La paridad de género en la justicia internacional
En el Salón Rojo, el 27 de abril el Centro de Derechos Humanos y el Programa de Género y Derecho de nuestra Facultad, junto a la Campaña GQUAL del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) y Amnistía Internacional Argentina llevaron adelante la jornada "La paridad de género en la justicia internacional" que se estructuró en dos paneles: "Los aportes de las mujeres en los espacios de justicia internacional" y "Delineando una hoja de ruta hacia la consolidación de una política que promueva la paridad en la justicia internacional".
Participaron Mónica Pinto (profesora emérita, directora de la Maestría en Derecho Internacional de los Derechos Humanos, decana 2010-18 de la Facultad de Derecho), Verónica Gómez (jueza de la Corte Interamericana de Derechos Humanos) y Mary Beloff (profesora titular de Derecho Penal y Procesal Penal de la Facultad de Derecho) en el marco del panel “Los aportes de las mujeres en los espacios de justicia internacional” y Mariela Belski (directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina), Paola Bergallo (profesora asociada de la Escuela de Derecho de la Universidad Torcuato Di Tella e investigadora adjunta del CONICET) y Claudia Martin (integrante del Secretariado de la Campaña GQUAL y codirectora de la Academia de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de American University Washington College of Law) en el marco del panel "Delineando una hoja de ruta hacia la consolidación de una política que promueva la paridad en la justicia internacional".
Moderaron Martín Sigal (director del Centro de Derechos Humanos) y María Noel Leoni (asesora senior en Innovación y Directora de la Campaña GQUAL).
En primer término, Mónica Pinto habló de la necesidad de la existencia de candidaturas y procedimientos transparentes que “nos permiten expresarnos y apoyar a los candidatos que valen la pena”. En esta línea, sostuvo: “Es importante que todas aquellas que trabajamos en el ámbito del Derecho y todos aquellos que trabajan con nosotras en el ámbito del Derecho tengamos claro que este es un ítem importante de la participación y esto se hace a través de cadenas de solidaridad y sponsorships entre nosotras, las mujeres, pero también de nosotras con ellos”.
Por otro lado, resaltó: “Con el tiempo todos estos ámbitos que son extremadamente masculinos están empezando a tener experiencias que se abren”. En este marco, contó: “En un ámbito masculino como el de los negocios, el del arbitraje de inversiones y el del arbitraje comercial, cuando se produjo el primer comité de tres mujeres se replicó en todos lados”. Y remarcó: “Si estos son datos que la sociedad valora nosotros tenemos que poder tomar a nuestro cargo el diseño de algún tipo de política que permita que estas cosas tengan una realización menos ardua, que sea menos difícil que esto sea así”.
“Como todo esto es una cuestión de educación y de cultura creo que tenemos que proponernos que las oportunidades tienen que ser equitativas y que, además, hay cosas para decir y hacer en estos lugares y aunque las mujeres seamos geniales para el derecho de familia también podemos ser geniales para el derecho de los negocios siempre y cuando estudiemos y sepamos hacer las cosas”, concluyó.
Por su parte, Verónica Gómez compartió: “Cuando yo empecé a estudiar aquí, como muchas de nosotras, la primera de las generaciones que Mónica [Pinto] influenció tan directamente fue aquella generación del plan nuevo del año 1985-1986 y la estadística era apabullante en el sentido de que la mayoría de las estudiantes en la Facultad de Derecho eran mujeres aun en esa época. Era muy difícil explicar, entonces, la falta de representación”.
Por otro lado, sostuvo: “Muchos de los pasos que se están dando vinculados a la incorporación de mujeres en los tribunales internacionales “son el fruto de eso que se sembró a mediados de la década de los ochenta, esa decisión tan importante que algunos países de la comunidad internacional aún no han tomado”.
Además, se refirió al desafío de la interdisciplinariedad: “Empezamos con el derecho, con las normas, porque en aquel momento a mediados de la década del ochenta veníamos de la falta de Estado de derecho y lo que le hace a la sociedad y al goce de los derechos más fundamentales, pero hoy en día tenemos desafíos complejísimos. Entonces, empezamos por el Derecho, como debíamos, pero las miradas interdisciplinarias son esenciales”. Y agregó: “Así como en aquel momento nos preocupaba que nuestros abogados y nuestros jefes tuvieran la formación necesaria para proteger el Estado de derecho, la democracia y los derechos humanos y llegamos a una comprensión clara de esa interrelación, hoy en día enfrentamos grandes desafíos en materia de pobreza y desigualdad que son peores aun de los que enfrentábamos en aquel momento”.
Seguidamente, Mary Beloff brindó información y conocimiento para aquellas mujeres que eventualmente ocupen lugares en los ámbitos internacionales de toma de decisiones vinculadas con el derecho internacional en general y en particular con el derecho internacional de los derechos humanos. “Hay una cuestión que es basal y es que este es un sistema que tiene una complejidad que trasciende las clases del derecho internacional de los derechos humanos o del derecho internacional público y aun el privado”, señaló.
En el marco de la formación, también puso de manifiesto la importancia de entender que “estamos hablando de ocupar lugares en un sistema que está en el punto de su deslegitimación absoluta”. En este sentido, comentó: “Hay una línea teórica en el derecho internacional público donde se plantea este debate de la era pos derechos humanos, dado que, hay ciertas promesas que no se cumplieron. Entonces, hay quien argumenta que es una agenda regresiva cuando, en rigor, en gran medida, hay gente que no está ni en el pre human rights”. Y sostuvo: “Esto exige un renovado esfuerzo de formación, de entrenamiento, frente a este futuro que tiene estas complejidades que no eran las que enfrentábamos nosotras”.
