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Año XIV - Edición 249 04 de junio de 2015

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Las ansiedades de la democracia

  • Nota de Tapa

La Secretaría de Investigación invitó el pasado 12 de mayo al profesor Samuel Issacharoff (New York University School of Law), quien dictó la conferencia “Las ansiedades de la democracia”.

Para comenzar, el profesor Marcelo Alegre, Secretario de Investigación de la Facultad, manifestó que el expositor se encuentra próximo a publicar Democracias frágiles, “un análisis muy comprensivo de la situación de las democracias nuevas, surgidas en los últimos 30 años, con un foco especial puesto en el rol de las cortes constitucionales”.

A continuación, tomó la palabra Samuel Issacharoff y se refirió a los desafíos que experimentaron las democracias en el siglo XX, vinculados con los golpes militares, el fascismo y el comunismo. “El más poderoso fue el ataque ideológico a través del fascismo y del comunismo”, describió. No obstante, remarcó que hoy en día estos enemigos no se ven tanto, ya que los militares no son tan poderosos, el fascismo perdió y el comunismo fue derrotado. Sin embargo, hay tres ansiedades principales en nuestra época. “Tomo esto como algo nuevo, porque solo van 25 años desde que cayó el muro de Berlín y el imperio soviético, por lo tanto, estamos desarrollando formas nuevas de democracia en muchos países del mundo”, advirtió. En este sentido, declaró que se trata de un mundo completamente cambiado. “Hay más países democráticos que en cualquier otro momento de la historia humana”, destacó. Respecto a esto, señaló que luego de la caída del comunismo hubo cierta confianza en el ingreso en una etapa de estabilidad democrática que no cambiaría. “Esa confianza hoy en día ya no existe. El siglo XXI comenzó con los ataques islámicos, siguió con la crisis financiera y la persistencia de la desigualdad”, entendió. Consecuentemente, propuso la existencia de tres fuentes de ansiedades que caracterizan la democracia hoy en día. En primer lugar, señaló la caída de los partidos políticos participativos. “En cualquier país democrático ya no existen los partidos de masa, en los que los militantes participan en la vida interna de los partidos”, analizó. En la teoría del siglo pasado, la participación de la gente en los partidos era una parte muy importante de la justificación de la democracia y su manejo. En la misma línea argumental, examinó que los partidos políticos se han convertido, sobre todo en los países europeos y en los más establecidos democráticamente, en un aparato electoral para candidatos individuales dependiente cada vez más de fondos estatales para su existencia. La segunda ansiedad se vincula con la caída en importancia política de la rama legislativa. “Se ve, tanto en países presidenciales como parlamentarios, que el Parlamento es cada vez menos un centro de iniciativa de la política doméstica o externa. Los parlamentos ceden el primer paso al poder ejecutivo. El poder estatal se encuentra más concentrado en el ejecutivo”, subrayó. Si bien existen excepciones, esto se ve en todas las partes del mundo democrático. La tercera ansiedad a la que se refirió el expositor es la incapacidad de los gobiernos democráticos para proveer los bienes públicos. Así, resaltó que la mayor parte del mundo en 2008 comenzó una crisis financiera y no se ha recuperado la capacidad que se tuvo antes de esa época. “Esto también es una incapacidad a través de la economía democrática de estos países. Lo que se encuentra cada vez más es que los poderes democráticos son menos capaces de formar iniciativas en términos de educación, salud, y sobre todo, en inversiones en infraestructura de sus países”, opinó. En idéntica tesitura, el orador remarcó que si se acepta la existencia de estas tres ansiedades, estas tres corresponden a tres de las teorías justificativas de la democracia. En primer término, la teoría participativa. La democracia realiza la aspiración a la autogobernanza y el compromiso del pueblo en la dirección de la sociedad a través de la capacidad de participar activamente en el gobierno. “En la medida en que no hay instituciones que faciliten la participación de la ciudadanía, esto es un problema para la teoría democrática”, adicionó. La segunda es la teoría deliberativa, siendo la capacidad de considerar y evaluar argumentos sobre el desarrollo de la sociedad una de las defensas de la democracia. La tercera teoría de la democracia es la epistémica, es decir, el argumento de que las democracias tienen mayor capacidad para realizar la política correcta.

Posteriormente, el orador puntualizó que en la época de la disminución de los partidos y de las legislaturas se ve un cambio en cómo funciona un gobierno elegido. “Se ve cada vez más clientelismo. En vez de organizarse a través de intereses diversos, que pueden formar coaliciones, se ve un poder ejecutivo donde todo gira alrededor de relaciones entre individuos o sectores y el ejecutivo”, afirmó. Según Issacharoff, esto sucede en muchas partes del mundo pero se ve mucho en los Estados Unidos. “Lo que también se ve es que cuando disminuyen los partidos políticos surgen los líderes individuales y las campañas electorales en los países democráticos giran alrededor del personaje o candidato principal. Esto se ve incluso en los países parlamentarios”, resaltó. Hacia el final de su exposición, Issacharoff analizó: “La democracia no es una cuestión de tener una elección, la democracia es el desarrollo de la vida institucional de la relación entre la ciudadanía y el Estado. Esa parte no solo es débil en las nuevas democracias, sino que se encuentra en un momento muy difícil también en las democracias más antiguas”.

“La democracia no es una cuestión de tener una elección, la democracia es el desarrollo de la vida institucional de la relación entre la ciudadanía y el Estado. Esa parte no solo es débil en las nuevas democracias, sino que se encuentra en un momento muy difícil también en las democracias más antiguas”, analizó Samuel Issacharoff.