Panel “Crisis Mundial de Alimentos: la seguridad alimentaria en la agenda de la UBA”
En el marco del Programa de Derechos Humanos de la Universidad de Buenos Aires, dirigido por la Dra. Mónica Pinto, el 6 de octubre pasado tuvo lugar en el Salón Verde de nuestra Facultad el Panel “Crisis Mundial de Alimentos: la seguridad alimentaria en la agenda de la UBA”. La actividad, moderada al Dr. Marcos Filardi, contó con la presencia del Rector de la Universidad de Buenos Aires, Dr. Rubén Hallú; el Profesor Titular de Política Alimentaria y Economía de la Escuela de Nutrición de la Facultad de Medicina (UBA), Lic. Sergio Britos; el Profesor Titular de Seguridad Alimentaria de la Facultad de Agronomía (UBA), Ing. Carlos Carballo; la Dra. Patricia Aguirre (representante de la Comisión Internacional de Antropología Alimentaria); y el Director del Centro de Desarrollo Comunitario, Médico Veterinario Juan Carr.
Tras una breve introducción de la Dra. Mónica Pinto, el Dr. Marcos Filardi presentó el panel y al hacerlo citó a Bertol Brecht, quien en una de sus obras expresó: “¿Sus sentimientos de qué sirven si no producen resultados? ¿Y su saber qué sentido tiene si no transforma la realidad? Procuren al abandonar este mundo no haber sido simplemente buenos porque eso no alcanza, sino tratar de abandonar un mundo bueno”. En este contexto, el moderador destacó que los panelistas de la jornada comparten una misma obsesión: abandonar un mundo libre de hambre.
Seguidamente, el Rector Rubén Hallú afirmó que los Derechos Humanos abarcan muchos aspectos por lo que se hace menester abordarlos desde enfoques multidisciplinarios. “Es por esto que, como Universidad, tenemos que intentar cambiar el panorama para los que se van a quedar, para que tengan un mundo mejor, más justo y equitativo, al menos con una buena alimentación, base para el conocimiento”, concluyó.
En un marco de análisis acerca de la situación en materia de seguridad alimentaria y sus ejes preocupantes, el Lic. Sergio Britos señaló que al problema vinculado al modo en que se distribuyen los alimentos se le ha agregado en la actualidad la problemática de la calidad alimentaria. En ese sentido, subrayó dos situaciones a tener en cuenta en países con gran capacidad productora como Argentina: por una parte, la necesidad de alimentarse más y progresivamente mejor de los países de ingresos medios y bajos; y, por otro lado, el mundo desarrollado que también demanda alimentos cada vez más diferenciados y con mayor calidad.
“Asimismo, nos preocupa que por primera vez en el mundo haya más personas con obesidad que con desnutrición”, remarcó. Tras enunciar los resultados de la primer encuesta de nutrición realizada en nuestro país en 2004, el Lic. Britos subrayó, por un lado, la desnutrición con anemia por deficiencia de hierro -patología que afecta el desarrollo de la inteligencia y de la educación de los chicos-; y, por otra parte, la obesidad generadora de enfermedades crónicas como cardiopatías y diabetes, padecidas principalmente en los sectores más empobrecidos del país. “Sin embargo, teniendo en cuenta la capacidad productiva en materia de alimentos de nuestro país, éste es un problema asequible que se podría resolver si se adoptaran las políticas necesarias focalizadas en la calidad de la dieta”.
“En la Facultad de Agronomía, el alimento no es percibido como un instrumento de una calidad sustancialmente distinta, sino como una mercancía en la que intervienen distintos factores, de los cuales el que cobra mayor fuerza es el capital”, expresó preliminarmente el Ing. Carlos Carballo. Con relación a esto, atribuyó parte de la responsabilidad de esta visión del alimento como mercancía a los profesores ya que comparten un rol orientador y domesticador sobre aquellos que se capacitan para contribuir a saciar el hambre del mundo.
Luego, se refirió a la crisis alimentaria mundial y señaló tres problemáticas superpuestas que crean condiciones en las que resulta extremadamente dificultoso repensar el problema del hambre y la alimentación. Primeramente, mencionó la crisis financiera mundial que sirve para explicar el corrimiento hacia el negocio de los granos de una cantidad de fondos especuladores muy importantes. También analizó el proceso inflacionario y el aumento de la demanda alimentaria; y, finalmente, hizo referencia al cambio climático global. Para concluir, manifestó que el concepto de seguridad alimentaria se contradice fuertemente con el de soberanía alimentaria, la cual comprende la decisión de los pueblos de elegir la forma de producción y consumo que mejor sirve a la satisfacción de sus necesidades básicas, a su cultura y a su desarrollo.
A su turno, la Doctora en Antropología Patricia Aguirre advirtió que el hambre es una creación humana, producto de las relaciones sociales. En un marco de análisis de los patrones de conducta en torno a la distribución de los alimentos de las comunidades humanas a través de la historia, demostró que “hace diez mil años que nuestra sociedad viene manejando la escasez, legitimando la exclusión”. Sin embargo, señaló que desde hace un tiempo el tema ha cambiado, ya que ahora lo que se ha vuelto inmanejable es la abundancia, no la escasez. Entonces queda absolutamente claro que no es un problema de la naturaleza ni de la tecnología, sino de las relaciones humanas.
Del mismo modo, subrayó que en la actualidad la crisis alimentaria es tanto más cruel porque podría no existir y, sin embargo, se da en todas las esferas de la alimentación. Desde esa óptica, explicó que la problemática traspasa los ámbitos de la producción como crisis de sustentabilidad; la distribución, porque al mismo tiempo que hay alimentos suficientes, millones de personas no acceden a ellos; y el consumo, ya que la alimentación llega a través de mecanismos de mercado. “Al destruirse los patrones locales y arrasar la industria, lo que surge es ese cuerpo guardador, paleolítico, que está dando origen a la epidemia mundial de obesidad, sobre todo en la pobreza”, añadió. En conclusión, aseguró que el problema de la seguridad alimentaria puede solucionarse a través de políticas basadas en la sustentabilidad, la equidad y la comensabilidad.
El Médico Veterinario Juan Carr, señaló que una de las características principales de la desnutrición es su invisibilidad, causada por la exclusión con la que es tratada por la sociedad. Asimismo, expresó que, a través de la amplia gama de actividades que desarrolla, el Centro de Desarrollo Comunitario que dirige apunta a lograr la “profesionalización” del hambre, esto es, insertar en los sectores desplazados en la actualidad la cultura del trabajo desde valores que le puedan dar sustentabilidad. Por esto, tras describir el trabajo realizado por el Centro, destacó su adherencia a esta mirada que consagra a la Universidad como parte activa en esta realidad.
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