Discurso pronunciado por el Dr. Fermín Pedro Ubertone
Acto de colación de grado del día 6 de julio de 2007
Señor Decano, autoridades de la Casa, profesores, familiares, amigos y, en especial, jóvenes colegas que dentro de unos minutos van a recibir el título que los acredita como graduados de la Universidad de Buenos Aires:
Tantas veces he estado sentado ahí, en las butacas, pensando el rol del orador en este acto tan solemne, en este Salón de Actos impresionante colmado de gente. He pensado siempre sobre lo importante de las palabras del orador y, cuando llega el momento, esas cosas tan importantes a mí no se me ocurren. ¡Qué le vamos a hacer! Voy a conversar con ustedes de una manera sencilla, como podría hacer mano a mano con cualquiera de ustedes.
Ustedes han culminado una etapa. Han completado la carrera universitaria y ahora van a comenzar una nueva etapa, que es la del ejercicio profesional.
En la época de la carrera la mayoría de ustedes ha trabajado, muchos tienen obligaciones familiares, todos seguramente han tenido problemas de distinta índole. Sin embargo, se sobrepusieron, continuaron adelante y lograron alcanzar la meta que se proponían: la finalización de la carrera, la obtención del título. Todo esto para ustedes es muy importante, porque han superado los obstáculos y han demostrado que son capaces. Lo han demostrado ante sí mismos, que es lo que verdaderamente cuenta para la etapa que sigue.
Quisiera que noten que no les he dicho que han terminado de estudiar. El mundo del Derecho es muy cambiante, a velocidades cada vez mayores. Tiene, además, una complejidad por la cual aparecen áreas de posible desarrollo profesional inimaginables hace unos años. Ello significa que para hacer un adecuado desempeño de la profesión es necesario actualizarse de manera permanente y, si es posible, especializarse en alguna de estas áreas. Afortunadamente, a esta necesidad del ejercicio profesional la Facultad responde con una excelente oferta de Posgrado, desde los Cursos Independientes o Programas de Actualización hasta las Carreras de Especialización o de Maestría.
Por eso yo espero seguir viendo a muchos de ustedes en la Facultad, como cursantes de Posgrado y también como Auxiliares Docentes. La docencia es una de las maneras de aprender. El profesor aprende en cada clase que da. No deja de aprender ni siquiera en la última clase de su vida.
Por el esfuerzo que han hecho y por el resultado obtenido, yo los felicito. Ahora, a lo que sigue: la etapa del ejercicio profesional. Lo primero que se me ocurre mencionar es la Ética con que debe ser ejercida la profesión. Esto es algo todos nosotros sabemos y no necesitaría decirse. Pero yo tengo la mala costumbre de decir cosas que todos sabemos, e igual las repito. La Ética profesional se relaciona con el juramento que van a prestar dentro de unos minutos. Les pido que no quede como un trámite formal, un simple acto burocrático. Les pido que quede en su mente como la guía para todo su desempeño profesional.
Además, nuestra profesión se relaciona con la Justicia, estamos al servicio de la Justicia. Nuestro trabajo tiene que contribuir para que todos podamos tener Justicia, la Justicia que necesitamos, la Justicia que merecemos. Tiene que ayudar para que reciban protección los derechos humanos de todos. Para estos fines la actividad del abogado es indispensable; sin perjuicio de los aportes que pueden hacerse desde otras profesiones. También esto les pido que lo tengan presente, porque es lo que da fundamento a la dignidad de la profesión.
Ahora bien, este cuadro donde estoy hablando de “Ética”, “Justicia”, “derechos humanos” y “obligaciones” no quedaría completo si no lo miráramos también desde otro punto de vista. Si trabajamos al servicio de la Justicia, también es justo que podamos ganarnos dignamente la vida por medio del ejercicio de nuestra profesión.
Y esto nos conduce a los problemas de la inserción laboral. La situación no es fácil. No obstante, yo les puedo decir que tampoco era fácil hace 40 ó 50 años cuando yo me recibí y se recibieron mis compañeros. Lo digo por la experiencia propia y la de los colegas que comenzaron a trabajar en la misma época. No se queden ustedes imaginando que a nosotros nos tocó todo fácil y justo ahora las cosas se han puesto feas. A nosotros también nos tocó difícil, aunque con otras modalidades. Ustedes van a poder resolver los problemas de la época actual, precisamente porque es la época que les corresponde y para la cual están preparados.
Sobre estos años recientes, conozco la situación en distintas profesiones a través de lo que me cuentan mi hijo, los amigos de mi hijo, los hijos de mis amigos. En lo específico de la profesión jurídica, conozco la situación a través de los ex alumnos que han quedado vinculados conmigo como auxiliares docentes. Lo que yo he comprobado, por lo que me dicen estas distintas fuentes, es que quien se ha preparado, quien se ha capacitado, quien cumple con responsabilidad las obligaciones que asume, esas personas, esos profesionales, consiguen un buen trabajo, con una remuneración adecuada. Algunos lo logran más pronto, a otros les lleva un poco más de tiempo. No se desanimen si las oportunidades no aparecen enseguida. Hay que seguir buscando, con empeño, con persistencia, y las oportunidades van a aparecer.
Cuando sea el momento, tendrán que decidir rápido. Esto es una clave de la época actual: hay que decidir rápido. Hay que tomar ciertos riesgos, porque uno no tiene una información completa. Por supuesto, nunca se puede tener una información sobre lo que va a pasar en el futuro, entre dos alternativas cuál es la mejor. Tendrán que decidirse e inevitablemente tendrán que tomar algunos riesgos. No hay posibilidad de tomar decisiones seguras. Esto es normal y así deben comprenderlo. Con el tiempo habrá posibilidades de cambiar a otra área o modo de ejercicio profesional.
Las oportunidades van a aparecer. Pero no nos podemos quedar tranquilamente a esperar que lleguen a nuestra casa, nos golpeen la puerta, nos despierten de la siesta y nos pidan por favor que las aceptemos. Hay que ir a buscarlas, hay que tratar de generarlas; hasta inventarlas, si es el caso. Hay que hacerlo con decisión, con firmeza, con creatividad. Ustedes ya han demostrado su capacidad para la etapa que les correspondía hasta ahora, que era la carrera universitaria. Ahora tienen que tener la convicción de que son capaces también para esta etapa del desempeño profesional. Que comienza con la búsqueda de una inserción laboral adecuada y más o menos aproximada a lo que uno quiere o le gusta. Háganlo de esta manera, y les va a ir bien.
Para terminar, los vuelvo a felicitar y les deseo el mejor de los éxitos en la profesión y en la vida.
Muchas gracias.