Discurso pronunciado por el Dr. Guillermo Ángel Colla
Acto de colación de grado del día 23 de mayo de 2014
Señora Decana, autoridades presentes profesores, estudiantes, personal no docente, nobeles graduados, señoras y señores.
Feliz y celebre tarde, mi gratitud a la señora Decana y al Consejo Académico por facultarme a expresar estas palabras, lo que hago con profunda emoción por la significación de este magno acto. Si bien son diversas las especies de títulos de quienes reciben diplomas hoy, nos une el común denominador del derecho.
Nobeles graduados bienvenidos, elevemos el espíritu, demos gracias y celebremos el logro de esta preciada meta. Porque esta es una celebración de un acontecimiento irrepetible en vuestras vidas, donde esta casa abraza a una nueva promoción y sus autoridades y profesores se satisfacen de haber colaborado con ello. Bienvenidos al claustro de graduados potencialmente al de docentes pero fundamentalmente nada menos que a la habilitación que el ejercicio profesional. Culminan una etapa de ensueño, cual es la de estudiante, que no los embargue la tristeza y que esta nueva transición les permita suplir o disimular su nostalgia.
Sin duda de que este logro es consecuencia de vuestro esfuerzo, dedicación y postergación de otras actividades junto con el aporte de vuestros padres, conyugues y amistades. Todos reciban la más cálida felicitación por ello. En vuestra perspectiva personal comienzan un nuevo y significativo siclo en el cual adquiere significación el término de responsabilidad en sus diversas dimensiones. Primero en la idoneidad, en el buen desempeño de las reglas del arte concomitante con las que emergen de las leyes y de los preceptos éticos. La realidad actual del derecho es muy compleja, ustedes graduados la saben en función de los estudios realizados.
Para citar algunos ejemplos mencionemos: “Los desafíos de la globalización, la tendencia de uniformidad de ciertas legislaciones, la proyección de las convenciones internacionales, el control de convencionalidad, los procesos de integración, el neo constitucionalismo, la gran cantidad de temas y aspectos que ingresan al ámbito jurídico peticionando respuestas, el inmenso espectro de los derechos humanos, las nuevas disciplinas, la proliferación legislativa, etc., a lo que se adura en nuestro medio nada menos que la propuesta de reforma del Código Penal y un unificado Código Civil y Comercial”. Esta breve enunciación obliga al conjunto de los operadores jurídicos, al que se incorporan ustedes, a una constante actualización, perfeccionamiento y análisis a la luz de la legislación, doctrina y jurisprudencia como único modo de brindar respuestas y decisiones razonables y justificables a los interrogantes y conflictos que presenta la sociedad. Cabe reflexionar aquí sobre un aspecto institucional cual es el que todos alguna vez nos graduamos hemos contado con la gracia de poder realizar y culminar los estudios terciarios y superiores en esta universidad pública, libre y gratuita. Ello gracias a una decisión política que afortunadamente en lo sustancial se mantiene y por el aporte del conjunto de la sociedad conformado incluso por humildes trabajadores que en muchos casos no pueden acceder a ellos.
Extendiendo, hoy, esa generosidad de la Nación a miles de extranjeros. De ellos se deriva un deber cierto y perdurable de compensar en el tiempo ese beneficio gratuito percibido por adelantado, poniendo a l servicio de la sociedad los conocimientos y practicas adquiridos destinados al logro de soluciones orientadas a una progresiva convivencia social que convierta en operativos los derechos fundamentales, propicie la formación de una conciencia e identidad nacional y principalmente institucionalice un efectivo estado de derecho. La Constitución Nacional, las leyes, el derecho, todos direccionados a afianzar la justicia como lo proclama el preámbulo de la primera y en su caso también la equidad, deben ser respetados, soportados y aplicados a todos , sin excepción por quienes tienen ese deber al igual que todos somos y gozamos de los derechos. En igual contexto debemos mantenernos dentro del ámbito institucional de esta gloriosa universidad y facultad en alguno de los tantos espacios que nos brindan, bregando siempre de su vigencia, fortalecimiento y excelencia.
A estos aspectos antecedentes se agrega lo que constituye la misión de los operadores jurídicos. Si nuestras leyes propician y establecen un estado de derecho, debemos analizar realmente si la realidad condice con su efectiva vigencia. Lamentablemente una rápida comparación nos lleva a que esto no es así, el excesivo culto al relativismo axiológico nos fue dejando sin valores, hoy inexistentes. Hay una convulsión social donde la violencia va superando los canales de la convivencia y de la reflexión en orden al aporte de ideas y soluciones.
La extensión atribuida a esta exposición impide siquiera una mínima simplificación en cuanto a esto. Baste señalar algunos extremos gravísimos cuales son que hoy paulatinamente se está apoderando la práctica de la justica por mano propia. Si esto no fuera suficientemente grave se le agregan crímenes tales como comprobar en esta propia ciudad la existencia de clavitud sea para infames servicios laborales, sea para la explotación sexual de personas indefensas a la par que contemplamos la instalación de establecimientos donde se realizan estos crímenes. Si somos gente de derecho, debemos reaccionar y establecer y aportar todo lo que esta casa y la sociedad nos dio en aras de un efectivo establecimiento de un estado de derecho.
La historia enseña que en todas las ocasiones donde no ha existido justicia, no fue posible ni la paz ni el progreso. Entonces, si propiciamos, si queremos la paz, breguemos y luchemos por una efectiva justicia. Esta tarea no es fácil, la lucha por el derecho viene de siglos, nosotros tenemos nuestros honrosos juristas que han sido cientos y nuestros mártires en esa lucha por el derecho. Honrémoslos, sigamos sus enseñanzas pero por sobre todas las cosas no cedamos en este intento y propósito de establecer un efectivo estado de derecho. A él estamos obligados toda la sociedad pero especialmente los que somos operadores jurídicos.
Vosotros, los nuevos graduados, no duden en que deben tomar los estandartes, la posta, ocupar los espacios para que esto sea posible y para que la sociedad mejore en todos sus aspectos. Por qué, porque la satisfacción de nuestra generación o de anteriores radica en que nos superen en esfuerzo.
Que Dios o la deidad de cada quien le brinde las más provechosa bendición para el éxito en vuestra profesión y en nuestra vida y nos guie. No se desanimen ante las adversidades y dificultades seguras. No traicionen el compromiso y juramento que hoy prestan ni las profundas convicciones que en lo personal los llevaron a optar por esta carrera o profesión. Piensen cuan distinta sería la sociedad si se aplicara una vieja regla denominada de oro: “Obra con los demás como desearías que obraran contigo”. El mundo sería notablemente distinto. Hasta el triunfo del imperio de la justicia para posibilitar la paz y el progreso la soberanía y la felicidad de la Nación.
Gracias, buenas tardes.