Discurso pronunciado por el Dr. Ignacio Anitua
Acto de colación de grado del día 20 de diciembre de 2016
Buenos días a todos y todas. Señora Decana:
Es un placer estar aquí, un honor en el que me han hecho al invitarme a entregar títulos y decir estas palabras. Me lo han hecho principalmente ustedes, los estudiantes, ya que la facultad fue, es y seguirá siendo su casa, a la cual nosotros los profesores, somos siempre sus invitados privilegiados.
Sé que esta ceremonia es muy importante para ustedes y creo que es muy necesario que le den esa importancia. Es un ritual y tiene un símbolo principal que es el del juramento o la promesa, es un acto que obliga, La entrega de un título es un ritual pero no simboliza la finalización de una temporada de estudios, sino el comienzo de otra temporada en la cual ustedes continuaran estudiando; pero además aplicando, poniendo en ejercicio ese conocimiento. Por ello, espero seguir viéndolos por acá en las aulas de posgrado y también en la biblioteca.
Aprovechen, por cierto, estudiar ahora, porque tendrán cada vez menos tiempos. Y tendrán poco tiempo, justamente, por eso en lo que se obligan en este juramento. Para darle cumplimiento es necesario que hayan aprendido realmente esas cosas que normalmente no se estudian, pero que son las más importantes. Las que guiaran ese accionar como profesionales del Derecho. Ustedes tienen que actuar con responsabilidad, con humildad y con capacidad de reconocer injusticias y voluntad de remediarlas.
Ustedes, como nosotros, también han gozado de un privilegio: han estudiado en esta universidad pública, de calidad y gratuita. En verdad, no es gratuita, pero ustedes no pagaron por sus estudios. Los paga el Estado y la sociedad a través de sus impuestos. Lo que, lamentablemente en nuestro país, quiere decir que la pagan los que menos tienen, los que pagan más impuestos indirectos, por sobrevivir simplemente; y aquellos que no reciben los bienes y las posibilidades, las que si tuvimos nosotros. Eso implica la deuda que es contraparte de ese don recibido y que han sabido aprovechar ustedes con mucho sacrificio personal y familiar. Ustedes trabajarán por su sustento y por el éxito, pero también en favor de esas víctimas de este sistema que es injusto por desigual. Eso implica una lucha, lamento decirles que se debe luchar por el Derecho. Eso no lo dijo Marx, sino que lo dijo Ihering que era un jurista alemán bastante conservador.
Un día como hoy hace solo 15 años muchas personas fueron asesinadas por luchar por sus derechos en estas calles. Como profesionales del Derecho, deben ustedes luchar por ser conocedores de aquellas herramientas o instrumentos que permitan que, en vez del conflicto humano lastime a sus contendientes, los integre en la sociedad de la cual forman parte, logrando la superación de esos conflictos. Tienen que luchar para ser instrumentos de paz y no de guerra. Pero también tiene que luchar para que el derecho se cumpla, y se cumple si es para todos. Si se trata a todo ser humano como portador de derechos, si se lo trata como persona. Si cada derecho humano es lo contrario del privilegio. Yo no quería entrar en latines, pero recuerden que esa palabra, “privilegio”, viene de “privis legis”, es decir: el derecho o la ley particular o privada que solo tiene uno, excluyendo a los otros. Por el contrario, el Derecho, el Derecho Público, implica reclamar para todos lo que se reclama para sí. Para ello deben luchar, para quienes ven vulnerados sus derechos por motivo de género, nacionalidad, clase, raza o cualquier otro. Y también por ustedes, por nosotros mismos. Por ser integrantes de una sociedad igualitaria, que es aquella la democracia. La que en su horizontalidad nos permite ser libres y vivir en paz. Para todo eso tienen que continuar estudiando, continuar luchando, continuar buscando herramientas que les permitan ser instrumento de transformación de los conflictos, para vivir en esa sociedad democrática y sin privilegios.
Estudiantes egresados: espero que tengan una hermosa carrera como profesionales del Derecho y que ayuden con ella a mejorar la vida de muchas personas, especialmente las que sufren vulneraciones en sus derechos.
Muchas gracias.