Seminario sobre “Participación
Ciudadana en la
Era de las Tecnologías de la Información”
Dr.
Alberto Gabrielli
Director del Instituto de Derecho de las
Comunicaciones
La
presentación estuvo a cargo del Dr.
Alberto Gabrielli quien, en sus palabras
iniciales, no solo comentó los tópicos
que se desarrollarían en el seminario
sino que, además, aludió expresamente
a la tecnología como herramienta
de cambio y mejoramiento de la vida institucional.
También que la tecnología
de la información y la comunicación
ha servido para el desarrollo de otras ciencias.
Desde la "telemedicina" hasta
el "teletrabajo" el Dr. Gabrielli
compartió con la audiencia el espíritu
de la jornada, vinculado a extender las
fronteras del conocimiento y la aplicación
de las diferentes tecnologías en
nuestras vidas. No menos importante resultó
escuchar al Dr. Gabrielli poner en superficie
aquello que tiene que ver directamente con
el acceso de los mas desposeídos
a la información y la tecnología
y todo lo que debemos hacer para que eso
suceda.
Finalmente, y transcribiendo
sus propios dichos al presentar al Rabino
Bergman, el Dr. Gabrielli se refirió
a e´l en los siguientes términos:
"...Me sedujo a distancia. Lo conocí,
es decir, lo escuché por primera
vez en un acto en Plaza de Mayo y una sola
cosa: me dio esperanza. Me dije: si hay
jóvenes así, la esperanza
no debe perderse..."
Rabino Sergio Bergman
el Rabino Bergman, de la Fundación
Argentina Ciudadana, haciendo eje en la
espiritualidad y la ética, puso el
acento en la importancia de la participación
y del compromiso de cada uno de nosotros.
A continuación sus palabras que,
en este caso, hemos resuelto no resumir
ni sintetizar. Preferimos compartirlas con
Ustedes tal cual fueron pronunciadas.
S.B
:" Bueno. Agradezco yo la invitación
y la posibilidad de esta pequeña
apertura, a modo también de invocación
y de convocatoria, en el espíritu
de lo que hacemos cuando hablamos de la
tecnología, entendiéndola
como un recurso y no como un fin, como una
posibilidad de transitar y trabajar el desafío
de lo humano que nos convoca, cuando justamente,
hay tres o por lo menos cuatro puntos que
creo que son sumamente importantes para
el desafío del pacto social de la
conjunción de la nación por
venir. Creo que de eso se trata el nuevo
paradigma de este tipo de cambios. Estamos
en un tiempo de cambio y si las tecnologías
y los avances que se han logrado y que están
todavía pendientes para que, en la
Argentina, la brecha digital y la equidad
y la justicia social y todos aquellos valores
que están inscriptos en nuestra Constitución
Nacional se puedan realizar, está
claro que no es un problema de los recursos
sino, justamente, de las vocaciones y las
capacidades humanas y espirituales que los
argentinos tenemos pendientes y que creo
que es tan importante trabajar sobre la
tecnología como sobre los fines últimos
que nos devienen humanos, para lo cual tenemos
que poner un orden de prioridades. En la
medida en que nosotros podamos fijar los
objetivos de humanos que somos en los que
hacemos y de plantear que nuestras crisis
y nuestras dificultades son, más
bien, de tipo espirituales y cuando digo
“espirituales” no me refiero
a denominaciones religiosas o confesionales.
Me refiero a lo espiritual que es ser humanos.
Para que eso no se aliene, creo que tenemos
que tener una conversación que aun
está pendiente.
Antes se planteaba el tema
de tecnologías de la información
y comunicación, y está conjunción
que nosotros tenemos que no es lo mismo
estar informado que formados, que a veces
se da la paradoja de tener cada vez más
información y saber cada vez menos,
que la idea de estar comunicados no implica
la dimensión más profunda
de la comunicación humana, que es
el diálogo.
Los argentinos tenemos
pendiente espacios diálogo. Diálogos
que producen encuentros en la dimensión
más plena que no es la sucesión
de monólogos, donde uno hace una
pausa cuando tiene que tomar aire, para
dejar de hablar y el otro interpone su argumentación
y no hay ningún espacio de conversación.
