); Howard Davies
(Director de la London School of Economics); Janet Finch (Vicerrectora
de la Universidad de Keele); Tim Gardam (ex Director de Programación
de Channel 4); y Alice Rawsthorn (Directora del Museo de Diseño
de Londres)
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