Presentación del programa “Género y Derecho” con el lema “Mujeres de derecho por la Igualdad”
MUJERES DE DERECHO POR LA IGUALDAD es el lema del nuevo programa de gestión “GÉNERO Y DERECHO” que fue presentado el pasado 31 de marzo en el Salón Azul. La imagen que identificará las actividades del Programa fue elegida mediante votación electrónica a través de la página web por la comunidad de la Facultad de Derecho, y especialmente por las mujeres -estudiantes, graduadas, docentes y no docentes-.
Durante dos semanas, tres banners que ilustran de distinta manera el lema Mujeres de Derecho por la Igualdad estuvieron disponibles para ser votados y, además, fueron proyectados en uno de los espacios de mayor circulación del edificio. Por una diferencia muy pequeña resultó electo el banner que se incluye en esta nota y que identificará las actividades del Programa.
En su presentación, la Decana Mónica Pinto expresó que el objetivo del Programa es la toma de conciencia de la Igualdad de las Mujeres en la sociedad para generar un proceso de visibilidad de la perspectiva de género, para incorporarla a la formación académica y profesional y a la práctica personal, profesional y docente.
“Se trata, sustancialmente, de una óptica que permite dar cuenta de la heterogeneidad de las condiciones culturales, sociales y económicas que afectan la vida cotidiana de hombres y mujeres en su interacción. El género expresa los papeles, la inserción que la cultura tiene reservados para unos y otras en un determinado contexto social”, dijo Mónica Pinto para luego explicar que las estadísticas señalan que son más las mujeres que los hombres en la UBA y continuó: “Nada dicen nuestras estadísticas del acceso a los cargos de gestión. Y bien que hacen porque las cifras son magras. No tenemos ni tuvimos rectoras, pocas decanas antes y ahora, pocas vicedecanas antes y ahora. El dato puede no ser importante aunque en una comunidad docente de números parejos como la nuestra, parecería lógico que lo femenino como candidatura fuera ordinario. Más no lo es. En todo caso, como modo de hacer más plena la democracia representativa en que vivimos, el tema merece reflexión”.
La Decana explicó que no se trata de actuar como hombres para lograr esa igualdad sino de lograr que lo femenino sea computado como tal. “Aún no hemos entendido que existen etapas vitales en las cuales las mujeres con carrera profesional y académica queremos ser madres y que eso no es un trámite que se resuelve en nueve meses y la licencia por maternidad sino que implica una inversión de tiempos femeninos -y también masculinos- que se prolonga por muchos años. No se trata de delegar en otro la tarea de cuidar a nuestros hijos porque queremos hacerlo, porque nos importa, porque eso forma parte de los intereses de los nueve meses. Queremos acompañarlos al Jardín y hacer la adaptación, ir a las reuniones de padres y a las fiestas. Queremos llevarlos al Colegio y ocuparnos de dar de merendar a sus amigos. Queremos salir y compartir con ellos. Se trata, pues, de no tener que poner entre paréntesis esa experiencia materna para poder seguir en carrera en la ruta de la meritocracia. Se trata de entender tan razonablemente que tenemos otros tiempos como que aprendemos a funcionar multibanda, con varias pistas en simultáneo; que logramos combinar mamaderas y pañales con la lista del supermercado y con los oradores de un seminario que aún no conseguimos cerrar”.
Pinto concluyó señalando que “GÉNERO Y DERECHO” es un programa de gestión para visibilizar el tema, generar conciencia y actitud. Agradeció especialmente a la Profesora Marisa Graham que está trabajando el programa con ella este año e invitó a las mujeres de la Facultad a participar.
En el acto, la profesora Cecilia Grosman hizo un breve inventario sobre los distintos modos en que los derechos de las mujeres y, particularmente, el principio de igualdad entre el hombre y la mujer, que se asegura en los tratados de derechos humanos, aparecen lesionados en nuestra realidad social. Así advirtió que en el Informe que la organización no gubernamental Equipo Latinoamericano de Género y Derecho y otras presentaron al Comité para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer expresaba que si bien se sancionaron leyes para el reconocimiento de los derechos de las mujeres, muchas de ellas no tienen efectiva aplicación en las distintas regiones del país.
La profesora Grosman se congratuló por la iniciativa de la Facultad porque puede contribuir con propuestas y debates a la formulación de las leyes más adecuadas y las políticas públicas que son necesarias; porque estimula investigaciones que evalúen las necesidades y expectativas de los ciudadanos y determinen si las normas o su ejecución las satisfacen; porque alienta con el proceso de enseñanza los cambios en los patrones socio-culturales indispensables para asegurar la real efectividad de la igualdad del hombre y la mujer.
Sostuvo que la mayor participación de la mujer en el campo laboral y social ha transformado los roles basados en la diferenciación sexual: el hombre sujeto productor y la mujer en el hogar. Entre los caminos a seguir, puntualizó el encontrar las mejores estrategias para la articulación entre vida familiar y vida del trabajo que reclama; cambios en la dinámica familiar; una acción del Estado que posibilite la real inserción laboral y social de la mujer, sin desmedro de su función familiar y su derecho al desarrollo personal. Expresó también que deberían ejecutarse políticas destinadas a estimular la participación del hombre en el cuidado de los hijos, entre las que se destaca, las licencias parentales con distinta extensión, horarios flexibles o trabajos de tiempo parcial.
Grosman propuso que el principio igualitario en cuanto a las responsabilidades familiares se inscriba en una normativa expresa por la función docente que cumple pues ayuda a cambiar los estereotipos firmemente arraigados en el imaginario social y legitima una distribución indiferenciada de roles. Los hombres, a menudo, se sienten humillados si se quedan en la casa y cumplen tareas domésticas por no tener trabajo y las mujeres sienten culpa por no atender debidamente el hogar o los hijos.
Se refirió asimismo a la responsabilidad de los padres en la crianza y educación de los hijos cuando los padres no conviven y propició que la ley establezca como una alternativa preferencial el cuidado compartido, en la medida que ello resulte posible, porque afirma el principio de coparentalidad y el principio de igualdad de oportunidades pues permite el desarrollo personal y profesional de ambos padres. Consideró también los efectos sociales del no reconocimiento de un hijo, las cuestiones relacionadas con el nombre, el derecho a la maternidad y la procreación asistida, el reconocimiento de distintas formas de familia fomentando una regulación específica, tanto para las parejas heterosexuales como las homosexuales en función del principio de "protección integral de la familia“. Concluyó afirmando que no puede concebirse una familia democrática con actos de violencia intrafamiliar que, como se dice en una recomendación del Comité sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer “inhibe gravemente la capacidad de la mujer de gozar de derechos y libertades en un pie de igualdad con el hombre”.
Su conclusión fue que la Universidad y, especialmente las Facultades de Derecho, constituyen una pieza importante para contribuir a la prevención de este fenómeno en el marco de un proceso educativo que debe comenzar desde la primera infancia para que las jóvenes generaciones interioricen los valores propios de un sistema democrático que debe funcionar en el espacio político, institucional y familiar.
El acto, que contó con el auspicio de la Asociación Argentina de Mujeres Jueces que ahora preside la Doctora Susana Medina de Rizzo, cerró con una actuación de la orquesta femenina de tango Las del Abasto.
El más votado |
“El objetivo del Programa es la toma de conciencia de la Igualdad de las Mujeres en la sociedad para generar un proceso de visibilidad de la perspectiva de género, para incorporarla a la formación académica y profesional y a la práctica personal, profesional y docente”, expresó la Decana Mónica Pinto.