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Año XX - Edición 365 04 de noviembre de 2021

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La situaci髇 de la poblaci髇 rohingya en Myanmar y la jurisdicci髇 universal en los tribunales argentinos

  • Nota de Tapa

El 14 de octubre la Secretaría de Investigación junto al Observatorio de Derecho Internacional Humanitario organizaron la conferencia "La situación de la población rohingya en Myanmar y la jurisdicción universal en los tribunales argentinos", a cargo de Tomás Ojea Quintana (abogado de la Burmese Rohingya Organisation UK (BROUK) y relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Myanmar entre 2008 y 2014). La presentación estuvo a cargo de Natalia Luterstein (profesora adjunta de Derecho Internacional Público de la UBA y coordinadora de Investigación del ODIH).

Para comenzar, Tomás Ojea Quintana se refirió a su experiencia como relator de Myanmar. “El elemento crucial de una relatora y un relator es la posibilidad de ir al territorio. Lo que nosotros tenemos es la posibilidad de ir al lugar de los hechos, verificar, estar ahí, hablar con las autoridades, con las víctimas, con la prensa, levantar la agenda de derechos humanos y hacerla visible”. Por este motivo, es necesario contar con la autorización del país para ingresar. “Cuando tomo el mandato en el 2008, Myanmar estaba completamente cerrada a cualquier tipo de relación con el relator anterior”, señaló. “A partir de negociaciones, sobre todo con el gobierno de China para que tuviera influencia en ese país, los militares me permitieron entrar. Y eso fue muy interesante porque se armó un esquema de trabajo que me permitía ir regularmente dos veces al año, visitar las provincias, ir a las cárceles, hablar con los presos políticos, con las minorías étnicas”, afirmó.

Asimismo, mencionó que en Myanmar el 90 por ciento de la población practica el budismo. “Está la minoría rohingya, una minoría que es musulmana. Hay otras minorías étnicas en otra región del país que mantienen un conflicto armado interno que es el más viejo de la historia”, enfatizó. En ese marco, Ojea Quintanadescribió el contexto en el quedesarrolló su trabajo.“Me tocó un periodo de transición, cuando una líder democrática que se llama Aung San Suu Kyi, que es Premio Nobel de la Paz, estaba en arresto domiciliario. (...) Ella fue liberada en un momento de la transición en Myanmar”, detalló y reflexionó que “después de cuarenta años de dictadura militar, los militares habían oprimido no sólo a las minorías étnicas, sino a las fuerzas democráticas, también birmanas y budistas”.

Recordó que “cuando conversé con ellos acerca de lo que me parecía que tenían que tomar como posición política en esa transición era que había que al menos generar un espacio de justicia transicional, o lo que fue nuestro caso, la CONADEP con Alfonsín. Nunca se revisó el pasado en Myanmar en esa transición en el año 2010. Lamentablemente porque lo que vino después demostró que eso debería haber ocurrido porque en febrero de este año hubo nuevamente un golpe militar”. Este periodo de transición se extendió entre los años 2010 y 2015. “En ese período es donde ocurre la culminación del genocidio contra los rohingya y estoy siendo muy claro con la terminología que estoy usando, porque para hablar de genocidio uno tiene que hablar del elemento de intencionalidad genocida que es querer destruir total o parcialmente a un grupo étnico”, enfatizó.

Como relator denunció que se estaba avanzando en un proceso de violaciones sistemáticas y masivas a los derechos humanos contra los rohingyas. “El Alto Comisionado en aquel momento había emitido informes también muy fuertes, pero realmente no hubo nada que pudiera contenerlo. Hasta después que dejé de ser relator en el 2014, en el 2016, ocurrió esta operación que culminó con la configuración del genocidio”, manifestó. Naciones Unidas designó una comisión de investigación particular que emitió un informe acerca de los crímenes de lesa humanidad y el genocidio contra los rohingyas y le solicitó al Consejo de Seguridad, en tanto, Myanmar no es parte del Estatuto de Roma, que en virtud de sus atribuciones envíe el caso a la Corte Penal Internacional. “Eso no ha ocurrido hasta el momento. Pero entre las recomendaciones de esta comisión de investigación, está la de que los Estados miembros ejerzan jurisdicción universal”, sostuvo.

El expositor indicó que a partir de sus vínculos con la comunidad rohingyas, en el año 2019, decidieron presentar un juicio de jurisdicción universal en la Argentina: “Basándonos en que en la Argentina, el artículo 118 de la Constitución Nacional reconoce el derecho de gentes, y en nuestra opinión, dentro del derecho de gentes está el ius cogens, obviamente, y la jurisdicción universal está también como integrada en el derecho de gentes y en la extraordinaria tarea de los abogados que nos precedieron en la Argentina con juicios de jurisdicción universal”.

Se inició una denuncia con el argumento de que del delito de genocidio compromete a toda la humanidad. El fiscal de primera instancia y el juez de primera instancia decidieron desestimarla alegando que existía en la Corte Penal Internacional otra causa similar. “Su opinión la basaron en información que obtuvieron de internet. Entonces, apelamos la decisión. Fue denegada y tuvimos que ir en queja. La Cámara Federal de Apelaciones de Capital Federal hizo lugar a nuestro pedido de que al menos se le pidieran informes a la Corte Penal Internacional de lo que tenían ahí porque nuestra denuncia era distinta”, planteó.

La oficina de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional le contestó a la Argentina qué es lo que están investigando. “Nuevamente fue declarada inadmisible la denuncia y se utilizó el argumento de que sí había superposición sin mayor desarrollo”, postuló. “Se dijo que es necesario que haya una conexión cultural entre el lugar donde se lleva adelante el juicio de jurisdicción universal y el lugar donde ocurrieron los hechos. Y también se dijo que Myanmar, en su momento, durante la transición democrática, estableció una comisión que pretendía que se juzgara y que se investigara lo que había pasado con los rohingyas”, indicó

Por último, manifestó que “nosotros los contrarrestamos con argumentos muy contundentes y sólidos en otra apelación en la Cámara Federal y al día de la fecha estamos esperando que la Cámara Apelaciones decida con mucha expectativa para que salga favorablemente. La comunidad rohingyas está muy interesada”. Y añadió que “hay amicus brief que fueron presentados. Hay mucha atención de Ginebra de las Naciones Unidas sobre este caso. Hay mucho interés, así que esperemos que la jurisdicción argentina esté a la altura, más allá, obviamente, de los desafíos que entraña llevar adelante un proceso de jurisdicción universal”.

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