Discurso pronunciado por el Dr. Leandro Abel Martínez
Acto de colación de grado del día 23 de octubre de 2023
Señor Decano, señoras y señores:
Buenas tardes y sean bienvenidos. Es un placer saludarlos en esta ceremonia tan especial y festiva. A continuación, con emotivo orgullo, pronunciaré unas palabras en representación de las altas autoridades y del profesorado de la casa.
La Nación transita momentos de profunda importancia. Ayer, concurrimos a las urnas para proceder a la elección de los mandatarios constitucionales. Afortunadamente, este suceso de singular relevancia viene ocurriendo sin interrupciones desde hace 40 años. El aniversario nos evoca la figura de un egresado y doctor honoris causa de la Facultad de Derecho: el presidente Don Raúl Ricardo Alfonsín.
La democracia también se respira en nuestro templo del saber de columnas dóricas. A partir de la normalización institucional encarada en 1983 de la mano del decano Eugenio Buligyin, los estudiantes, los graduados y los profesores elegimos regularmente a los integrantes de los órganos del gobierno universitario. De este modo, las universidades públicas son parte del entramado democrático. En esa cultura o idiosincrasia ejercemos los derechos constitucionales de enseñar y de aprender.
Probablemente, la gran mayoría de los profanos en las materias que aquí se enseñan y aprenden no conocía el salón de actos que hoy nos cobija. Así que permítanme contarles algunas pequeñas cosas. El cuadro que domina la escena versa sobre la fundación de la Universidad de Buenos Aires, en la Iglesia de San Ignacio de Loyola, ubicada en la emblemática manzana de las luces. La fecha 1821, o sea, hace más de 200 años. La UBA, así la llamamos cariñosamente, vio la luz con anterioridad al nacimiento del Estado federal argentino con la Constitución Nacional de 1853/1860.
Los 202 años de historia, su cumpleaños es el 12 de agosto, dan cuenta de 5 premios nobeles, Carlos Saavedra Lamas por esta Facultad de Derecho, y 16 presidentes propios. La estación de subte de la línea H situada en las inmediaciones lleva el nombre de la quinta médica egresada de la UBA y primer mujer candidata a diputada nacional: la destacadísima Julieta Lanteri. Algo más, en este recinto se celebró el primer debate presidencial, ya van 4 y nos espera uno más en pocos días.
Vale la pena remarcar que son hitos en la conformación de la identidad de las universidades públicas la reforma universitaria de 1918 y la consagración constitucional en 1994 de la autonomía de las universidades nacionales. Nuestros egresados y egresadas son herederos de esa historia.
En este contexto, entonces, mis primeras palabras son para los afectos de los destinatarios del festejo: ¡felicitaciones! Sientan orgullo y disfruten del acontecimiento. Sin temor a equivocarme, cada uno de los presentes contribuyeron de alguna manera en el transitar de las personas que en pocos minutos recibirán su ansiado título.
Queridos colegas, permítanme llamarlos así, aunque aún no cuenten con el diploma tan deseado, han finalizado el primer viaje. En unos instantes van a experimentar un ritual de alto valor simbólico, prestarán solemne promesa o juramento por sus convicciones personales de acuerdo a la formula elegida. Luego de ello, pasarán a ocupar un nuevo grado en la comunidad académica de la cual son parte. Honren a lo largo de sus existencias el valor de la palabra hoy empeñada.
Tengo para mí que los lazos que nos unen con nuestra “alma mater” o “madre que nutre” son de los pocos indestructibles. Seguramente, a lo largo de la carrera nos topamos con dificultades de toda índole, pero desde la perspectiva del trabajo terminado, abrazamos con ferviente amor a la institución que enorgullece a la Argentina. Este camino recién empieza. Hoy nos despedimos de ustedes con el anhelo de volver a encontrarnos. Los espera el Departamento de Posgrado, el Centro de Graduados, las cátedras, entre otros espacios de formación y de crecimiento personal.
Seguramente la mayoría de ustedes son nacidos y criados en democracia. Ser egresado de la UBA es un privilegio, pero también una gran responsabilidad. No olviden que es la sociedad la que sostiene a la universidad pública y gratuita con sus impuestos y que por esta razón se espera mucho de ustedes. La democracia necesita ser edificada día tras día. En el tránsito por las aulas adquirieron los materiales necesarios para contribuir en esa tarea. El Derecho debe ser una herramienta para la construcción de una sociedad más libre, igualitaria y fraterna.
Por eso, me despido con una expresión que invita a recargar las emociones que se avecinan: “sursum corda”, que significa ¡arriba los corazones! Nos vemos en cualquier momento, aquí estaremos … siempre.