Discurso pronunciado por el Dr. Daniel R. Altmark
Acto de colación de grado del día 22 de abril de 2005
Quiero, en primer lugar, agradecer especialmente al Decano, Dr. Atilio Alterini, y a la Vicedecana que preside este acto, Dra. Mónica Pinto, por brindarme la oportunidad de reflexionar con ustedes algunos minutos sobre la trascendencia de recibir el diploma de abogado e iniciar el apasionante camino del ejercicio profesional.
Dije reflexionar, porque efectivamente creo que son circunstancias para la reflexión y no para el discurso, y en ese camino, se me ocurre que la primera debemos dirigirla a la Universidad que los acogió, los formó y de la que hoy egresan.
Ustedes han transitado las aulas y egresan de la Universidad pública, democrática, conducida por sus claustros y preocupada por formar profesionales comprometidos con los problemas y las necesidades del país. Ello implica un privilegio, pero también un compromiso, el compromiso de ejercer nuestra profesión orientando nuestra acción a la defensa del estado de derecho, el fortalecimiento del sistema democrático y la defensa de los derechos humanos.
Egresan también de la Facultad de Derecho, que con dicha orientación ha creado el ámbito adecuado para el amplio debate de ideas, ha estado atenta a las nuevas problemáticas que la realidad le plantea a nuestra sociedad, y se ha esforzado en consecuencia, por dar adecuada respuesta, desde el ámbito del derecho a nuevos problemas, a nuevos interrogantes.
Así nos preocupamos por el impacto de la informática y las tecnologías de la información en la sociedad, y desde la moderna disciplina del Derecho Informático, intentamos formar profesionales que respondan a las necesidades de nuestro tiempo. La irrupción de la biotecnología y la manipulación genética, la necesaria protección del medio ambiente o los modernos conceptos jurídicos de defensa del consumidor, encontraron las puertas abiertas de nuestra facultad y las mentes inquietas de sus docentes y alumnos para cumplir con su función social de estudiar los nuevos fenómenos, investigar las nuevas problemáticas y en definitiva aportar a la elaboración de respuestas jurídicas pertinentes.
Esa apertura intelectual, es también la que al entregarles su diploma de abogados, les indica o pone en su camino alternativas diversas, la defensa de los derechos de nuestros clientes, el ejercicio de la magistratura como elemento esencial de funcionamiento del sistema republicano, la docencia y la investigación científica y el aporte a la optimización del proceso de sanción de normas jurídicas.
Una reflexión particular merece el convencimiento de que en tanto y en cuanto el derecho es una ciencia viva, el ejercicio de la profesión que abrazamos requiere y merece nuestra formación permanente, aspecto al cual nuestra Facultad también se ha preocupado por dar una adecuada respuesta mediante la estructuración de la oferta de formación de posgrado, que con sus programas de actualización, carreras y maestrías, se ubica entre los centros académicos de las ciencias jurídicas mas importantes del mundo.
Hicimos referencia a diversos caminos o ámbitos de nuestro ejercicio profesional, en ese camino es importante destacar que en el Aula Magna, el próximo 19 de mayo, en acto público al que me permito invitarlos por su trascendencia, el Decano de la Facultad hará formal entrega al Poder Ejecutivo del Digesto Jurídico Argentino, obra orientada al ordenamiento legislativo y en definitiva al fortalecimiento del sistema democrático y la seguridad jurídica en nuestro país.
El Digesto Jurídico Argentino viene a responder al denominado proceso de contaminación legislativa que produce como resultado que abogados, jueces y ciudadanos encuentren serias dificultades para conocer el derecho efectivamente vigente en nuestro país.
Para que entonces aquellos principios jurídicos que nos dicen que el Derecho se presume conocido por todos y que nadie puede ampararse en el desconocimiento de la ley, se transformen de ilusión a realidad, era necesario el desarrollo de una tarea colosal, el análisis de toda la normativa dictada desde la organización nacional, la detección de las normas que hubieren caducado o hubiesen sido expresamente derogadas y la propuesta de transformación en derogaciones expresas de las derogaciones implícitas que surgen de no identificar, al sancionarse una norma efectivamente qué es lo que se está derogando. Parafraseando al Dr. Alterini, el desafío era lograr “en una ley todas las leyes”.
Y esta obra fue posible y es orgullo de nuestra Facultad, con exclusivo sustento en el capital intelectual compuesto por sus docentes e investigadores que han hecho realidad la conclusión de la obra como respuesta al desafío propuesto.
Reflexionamos, sobre la importancia de egresar de la Universidad publica, democrática y al servicio del país; transitamos brevemente lo nuevo de nuestra Facultad receptando, investigando y dando respuestas a los nuevos problemas que le plantea la sociedad al derecho, sustentando la convicción de que el derecho es una ciencia viva y en constante desarrollo, hicimos referencia a los diferentes caminos que se despliegan ante ustedes para el ejercicio profesional.
Quiero finalmente felicitarlos con cariño por su esfuerzo, desearles éxitos en el ejercicio de la mas hermosa de las profesiones y recordarles una vez más que han culminado una etapa importante, pero que a no dudarlo ésta seguirá siendo nuestra casa.
Gracias.