Discurso pronunciado por el Dr. Mariano Fernández
Acto de colación de grado del día 5 de mayo de 2017
Buenos días a todos y todas, buenos días autoridades de la Universidad, buenos días docentes y profesores, buenos días egresados, buenos días amigos, amigas, padres, madres, novios, novias; quienes han venido hoy al acto de jura. Me he debatido bastante entre hacer un discurso leído o improvisado y gano la formalidad, me hicieron poner corbata y voy a leerles el discurso.
Trataré de hacerlo lo más breve posible, la realidad es que han terminado una carrera universitaria, y el acto de hoy es la culminación de todo su esfuerzo, todos los que estamos acá sabemos lo que es el esfuerzo que implica llegar hasta donde llegaron, es su jura y por eso merecen que los felicitemos, podría haber armado un discurso largo y solemne citando autores de Derecho, hablar de principios, de conducta, de ética, de moral, pero lo cierto es que los aburriría mucho.
Lo que importa aquí no es mi discurso sino ustedes, quienes vinieron a buscar su título, y soy yo quien va hablar para ustedes, van a ser ustedes los destinatarios de mis palabras, así que con lo importante del logro y de la meta que han logrado lo que me gustaría pedirles es que se distiendan un poco, es su jura y tienen que disfrutarla.
Se han recibido, han finalizado una larga carrera que seguramente ha estado llena de momentos hermosos, de alegrías, noches de estudio, broncas, frustraciones, el abrazo de gol cuando salieron de su último examen; terminan hoy una etapa que es la etapa estudiantes, van a seguir estudiando pero la tapa estudiante de grado finalizó y cuando pase el tiempo y miren hacia atrás se van a dar cuenta que están terminando una de las etapas más lindas de la vida, que es la etapa del estudiante. Piensen que la Facultad no sólo los forma como abogados, también los ha socializado, les ha dado amistades, compañeros, futuros socios por ahí, y al que tuvo más suerte un novio o una novia que han sacado de esta Universidad la cual hoy los agasaja con este acto, van a entrar en una etapa difícil que es la etapa del recién recibido, la del abogado que se siente un poco perdido porque precisamente perdió esa inmunidad que daba el hecho de ser estudiante y que no tiene tampoco el aplomo que da la experiencia.
Van a entrar muy probablemente en una etapa de psicosis de desesperación en la cual se plantean si está bien que hayan estudiado Derecho o si no tendrían que haber estudiado otra cosa, que hacemos ahora con el título, bueno cuando les ocurra eso ténganse paciencia porque todo les llega, les va a llegar el conocimiento, les va a llegar la experiencia, les va a llegar el aplomo y a la larga les van a llegar los honorarios, ténganse paciencia, la misma paciencia que tuvieron cuando entraron hacer el CBC o cuando acá a la Universidad.
Vean el título que hoy tienen o que van a recibir no sólo como la coronación a su esfuerzo sino también como una herramienta, una herramienta que los puede ayudar a ser mejores personas, sean abogados pero sean buena gente, usen la profesión para ayudar, para hacer aquello que les gusta, para ser felices, el tiempo se encarga solo de acomodar las cosas, sean pacientes con lo que les va a llegar ahora como recién recibidos, y no se olviden que este título no es de ustedes solos, atrás hay mucha gente que los quiere y que los ha ayudado a llegar hasta acá y que hoy se siente igual o más orgulloso que ustedes de recibir el título, no se olviden de las novias, los novios , los hermanos que han tenido que aguantar estoicamente sus berrinches y sus histerias de estudiantes, los amigos que les han hecho compañía, la familia que los ha apoyado, ese papá que se levantaba muy temprano para traerlos a la Facultad o que se acostaban muy tarde porque los venía a buscar, todos aquellos que les prestaron la oreja con su frase de “no llego no llego” , “me va a ir mal” , “me bochan”; este título es también es un poco de ellos y está bien que ellos también lo disfruten.
Está bien que se sientan orgullosos de haber recibido el diploma, a ellos que seguramente están acá también los quiero felicitar, recuerden quienes son y de donde vienen, que antes de ser abogados eran personas, seguramente buenas personas, traten de seguir siéndolo, no tenemos buena fama los abogados pero está en nosotros cambiar esa fama, está en ustedes cambiar la fama que tenemos, usen la profesión no importa lo que hagan para ayudar, para dar auxilio y por último quiero recordarles algunas cosas que jamás deberían hacer: No sean mediocres, busquen siempre la excelencia, busquen ser los mejores, no se callen, no agachen la cabeza, si en algún momento ven una injusticia luchen, háganse escuchar, logren que lo Derechos sean respetados, logren que las personas sean respetadas, ahí no sólo van a ser abogados, van a ser buenos abogados, prometí que mi discurso iba a ser cortito y yo cumplo con mi palabra, es su jura así que ahora ínflense de orgullo, párense y vengan a buscar su título.
Gracias por escucharme.