También habló de su experiencia en la inauguración del Mecanismo de selección de candidatas/os al Comité de los Derechos del Niño que se implementó e institucionalizó en Argentina.
A su turno, Claudia Martin contó que la campaña GQUAL ha trabajado mucho en años recientes con el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. “A través de nuestro trabajo logramos que en el 2019 el Consejo de Derechos Humanos adoptara una resolución en la que se le pedía al Consejo Asesor (...) que hiciera un informe sobre los niveles actuales de representación de mujeres en órganos de derechos humanos y mecanismos como el mismo Consejo Asesor, otros órganos de tratados y los procedimientos especiales establecidos por el Consejo de Derechos Humanos y que también este informe incorporara buenas prácticas”.
Asimismo, subrayo que “los resultados del informe son el mapa que va a permitir que se avancen en estos temas a nivel interno y también a nivel internacional”, y señaló que tiene tres elementos importantes: la justificación de por qué la paridad de género y la representación paritaria de mujeres en órganos internacionales es esencial, cuáles son los obstáculos para que las mujeres lleguen a ocupar estos cargos y, en tercer lugar, una serie de recomendaciones que son fundamentales. “El informe reconoció una cosa que todos sabemos, pero es importante que lo diga el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas: existe subrepresentación de mujeres en todos los órganos de derechos humanos”. “Esta subrepresentación afecta o pone en riesgo la efectividad de estos órganos porque está en juego la legitimidad de un órgano que decide sobre temas relativos al principio de igualdad y de no discriminación”, explicó y resaltó: “Además, cuando no se funda en limitaciones al pool de mujeres sugiere necesariamente parcialidad y discriminación en el proceso de selección”.
Luego, Mariela Belski expuso: “Después de la pandemia y en este contexto político, social, de redes sociales y de una generación de jóvenes que mira a determinados candidatos con ciertos ojos, nosotras que trabajamos en materia de derechos humanos nos dimos cuenta de que tenemos que cambiar la manera en la que veníamos trabajando hace diez años”.
Planteó que “hoy para una organización de derechos humanos es un desafío cómo vamos a trabajar”, sobre todo con temas que requieren cambios institucionales, un defensor o defensora del pueblo, una mujer en la Corte, es decir, roles que son institucionales que hay que tratar de lograr que sean ocupados por personas muy idóneas y que dependen de la política en un país como el nuestro.
Acto seguido, contó cómo es el proceso de selección de un candidato para un organismo internacional. “Lo cierto es que no existe un procedimiento formal y desde Amnistía y GQUAL nos interesa que haya un procedimiento formal porque la informalidad genera mucha discrecionalidad también”, reconoció y compartió que desde Amnistía se le pidió a la Cancillería que genere pautas orientadoras. “Tiene que ver con un diálogo que tenemos con Naciones Unidas que sugiere que los estados tengan pautas orientadoras y nosotras promovemos eso desde Amnistía”, comentó y desarrolló cuáles son las pautas: “Hemos pedido que haya transparencia, que se difundan estos cargos públicamente a nivel global, que se promuevan instancias participativas, abiertas, transparentes, que incluyan consultas públicas a la sociedad civil a nivel nacional, que se comparta información con la mayor cantidad de gente posible y de espacios posibles, que en la selección de personas a nominar se tomen en cuenta los más altos estándares de independencia, imparcialidad, competencia, experiencia y perspectiva de género y que la equidad de género no sea solamente algo que se considere respecto de las candidatas o candidatos sino también que sea tenido en cuenta a la hora de definir las nominaciones y el proceso”.
Finalmente, Paola Bergallo puso de manifiesto “lo importante que ha sido en momentos de transformación como los que vivimos de distintas formas todas las que estamos aquí, o en los años ochenta cuando estábamos en el colegio o ingresando a la universidad o hace veinte años cuando también reconocíamos que vivíamos en un país más difícil y más desigual y con muchos más desafíos que los que creíamos que teníamos cuando empezó el proceso de construcción democrática”. En este marco, expuso: “Casi a cuarenta años hay puntos de inflexión en los que estamos hoy cosechando ese trabajo de construcción de redes y de cooperación entre todos esos espacios y de la construcción que hemos hecho las mujeres y otros actores y diversidades en esta historia”.
Luego indicó que “para pensar una agenda en la academia que cada vez es más robusta y cada vez tiene más investigadoras e investigadores y cada vez puede tomar más todos estos aprendizajes de la sociedad civil de las organizaciones y de las redes y los activismos globales, podemos ir a uno de los documentos clásicos de los primeros grandes resultados en esta agenda que es el documento de la plataforma de acción de Beijing”.
Hacia el final, expresó: “Los desafíos que vivimos, las transformaciones enormes que vivimos, requieren recetas muy innovadoras, requieren mucha cooperación intergeneracional y mucha creatividad. En algún sentido todas las historias que escucharon hoy son historias de creatividad, planificación de largo plazo, de paciencia, de resiliencia, de cooperación, de colaboración y de ir perdiendo en todo ese proceso la ingenuidad de que podemos solas o que vamos a poder solo nosotras, sin los chicos y sin les chiques”.