Esto lo traigo desde el punto de vista de
la experiencia, ya que los argentinos, en
general, nos quejamos y nos lamentamos de
todo lo que somos y nos pasa y no siempre
reconocemos y agradecemos los dones que
tenemos y la convivencia armónica
entre las religiones, por ejemplo, y las
culturas es un don de la Argentina. Hay
pocos lugares en el mundo como el nuestro,
donde diferentes religiones compartimos,
dialogamos e intercambiamos en nuestro bendito
país de una manera completamente
natural y aquí planteo esta idea
de la comunicación. La comunicación
más profunda, que es el diálogo
como encuentro, digo, si tenemos diferencias
teológicas tan profundas como las
tenemos entre las religiones, cuando dialogamos
no las suprimimos ni las disimulamos, sino,
las tomamos como riqueza en nuestras diferencias;
si con temas teológicos tan fundamentales
podemos sentarnos a dialogar y conversar,
cómo no podríamos extender
esto a otros campos del quehacer nacional
y de la realidad de los argentinos. Creo
que ahí es donde tenemos temas, cada
vez, más pendientes.
Fundamentalmente, en la
práctica de los valores democráticos
y republicanos que están tan deteriorados
y que están, de alguna manera, tan
devaluados en nuestro país. Y aquí
creo que, justamente, estas charlas, como
las que hoy se inician, de asumir que la
inteligencia no es lo mismo que la sabiduría,
que la información no es lo mismo
que la formación, la educación
y las transformaciones en valores y virtudes,
que tener los medios no asegura los fines
y que la tecnología no debe sino
ser un recurso para hacernos cada vez más
humanos y más espirituales para interconectarnos,
para el encuentro y no para evitarlo. Es
decir, tenemos que estar interactuando y
comunicándonos para encontrarnos
y que, a veces, está idea de la era
digital que plantea que podemos obviar el
encuentro, yo creo que es todo lo contrario:
puede facilitar, puede catalizar y puede
multiplicar espacios de encuentro, donde
lo tecnológico no es ni garantía
ni impedimento, todo lo contrario. Es un
recurso que tenemos que desarrollar entre
todos.
Ahora bien, ¿qué
agenda creo que tenemos pendiente para este
tema?. En términos de las tecnologías
de comunicación, los mismos problemas
que tenemos en términos de equidad
y distribución. Es inexplicable por
el potencial de recursos naturales, humanos
y económicos que tenemos que haya
hermanos nuestros en la Argentina que tengan
hambre. Un país rico, como la Argentina,
lleno de pobres, solo se explica porque
los argentinos somos miserables. Y la miseria
no tiene que ver con la pobreza. Tiene que
ver con la inequidad. De la misma forma,
el avance tecnológico que el desarrollo
de la Argentina tuvo, hace totalmente viable
y posible que la brecha comunicacional y
la inserción de los más excluidos
a las nuevas tecnologías de comunicación
sea una decisión política,
económica y social que requiere,
ni más ni menos, de vocación,
no de recursos. Para lo cual, entiendo,
también, que si las comunidades cívicas
de base se empiezan a organizar y la sociedad
civil se empieza a comprometer, no le podemos
pedir al estado, que está ausente,
que resuelva los temas pendientes, sino
que le tenemos que pedir al estado que se
haga presente. No porque la sociedad civil
lo reemplace, que es uno de los errores
nuestros de la sociedad civil, podemos suponer
que vamos a tener país sin estado.
Lo que tenemos que asumir es que necesitamos
un estado para ser país y que nuestra
vocación no puede ser estar en contra,
reclamando y quejándonos de todo
lo que nos pasa, porque lo que nos pasa,
mucho tiene que ver con lo que nosotros
omitimos, con lo que no hacemos, con lo
que no nos comprometemos y con lo que no
nos involucramos.
Y por lo tanto, mientras
estemos refugiados en la comodidad de lo
privado, haciendo el diagnóstico
y el análisis de lo que pasa ahí,
que es lo que nos pasa a nosotros, seguiremos
en la frustración permanente del
sofisticado análisis del diagnóstico;
pero, sin involucrarnos en la terapéutica.
