Patrimonio cultural y conflictos armados
Organizada por la revista Lecciones y Ensayos, el 17 de octubre en el Salón Verde se realizó la actividad “Patrimonio cultural y conflictos armados”, de la cual participaron Frederic Vacheron, Susana Pataro, Marta Vigevano y Sebastián Green Martínez.
Tras la presentación de Lucía Belén Araque, Marta Vigevano destacó: “Desde la Antigüedad, en la guerra, el pillaje o saqueo era una conducta habitual para los ejércitos. No existían leyes específicas que lo condenaran, muy por el contrario, en el derecho romano se permitía el saqueo”, resaltó. El Medioevo presenta una situación muy parecida, “el pillaje seguía siendo lícito con una mínima limitación que era que solo podía realizarse el saqueo de las ciudades durante 24 horas”. Asimismo, afirmó que el primer gran debate dentro de la sociedad internacional del siglo XIX fue en las campañas napoleónicas. “En la Convención de Viena de 1815 se debatió sobre la restitutio in integrum, la restitución en su totalidad a los países que habían sido expoliados en Europa. El mundo del derecho internacional en ese siglo XIX era un mundo europeo, no existía América ni mucho menos África y Asia”, expresó y agregó: “A partir de esta Convención de Viena de 1815 sí podemos decir que comenzó a crearse una idea de vinculación sagrada entre los pueblos, el territorio y los objetos culturales, por lo tanto una necesidad de defensa de esos objetos culturales fundamentada esencialmente en la manifestación de un creciente nacionalismo”. Hacia el final, Vigevano señaló que “respetar la dignidad de una población es respetar su cultura”.
A su turno, Susana Pataro aseveró que actualmente el patrimonio cultural y natural está en la primera línea del ataque, junto con la gente, por lo que se debe hablar de ambos temas. Entre otras cuestiones, Pataro mostró imágenes de destrucción de patrimonio cultural. “Lo que vemos en estos días y nos golpea es que ya no queda prácticamente el menor respeto por los hospitales, por las escuelas, en Siria, en Irak, en Afganistán”, remarcó. Por otra parte, hizo referencia a la dimensión de los conflictos armados y que son conflictos que se desarrollan en una región particularmente rica desde el punto de vista patrimonial. “El desarrollo de la comunicación gracias a internet permite que se asista en tiempo real a los hechos más atroces, desde la decapitación de seres humanos hasta el bombardeo de un monumento”, remarcó.
Posteriormente, Sebastián Green Martínez mencionó que la Corte Penal Internacional acaba de dictar un fallo, el cual es el primero que incluye consideraciones de patrimonio cultural. El orador se refirió a las cuestiones que no fueron tomadas en consideración por la CPI. Desarrolló que la CPI está facultada para ver no solo su Estatuto sino otros instrumentos y normas de derecho internacional, lo que se llama la tarea del gap filling. “A la hora de interpretar un crimen a veces es necesario recurrir a otros instrumentos cuando el principal instrumento, el Estatuto de Roma, no resuelve la cuestión”, explicó. Respecto a los derechos afectados por la destrucción del patrimonio cultural, Green Martínez identificó dos: el art. 15 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales que establece el derecho a formar parte de la vida cultural de la comunidad a la que uno pertenece y el art. 27 del Pacto Internacional de Derecho Civiles y Políticos, que establece el derecho de toda persona a mantener su vida cultural de conformidad con su religión, como más le parezca.
Finalmente, Frederic Vacheron remarcó que la cultura fue víctima de la guerra desde la Antigüedad. “Ha habido una evolución importante y ahora los conflictos han cambiado de forma y estamos viendo un extremismo violento y ataques contra la cultura mucho más fuertes que hace unos años y esto la comunidad internacional ha tenido que incluirlo en las herramientas para garantizar la seguridad internacional”, relató Vacheron. Hizo alusión a que existe un temor a aplicar reglas que fueron reconocidas en los instrumentos internacionales. “En las convenciones especializadas que la UNESCO ha adoptado de 1954, en el Pacto Roerich, pero también en la Declaración Universal de Derechos Humanos, donde la parte de los derechos culturales tiene el mismo valor jurídico que los otros derechos”, indicó.