Discurso pronunciado por el Dr. Emiliano Buis
Acto de colación de grado del día 20 de abril de 2018
Estimado Sr. Decano, Sra. Secretaria Académica, autoridades de la Facultad y colegas, graduados y familiares, buenas tardes. Es un privilegio para mí tener la posibilidad de compartir unas breves palabras, a la vez de adiós y de bienvenida, en un momento de enorme emoción.
Hoy estamos viviendo la culminación de un ciclo en el que se gradúan estudiantes de la Universidad de Buenos Aires, una institución que conocemos, que queremos como propia y que resulta nuestro espacio cotidiano, pero que de modo objetivo constituye una de las universidades latinoamericanas más importantes del mundo. Ustedes tienen el privilegio de haberse graduado en una Facultad que se enorgullece de los pilares sobre los que se erige: justicia, igualdad, pluralismo, respeto y promoción de los derechos humanos.
En esta casa ustedes no se formaron como meros técnicos de la abogacía, sino como verdaderos juristas, capaces de enfrentar los desafíos de la profesión con herramientas teóricas y prácticas.
Quienes nos dedicamos a la enseñanza en esta universidad confiamos en que la educación recibida les permitirá enfrentar los numerosos desafíos que tendrán sin duda a lo largo de su carrera. Suelo decir en mis clases que el derecho es una construcción humana que debe responder a los valores de una comunidad, que debe luchar por erradicar la injusticia y permitir cambiar aquello que funciona incorrectamente en el seno de una sociedad. Esperamos haber formado personas que comprendan el imperativo de estar a la altura de ese desafío, dispuestas a actuar de modo ético con un compromiso a favor de la verdad y la justicia. Que defiendan lo público con una perspectiva que privilegie los principios antes que los intereses, concientes siempre de que es preciso trabajar para combatir las profundas injusticias que existen en nuestro país y en el mundo.
El esfuerzo que han realizado ustedes a lo largo de su carrera ha sido enorme, como así también lo ha sido el que realizó la comunidad académica en general, sus familiares y amigos. Se trata de un ejercicio compartido, cuyo éxito ha sido sólo posible gracias a una sociedad que, a pesar de todas las dificultades, ha conseguido hacer un baluarte de la existencia de universidades nacionales públicas y abiertas. En otras palabras, premiar el proceso culminado hoy no es sólo la congratulación por una tarea individual, sino también el orgullo por un trabajo conjunto y permanente de quienes las y los rodean, sostenido en la convicción de que las sociedades no pueden seguir desarrollándose si no es con educación democrática y de calidad.
En un país que no necesariamente premia siempre el esfuerzo colectivo y que suele tener dificultades para asegurar proyectos de largo plazo, ustedes son un ejemplo de sacrificio y constancia. Pero un ejemplo del que seguimos esperando mucho.
No se olviden de que este acto hoy está lejos de ser una despedida. Tómenlo como un “hasta luego”, porque esta Facultad en la que han pasado años estará siempre dispuesta a recibirlos, ahora como graduadas y graduados, quizás como docentes. Nos alegra haber acompañado este logro durante sus carreras de grado y sepan que estaremos aquí siempre para volver a estrecharles la mano. Vayan mis sinceras felicitaciones, queridas y queridos colegas, y mis deseos de una vida profesional y personal llena de merecidos logros.
Muchas gracias.