Discurso pronunciado por el Dr. Gustavo Vivo
Acto de colación de grado del día 29 de junio de 2018
Señora secretaria académica, profesores, docentes, invitados especiales, abogado especialista, egresados, familiares y amigos: bienvenidos a esta reunión, a este encuentro en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.
Es un encuentro de celebración, de alegría que contrasta claramente con los episodios tristes que agredieron a la Universidad de Buenos Aires días pasados, que nos duelen, que nos avergüenzan pero que fundamentalmente ofenden a los argentinos, que sin siquiera tener la más mínima oportunidad de acceder a estudios superiores, sostienen con su esfuerzo diario la Universidad Pública.
Pero decíamos que es un momento, un encuentro de celebración y cómo no estar contentos por quienes hoy van a alcanzar la meta que se propusieron tiempo atrás, hace unos años, en algún momento, decidieron cursar una carrera. Y hoy, después de haber invertido esfuerzo, dedicado horas, transitado momentos de nervios, ven coronado ese esfuerzo. Van a recibir un diploma que los acredita como especialista, como abogados, como traductores públicos, como peritos, como procuradores. Y ese diploma simboliza la posibilidad de abrirse a un desarrollo personal y eso está muy bien, y hay que celebrarlo.
El diploma los acredita con la capacidad de servir a la comunidad para el desarrollo personal, por cierto, pero también como decíamos, para ponerse al servicio de la sociedad argentina. Van a recibir este diploma y yo les quiero decir, mirando hacia adelante, que con su trabajo correcto se afirmen ser merecedores de este reconocimiento.
En homenaje a los fundadores de la Universidad de Buenos Aires que este cuadro magnífico que preside el escenario en recuerdo a los estudiantes que hace cien años, en 1918, sentaron las bases de la reforma Universitaria y con el acompañamiento del presidente Yrigoyen que fue también egresado de esta casa.
Sus postulados de autonomía, cogobierno, libertad de cátedra, periodicidad de las cátedras y extensión universitaria proyectaron esa reforma al mundo y América. Y fundamentalmente, sean merecedores del diploma que en unos instantes van a recibir frente a una sociedad argentina atravesada por situaciones de desigualdad, de inseguridad y de violencia que pone, esperanzada en cada uno de ustedes, esta herramienta para que contribuyan a la realización de los objetivos impresos en el preámbulo de la Constitución que estarà presente en cada formula de juramento o de promesa que cada uno de ustedes ha elegido: afianzar la justicia, consolidar la paz interior y promover el bienestar general.
Gracias por su atención y felicitaciones nuevamente.