Discurso pronunciado por la Dra. Luciana Beatriz Scotti

Acto de colación de grado del día 6 de octubre de 2022

Luciana Beatriz Scotti

Luciana Beatriz Scotti

Muy buenos días, Sra. Vicedecana, Dra. Silvia Nonna, señores/as profesores/as, docentes, no docentes, graduados/as, familiares y amigos.

Es para mí, un placer y un gran honor en esta oportunidad poder compartir con ustedes este momento tan trascendente en sus carreras y en sus vidas, y poder dedicarles unas breves palabras para, en primer lugar, felicitarlos, así como para desearles muchas felicidades y todos los éxitos en el camino que desde hoy emprenden.

Seguramente, recuerden aquel primer día en el que llegaron a esta casa, que para la mayoría de ustedes se convirtió desde entonces en una segunda casa. Han transitado desde aquel momento por muchos esfuerzos personales, algún sacrificio, días y tal vez alguna noche de estudio acompañados, respaldados por las familias y los amigos que hoy también están presentes, festejando este gran logro. Deben haber disfrutado de muchas alegrías, y habrán atravesado alguna tristeza o decepción. No dudo que más de una vez los ha aquejado alguna que otra incertidumbre. 

Les ha tocado franquear parte de sus carreras, los últimos años, en pandemia. De un día para el otro, tuvimos que adaptarnos a una nueva realidad para continuar estudiando y enseñando. Incluso hemos adquirido nuevas herramientas tecnológicas y distintos métodos para enseñar y aprender. Fue sin dudas un gran desafío que, creo, hemos podido superar, aunque nos haya demostrado cuan vulnerables somos. 

La mayoría de ustedes habrán rendido su última materia por zoom... desde sus casas. No era lo que esperaban ni imaginaban. El mundo ha cambiado y todos contamos con mejores herramientas para encarar renovadas metas que seguramente incluyan la necesidad de conocer con más profundidad estas nuevas (ya no tan nuevas) tecnologías que nos permiten comunicarnos y relacionarnos jurídicamente, pero de otra manera. Es un tema que, de hecho, está en las agendas de los principales foros de codificación internacional, como Naciones Unidas o la OEA.

Pero más allá de todo, es una gran alegría y casi les diría una compensación por tanto esfuerzo adicional, el hecho de poder estar aquí, presentes, en esta ceremonia de colación de grado que quedará atesorada entre sus mejores recuerdos. 

Honren el privilegio de haber estudiado en una de las universidades más prestigiosas de América Latina y del mundo, y abracen con responsabilidad y sincero compromiso esta profesión, dignifiquen esta profesión, construyan una sociedad pacifica, más justa y más plural, respetuosa de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, de la democracia, del estado de derecho. Contribuyan para asegurar el acceso a la justicia y el derecho de defensa de todos, y en especial de los más vulnerables. 

Nunca se van a arrepentir si, en el sendero que les toque o elijan transitar, se dejan guiar por esa brújula. Contraigan este compromiso con esta universidad, con toda la sociedad y sobre todo con y por ustedes mismos.

Al jurar, en breves instantes, se convertirán en graduados y graduadas de las carreras de Abogacía, Traductorado, Profesorado para la Enseñanza Media y Superior en Ciencias Jurídicas, o Calígrafo. No egresan, no se despiden. Las puertas de esta casa siguen abiertas para emprender nuevos desafíos. Los esperan cursos y carreras de posgrado, talleres para graduados, los cursos de extensión siempre abiertos a toda la comunidad, la carrera docente, por qué no, iniciar otra carrera universitaria.  Además cuentan con la impresionante propuesta de charlas, conferencias, jornadas que se desarrollan en estos salones y también por zoom, gratuitas y disponibles para todo interesado.

Sientan un gran orgullo del título que hoy se llevan de esta Universidad pública, autónoma, gratuita, laica y plural, que pobres y ricos contribuimos a sostener. 

A mis espaldas, se encuentra un óleo que representa a la fundación de esta Universidad el 12 de agosto de 1821 en la Iglesia de San Ignacio. En efecto, en plena pandemia, mientras ustedes cursaban sus últimas materias, la UBA cumplió sus primeros 200 años de existencia.  Ustedes son parte de esa historia, y a partir de hoy, ni más ni menos que como graduados/as. Los/as invito ahora y muy especialmente a que sigan construyendo la gloriosa historia de la Universidad de Buenos Aires.

¡Muchas gracias y muchas felicidades!