Yo creo que si tomamos la Argentina como
si se tratara de la medicina, todos los
argentinos somos expertos en diagnósticos,
pero no curamos a nadie. Es como tener todos
los análisis, todas las radiografías,
todas las tomografías y saber exactamente
lo que le pasa; pero, cuando te piden que
metas la mano y operes, uno dice “no,
yo no soy cirujano”. Se trata de la
cirugía del país. Lo que implica
que estamos enfermos del alma y tenemos
que involucrarnos activa y proactivamente
en aquello que está sucediendo. Ahora,
bien, entiendo que una de las herramientas
indispensables, que es la comunicación
y la tecnología, nos tiene que ayudar
en la articulación de las vocaciones
de los ciudadanos que queremos dejar de
ser habitantes, establecer sociales de hecho
y de derecho en pactos cívicos sustentables
en el tiempo, asumir la disciplina de la
comunicación que conduce a la acción
y no al parloteo permanente de la mente
y de la queja. Eso está muy bien
para el fútbol y el tango; pero,
se trata del país.
Por lo tanto, tenemos
que salir de la expectación a lo
que vos (dirigiéndose al Dr. Gabrielli)
llamás la esperanza.
La espera es este
estado pasivo de lo mesiánico, que
alguien va a resolvernos el problema.
Mientras que la esperanza
es lo mesiánico en acción,
que es qué hago yo para acercar ese
tiempo mejor. Y como, evidentemente, el
sistema político convencional, no
solamente el bipartidismo, sino el que todos
hemos conocido, está, creo yo, terminado;
si nosotros, junto con eso terminado, damos
por finalizada la política, nos quedamos
sin país. Porque la Constitución
Nacional explica claramente que los partidos
políticos son imprescindibles para
el orden institucional, democrático
y republicano.
Significa que si
no gustan los que están, habrá
que inventar otros; pero hay que participar,
hay que involucrarse. Sobre todo a una nueva
generación que está digitalizada
y que está en las comunicaciones,
de alguna manera, de la nueva era, hay que
motivarlos a través de estas herramientas
a la participación política.
La política
no es una mala palabra, todo lo contrario,
es una práctica social y cultural
imprescindible y la palabra poder, tampoco
es una mala palabra. Sino, fíjense
ustedes, en la actividad privada, como puede
uno sostenerse haciendo cosas sin poder.
El uso perverso y el abuso del poder es
lo que padecemos. El uso acotado, regulado,
ordenado por la ley, es decir, la Constitución,
es lo que permite que los ciudadanos que
se hacen funcionarios, después, vuelvan
a ser ciudadanos y le den, al bien común,
un servicio a la patria. Y eso es lo que,
justamente, tenemos que reivindicar para
las próximas generaciones: no servirse
de la patria, sino, servirla y volver a
las gestas de nuestros próceres y
de nuestros abuelos inmigrantes que, con
muchísimos menos recursos que nosotros,
nos dieron mucho más porque estaban
dotados de los recursos más importantes,
que no eran los tecnológicos. Eran
los espirituales. Eran los valores.
Por lo tanto,
yo celebro esta oportunidad de cómo
unir tecnología con espiritualidad,
tecnología y comunicación
con valores y pacto social, para que
todos los argentinos asumamos que bien comunicados,
dialogando, podemos lograr consensos. Y
no significa pensar todos igual, ni decir
todos lo mismo. Lo hegemónico es,
solo, anticipo de lo totalitario. Y el ejercicio
de lo totalitario no permite el desarrollo,
ni de la democracia, ni de la república.
En la medida en que nosotros, los argentinos,
nos demos por satisfechos planteando que
la democracia es solamente el acto electoral,
nos vamos a quedar sin el proyecto de nación.
El acto electoral
es una expresión formal. La democracia
hay que sostenerla todos los días
con participación y la república
hay que volver a instituirla, porque lo
que tenemos, al día de hoy, es una
simulación republicana. Hasta que
no volvamos a tener la plena vigencia de
las instituciones de la república,
no tendremos país. Y eso no empieza
de arriba para abajo. Todo lo contrario:
empieza de abajo para arriba. Amorosa, comprometida
y pacíficamente, trabajando entre
todos en la comunicación que transforma
nuestra realidad, no solamente en la inteligencia
de tenerla, sino, en la sabiduría
de aplicarla. Le agradezco la invitación
y la oportunidad de compartir esta apertura
con todos ustedes."
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