Discurso pronunciado por la Dra. Virginia Badino
Acto de colación de grado del día 15 de julio de 2016
Muy buenas tardes Sr. Vicedecano de la Facultad de Derecho, Dr. Alberto Bueres, señora Secretaria Académica, Dra. Silvia Nonna; profesores aquí presentes, egresados y familiares.
Es un gran honor estar hoy frente a ustedes. Ser parte de este día único festejando lo que significa un gran logro en la vida de cada uno, de sus familias, de la sociedad. Desde muy chicos nos preguntan qué vamos a ser cuando seamos grandes Hoy ya son. Hoy coronan la respuesta. Y es esa decisión que un día tomamos que hace que hoy sea un día muy especial. Nuestra Facultad de Derecho que es quien nos abrió sus puertas, esta facultad pública, gratuita y laica, que tiene el orgullo de estar entre las mejores; en este día tan especial los reconoce como egresados de sus aulas, de sus docentes; del octavo piso del Palacio, por el que casi todos ustedes han transitado. Y es ese Centro de Formación Profesional, dependiente del Departamento que dirijo, el que los inicia en el ejercicio de la profesión.
Nuestra materia nos ofrece una muestra de lo que significa ser abogado: la enseñanza se realiza a través del trabajo de casos reales. Se investiga, se llevan adelante los litigios; los alumnos van adquiriendo habilidades, destrezas y capacidades fundamentales para el ejercicio de la Abogacía. La formación en la Práctica Profesional es valorada y apreciada, no solo en los ámbitos educativos, sino y, fundamentalmente, en el campo laboral, situando a nuestros egresados en una posición sumamente ventajosa en relación a aquellos que no han transitado por este aprendizaje. Estos ciclos de enseñanza incluidos en el desarrollo de la carrera posibilitan el contacto directo con la realidad del trabajo profesional a través de una práctica tutoreada por docentes. El aprendizaje-servicio resulta de tipo experiencial, desarrollándose en un mecanismo particular de formación, ya que la riqueza que ofrece cada situación planteada es única, permitiendo aprender sobre la utilización de otros recursos que difícilmente se presenten en el marco del caso clínico.
Esta formación va y es acompañada con las nociones de ese ejercicio profesional en un marco ético: no es de un deber ser, sino a través de la referencia concreta de la posible comisión de faltas éticas. Este ejercicio que exige la práctica profesional es el que realizamos en nuestro patrocinio.
Pero esta pasión por la enseñanza a través de su maravilloso cuerpo docente no termina más: dejamos de ser alumnos de grado, pero nuevamente nuestra Facultad nos abre las puertas a través de su continua capacitación. Del área de posgrado, graduados o el inicio de una carrera docente. Nunca termina la posibilidad de aprender. Y es que, al ir entendiendo de qué se trata el derecho las piezas encajan, y esa maquinaria de conocimiento interminable nos fascina y nos atrapa. Saber que somos capaces de defender los derechos e intereses de otras personas, de representarlas en un juicio y, que si bien implica una gran responsabilidad por los intereses que nos confían nuestros clientes, nos brinda la gran posibilidad de transformar buscando una sociedad más justa.
No puedo dejar de mencionar especialmente a los que egresan hoy del Traductorado, del Profesorado en Ciencias Jurídicos, los procuradores; cuyos valiosos aportes enriquecen y contribuyen al mundo del Derecho. El conocimiento nos hace libres, nos enriquece, fortalece, nos abre nuevos y desconocidos mundos, nos convierte en mejores personas. Y hoy celebramos el cierre de una etapa en la que han estado transformándose en un mejor ser. Esta es nuestra casa y uno sabe que la casa de uno siempre tiene las puertas abiertas.
Muchas gracias.