Ni Una Menos
A siete años del primer “Ni una Menos”, desde el Área de Igualdad de Género y Diversidad para Estudiantes reafirmamos nuestro compromiso destinado a contribuir en la erradicación de la violencia de género sistemática, el dominio patriarcal, la desigualdad de oportunidades y la indiferencia.
El movimiento Ni una Menos nació en el año 2015, como respuesta al femicidio de Chiara Páez, una adolescente embarazada de 14 años, y a una serie de femicidios ocurridos en el país. El 3 de junio del mismo año se realizó la primera movilización masiva colectiva frente al Congreso de la Nación, a través de una convocatoria liderada por organizaciones feministas, con el objetivo de repudiar los femicidios, desnaturalizar la violencia machista y reclamar por una justicia sin sesgos patriarcales.
Gracias a los movimientos feministas, en el año 2018 se sancionó la Ley Micaela (Ley nº 27.499) la cual dispuso la capacitación obligatoria en todos los poderes del Estado Nacional en temática de género. La misma lleva el nombre de Micaela García, una joven militante feminista víctima de femicidio. La misma se ha implementado desde nuestra Área hacia toda la comunidad académica en charlas formativas hacia los docentes en general y hacia los docentes de la Práctica Profesional como dejamos en el siguiente enlace para su consulta http://www.derecho.uba.ar/noticias/2019/la-facultad-comenzo-con-la-capacitacion-en-genero-y-violencia-contra-las-mujeres-por-la-aplicacion-de-la-ley-micaela . Asimismo, el proceso de concientización continuo de forma virtual, en el momento de aislamiento social por la Pandemia Covid 2019, donde se brindó material de la Ley Micaela a los docentes/no docentes y estudiantes mediante una plataforma de Rectorado. Sostenemos la importancia de educar en estos temas, ya que todo parte de la educación y de forma transversal conecta hacia diversas esferas.
La situación actual continúa siendo preocupante. Si bien desde el año 2015, la sociedad en su conjunto puso en evidencia la problemática de la violencia de género y se tomaron algunas consignas, que mejoran nuestra posición de subordinación en el juego de las relaciones de poder entre los géneros; faltan aún medidas y políticas públicas contundentes que sean efectivizadas con la finalidad de disminuir el número de víctimas de femicidio y de violencia machista. Gracias al movimiento ni una menos, hoy sabemos que las muertes de las mujeres no son a resultas de un “crimen pasional”, sino que son producto de relaciones asimétricas de poder y otros tipos de violencia que hasta entonces eran invisibilizadas (económica, psicológica, doméstica, etc).
Desde nuestro lugar, continuaremos trabajando por una comunidad educativa con perspectiva de género en la que se garantice el respeto e igualdad de derechos, en un ambiente inclusivo, con igualdad de oportunidades en amplio aspecto y sobre todo de vivir, libres de violencias.
Como corolario y a modo de visibilizar la situación, acompañamos unas placas que dan cuenta de forma gráfica de la problemática en términos de violencia que seguimos atravesando y reflejan que la lucha todavía no terminó, es necesario el compromiso de toda la sociedad, porque la violencia machista no es solo un asunto de mujeres.