Discurso pronunciado por la Dra. Graciela Chalita
Acto de colación de grado del día 21 de septiembre de 2012
Señor Vicedecano de la Facultad de Derecho, Señora Secretaría Académica, autoridades de la Facultad, Profesores y Profesoras, Graduados y graduadas, sus Familiares y amigos, Señoras y Señores.
Estoy totalmente segura que no soy nada original si les comento que siento una gran emoción por estar acá, aceptando y desde ya muy agradecida ante el pedido de la Sra. Decana para transmitirles un mensaje en este día de tanta importancia para cada uno de Uds. y tampoco soy original si les digo que cada vez que concurro a una jura de flamantes abogados, doctorandos y/o profesores recuerdo el día que recibí mi título y “egresé” entre comillas de esta casa de estudios. Y por supuesto digo egresé entre comillas porque egresar quiere decir graduar, salir, irse y en mi caso nunca me fui.
Es importante y vital destacar que este título lo han logrado gracias al esfuerzo personal de cada uno de Uds. y también gracias a la enorme posibilidad que brinda esta prestigiosa Universidad pública y gratuita, ambas cuestiones absolutamente ciertas. Y agregar que de acá en más quedan Uds. en deuda para devolver todo lo que han recibido. Creo que ambas cosas lo saben.
Si bien es cierto que ante egresados se hace referencia a lo que la sociedad espera de ellos, yo he preferido traerles un deseo, espero que después de muchos años de recibidos, puedan aún vivir con alegría y honestidad el ejercicio profesional, es decir, su desempeño como abogados.
En estos días repasé lo vivido desde que recibí mi título en este mismo salón y quise averiguar cual es el motivo por el cual, hoy, después de una suma considerable de años que no les cuento por un tema de coquetería femenina, aún estoy conforme con mi elección y aún la vivo con alegría. Y las respuestas que me aparecieron fueron dos: la primera, como ya les dije, porque aunque recibí el título y por tanto en su momento me convertí en egresada de la Facultad, en realidad nunca me fui. Mi carrera docente se inició juntamente con el egreso y siguió hasta ahora, y esta tarea docente que quizás pudo empezar en forma casual, luego se convirtió en un lugar muy querido e indispensable. El contacto con los alumnos, el aprendizaje que brindan los alumnos al profesor, y quienes me conocen saben bien que mi opinión en tal sentido es muy firme, los conocimientos que se van adquiriendo, algo así como un lugar de renovación personal y frescura que me sirvió para superar algunos momentos dificultosos que toda actividad tiene. Es difícil o mejor dicho, no es verdad, decirles que una vez egresados y habiendo superado todos los obstáculos que acá dentro han vivido, se inicia una etapa de bonanza y bienestar. Es cierto que durante un primer tiempo vivirán la nube rosa del egreso pero luego, nuestra profesión, en cualquiera de las áreas en que cada uno de Uds. se desarrolle, como cualquier otra tarea remunerativa, les brindará éxitos y alegrías y también sinsabores. En mi caso siempre mantuve el interés por las cosas nuevas y diferentes y en esta visión colaboraron, aún sin saberlo, mis alumnos.
Y la segunda de las respuestas que me apareció, siempre como fundamento de mi satisfacción por la carrera profesional elegida, fue haberme dado cuenta que mi título de abogada me permitió trabajar en lo que me gusta, desarrollarme económicamente, pero también vivir un costado que esta profesión nos brinda y que no deberíamos ignorar, como es la posibilidad de brindar ayuda a las personas. La profesión de abogado por su indudable costado social, nos da la enorme oportunidad de usar nuestra sabiduría y nuestra experiencia simple y llanamente para ayudar al otro. Y no me estoy refiriendo a grandes actos heroicos, no se necesita ser abogado mediático, ni político, ni gran investigador, ni siquiera destacado profesor, me refiero a quien trabaja simplemente de abogado, a esas pequeñas anécdotas, de una manera tranquila, cotidiana, sencilla, que nos demuestran que podemos dar alivio a alguien, ayudarlo cuando está padeciendo o confundido, colaborar para encontrar solución a su conflicto y estas conductas pueden o no estar relacionadas con el beneficio económico.
Uds. se han capacitado para enfrentarse a conflictos, diagnosticarlos y hallarles solución legal; es mi deseo que tengan en cuenta que pueden sumar un agregado importante: tener la satisfacción de trabajar para colaborar en la obtención el bienestar de las personas.
Hoy es un tiempo de balance para Uds., cuando yo obtuve mi título decía que tenía que darles una fotocopia del mismo a cada uno de los integrantes de mi familia que me habían dado tanto apoyo, hoy es tiempo de sentirse satisfechos por todo lo que hicieron, recordar los momentos divertidos, las amistades cosechadas y los momentos menos gratos cuando tuvieron alguna caída en el camino. Pero por suerte hoy es tiempo de estar muy felices y satisfechos y creo que este es el momento para proponerse vivir esta profesión con muchas ganas y con la intención de buscar los caminos para que el interés, la felicidad y estas enormes ganas que hoy viven puedan mantenerlas por muchos años. Ese es mi deseo, disfruten y tenga verdadera noción de cuantas cosas importantes pueden estar en sus manos.
Les deseo queridos colegas muchísima suerte y muchas gracias por escucharme.