Discurso pronunciado por el Dr. Sandro Olaza Pallero

Acto de colación de grado del día 7 de septiembre de 2023

Sandro Olaza Pallero

Sandro Olaza Pallero

Silvia Nonna:

Bienvenidas, bienvenidos, yo no suelo hacer el uso de la palabra en esta ceremonia que realmente disfruto mucho, y que me da la oportunidad de saludar a cada una y a cada uno de ustedes.

Pero en este caso, y antes de escuchar al profesor Sandro Olaza Pallero, quiero especialmente mencionar, además de las felicitaciones a cada una y a cada uno de ustedes, que estamos haciendo entrega del premio medalla de oro a uno de los egresados de esta Facultad, es muy merecido el reconocimiento y la verdad que no hay ninguna duda que ha requerido de un esfuerzo especial, saben ustedes y yo lo se personalmente, que también soy una egresada de esta Facultad, que no es sencillo llegar al promedio, tanto para ser abanderada, escolta, pero mucho más difícil incluso es obtener el premio medalla de oro, así que por eso simplemente quería hacer esta distinción, y en breve vamos a estar entregándolos.

Ahora sí, profesor, muchas gracias por dirigir la palabra a nuestras egresadas y egresados.


Sandro Olaza Pallero:

Buenas tardes a todos los presentes, autoridades, profesores, alumnos y público en general, agradezco al decano profesor Doctor Leandro Vergara, vicedecana profesora Doctora Silvia Nonna, secretario académico profesor Doctor Lucas Bettendorff, por concederme la oportunidad de poder dirigirme a ustedes.

Hace cuarenta años, nuestro país retornaba a la democracia, un egresado de nuestra casa, el Doctor Raúl Alfonsín, había ganado en los comicios y en su campaña electoral hacía referencia al preámbulo de la Constitución Nacional, se inauguraba “un período de paz y de prosperidad, y de respeto por la dignidad del hombre y de los argentinos”, en palabras del Doctor Alfonsín, quedaba atrás una etapa de un país al margen de la ley, título de una obra del Doctor Carlos Nino, de lectura obligatoria para todo defensor de la democracia.

Nuestra Constitución Nacional ha cumplido en este año su 170° aniversario, constitución que ha sido respetada y preservada por sus principios de bienestar general, de prosperidad, de justicia, de orden administrativo, económico, de trabajo, de riqueza y de instrucción pública.

Me detengo en este último principio, de instrucción pública, su defensa es un deber para los gobiernos y para los habitantes de la Nación, como mencionaba Rodolfo Rivarola: “La Constitución no describe un estado actual o pasado de la sociedad argentina, sino que es un programa de permanente acción, que debe cumplirse en la dirección dada por el mismo, hacia el futuro”. En la reforma constitucional de 1994 se incorporaban los principios de autonomía y autarquía de las universidades, se concibió a la educación como derecho social, incorporando los principios de gratuidad y equidad de la educación pública estatal. En estos últimos cuarenta años se ha avanzado mucho, con el respeto a la libertad académica, la selección por mérito, la estabilidad financiera, la participación estudiantil, actividades de extensión universitaria, programas de incentivos a docentes investigadores y alumnos, implementadas por la Secretaria de Investigación, convenios con universidades nacionales y extranjeras, publicación excelente a nivel científico, cursos para graduados, aumento al material bibliográfico en papel y digital, un Posgrado reconocido a nivel nacional e internacional, con un importante incremento de titulaciones.

La educación gratuita y obligatoria posibilitó que cinco argentinos ganaran el premio Nobel, uno de ellos el Doctor Carlos Saavedra Lamas, era egresado de esta Casa, catedrático y rector de la Universidad de Buenos Aires. La ley 1420 significó la modernización de la educación, de forma universal, laica y gratuita, se ampliaron las posibilidades de acceso a la educación, de muchos sectores de la sociedad, y se formaron las maestras argentinas que ocuparían un rol importante. La “ley Avellaneda”, inspirada en otro egresado de esta Casa, el expresidente Nicolás Avellaneda, posibilitó también un gran avance en la educación, promovió la autonomía universitaria. Ya en las últimas décadas del siglo XIX la economía creció en forma acelerada, en base a la inmigración, la inversión externa y las exportaciones agropecuarias, para los primeros años del siglo XX el ingreso per cápita era varias veces mayor que el de países como México y Brasil. La Argentina tenía altas tasas de escolarización en el sistema educativo primario y medio, también aumentó el número de estudiantes universitarios, que ocuparon un nuevo lugar en el gobierno de las casas de estudio a partir de la reforma de 1918.

El crecimiento de la población universitaria también fue una derivación de la supresión de los aranceles a la educación superior en 1950, seis años después las estadísticas proporcionadas por la unión de universidades latinoamericanas, con sede en México, mostraban que Argentina tenía la población universitaria más numerosa de Latinoamérica.

Como egresados y egresadas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, recuerden siempre defender la educación pública y gratuita, felicitaciones y muchas gracias.