La defensa de derechos humanos en vacíos legales: los juicios de las Comisiones Militares en la Bahía de Guantánamo
El 11 de
agosto en el Salón Rojo tuvo lugar un encuentro con Alka Pradhan y Mayor Raashid
Williams, quienes hicieron una presentación sobre la defensa de derechos humanos en el contexto de los juicios de las Comisiones Militares en la Bahía
de Guantánamo. Pradhan es abogada especializada en derechos humanos defensora
de detenidos en Guantánamo y Mayor Raashid Williams es también parte del grupo
de defensores públicos militares que actúan en Guantánamo y participa del
equipo de peticionarios frente a la CIDH por los derechos de las personas
privadas de libertad en la Bahía.
Para
comenzar, la decana Mónica Pinto dio
la bienvenida e introdujo a los expositores. Acto seguido, Mayor Raashid Williams explicó que trabajan para una entidad
llamada Military Commission Defense
Office. "Básicamente somos la oficina de defensores públicos para
la Bahía de Guantánamo", señaló. Así, explicó que hay un conjunto de abogados
en esta oficina. Desde un punto de vista
histórico, Williams indicó que los militares tribunales han existido desde hace
mucho tiempo. "Tenían el objetivo específico de juzgar soldados o combatientes
enemigos durante un conflicto. Esta creación es completamente diferente de lo
que se conoce como una corte marcial. (...) La dificultad que tenemos con las
Comisiones Militares es que son un híbrido de ambos sistemas".
Posteriormente, Alka Pradhan relató la historia de su
cliente, Ammar Al Baluchi, quien fue capturado en Boston en 2003 y estuvo bajo
custodia de la CIA por tres años. "Durante este tiempo, nadie supo dónde
estaba. En esta custodia, Ammar fue brutalmente torturado", remarcó. De
esta manera, señaló que durante la custodia sufrió un daño cerebral y
también hizo mención de sus problemas psicológicos y cognitivos. "El único hecho
que ha sido determinado sobre Ammar Al Baluchi es que es una víctima de
tortura. Nada más ha sido probado", resaltó. A consecuencia de esto, Pradhan destacó
que tiene derecho a tratamiento médico y rehabilitación. "La realidad es que
Ammar ha estado en Guantánamo por 10 años y no ha tenido acceso a ningún tipo
de tratamiento médico adecuado para rehabilitación de la tortura".