Discurso pronunciado por la Dra. María Susana Najurieta
Acto de colación de grado del día 23 de marzo de 2018
Buenas tardes, señor vicedecano de ésta Facultad de Derecho Dr. Marcelo Gebhardt, señora Secretaria Académica Dra. Nonna, autoridades presentes, profesores y colegas, queridos graduados y graduadas, señoras y señores.
Se me ha encomendado el gran honor de transmitir a ustedes la felicitación y el orgullo de la comunidad académica por este logro que es haber concluido la carrera universitaria de grado. Es un hito que llena de emoción a sus familias y amistades, y también a nosotros los profesores. Es un momento trascendente en la vida de cada uno de ustedes.
A partir de ahora, todas las energías que estaban puestas en concretar un gran proyecto, en alcanzar un sueño, deben reencausarse. Se abre en el futuro inmediato la inserción de ustedes en la vida profesional en una sociedad que necesita vivir en la verdad, en la justicia y en el respeto del Derecho.
Ciertamente hay mucho esfuerzo personal detrás de cada graduado. Pero también es cierto que no es un camino que se recorre solo. La celebración de hoy alcanza a la familia. Padres, hijos, esposos, esposas y también la familia por elección –los amigos. Los entrañables amigos de la vida y de la Facultad que han apoyado los momentos difíciles y hoy festejan con ustedes este título.
Se han graduado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires que es reconocida por su prestigio y por la idoneidad de sus profesionales en toda la región. El título que van a recibir revela que han seguido un camino de dedicación, que han perseverado, que han sabido investigar, crear, reflexionar sobre los contenidos, vincular ideas mejor que la más moderna de las computadoras. Pero también revela que han recibido una formación en valores éticos -imprescindibles para la convivencia- y una formación en el esfuerzo.
En palabras del gran médico argentino Dr. René Favaloro: “un profesional se forma con esfuerzo, actualización científica constante y ética”. Esto es válido en todas las profesiones y especialmente en la nuestra. Ustedes ocupan un lugar privilegiado. La comunidad ha sostenido y continua ofreciendo la carrera de grado laica, gratuita, plural que hoy ofrece mayor tecnología para facilitar el acceso al estudio en igualdad de condiciones. Desde este lugar al que han llegado, queridos jóvenes sepan que tienen responsabilidad social. Es necesario que emprendan un camino donde sean apasionados por la dignidad humana. Los desafíos son muchos y a veces advertimos realidades decepcionantes.
La cantidad de las relaciones parece sustituir la calidad de los vínculos. La respuesta instantánea y a la distancia reemplaza a la comprensión de la mirada. La eficacia parece tener prioridad frente a la justicia de la solución. A pesar del auge de las tecnologías y de la ciencia de la comunicación, no hemos satisfecho aun los objetivos de desarrollo para el nuevo milenio.
Tampoco estamos orgullosos de haber podido construir un mundo digno de los niños y las niñas. Hay pedofilia, trata de personas, tráfico de niños y de armas. ¿Cuáles serán nuestras acciones para preservar el medio ambiente y para construir la paz? Los convoco a recordar y a tener como horizonte la gran nobleza de la misión que corresponde a esta profesión de abogado. Deben dar voz a los vulnerables, asegurar el derecho de defensa y el acceso a la justicia para todos, favoreciendo la civilidad y la convivencia.
Deseo para ustedes que en cada una de las opciones que les ofrezca el futuro, usen sus herramientas intelectuales y morales para hacer que todas las personas desarrollen sus talentos liberadas del temor y de la miseria. Aporten idoneidad y sentido común y los frutos serán de excelencia. Tal vez no es la frase que desean escuchar el día de hoy pero todos sabemos que el estudio no ha concluido. El Derecho es dinámico como la vida misma y el estudio debe continuar, no solamente para actualizar los conocimientos en forma constante sino también para alimentar la reflexión sobre el sentido del Derecho y sobre el sentido de la vocación de cada uno de ustedes. Como abogados litigantes o consultores, como mediadores y negociadores, como docentes e investigadores, como jueces, como hombre y mujeres de Estado, políticos y estadistas, todos los caminos necesitan un espíritu abierto a la novedad y a la diversidad.
Esta Casa de Estudios tiene sus puertas abiertas para apoyar la formación continua de sus graduados y también de los graduados de otras facultades nacionales y extranjeras. Con generosidad esta Facultad ofrece sus bibliotecas, su hemeroteca, la sala multimedia, la actividad científica de sus departamentos de posgrado y de investigación y doctorado, los institutos de las distintas especialidades -allí se forman los docentes y los investigadores del futuro.
Todos escuchamos hoy que los trabajos del futuro tendrán muy poca relación con los trabajos en las formas que los conocemos actualmente. ¿Cómo afrontar, cómo estar preparados para estas transformaciones? En los momentos de cambio debemos aportar las notas esencialmente humanas: la imaginación, la creatividad, la solidaridad, la palabra para la composición, la renuncia al egoísmo, el sacrificio por la justicia. Lo mejor que puedo desearles es que sean útiles para la comunidad, que honren la profesión con decencia, que descarten la mediocridad, que en el camino que elijan se distingan por aportar ese plus que permite construir una trama social donde la prioridad sea el bien común. En nombre de las autoridades de esta Casa de Estudios y de toda la comunidad educativa los felicito. Disfruten este gran día con la familia y con plenitud.
Se lo merecen. Muchas gracias...