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Año II - Edición 37 30 de octubre de 2003

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Jornadas Internacionales de Ética Judicial

  • Nota de Tapa

Se llevaron a cabo el  2 y 3 de octubre en esta casa de estudios las Jornadas Internacionales de Ética Judicial, con la presencia de destacados académicos, jueces, miembros de organismos no gubernamentales, periodistas y miembros de la representación política, entre otros participantes. Fueron invitados especialmente la Dra. Begonia Álvarez, representante del Consejo General de Justicia del Reino de España y del Dr. Mariano Azuela Güitrón, Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Corte Suprema de la República de México.

La apertura de las Jornadas estuvieron a cargo de Alberto Italo Balladini, Presidente de la Junta Federal de Cortes, y Gustavo Béliz, Ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos.

Balladini comenzó destacando el desafío que este evento representaba para la justicia argentina, dado la amplitud de la convocatoria.  Subrayó que el comportamiento ético de los jueces tiene una importancia fundamental para la convivencia pacífica de la ciudadanía, siendo la gran exigencia de nuestro tiempo.  La fijación de normas de comportamiento para quienes ostentan la función judicial fue uno de los ejes de su exposición.  En ese sentido, sostuvo que, si bien el juez es un técnico en derecho, debe ser igualmente un "técnico en la vida", comprendiendo a quienes son los sujetos de su actuar, para lo cual debe, por ejemplo, imbuirse de los saberes dedicados al estudio del hombre, como la sociología.  Afirmó que las sentencias del magistrado deben ajustarse a derecho y a la vez a la realidad social del tiempo que le toca afrontar, concluyendo que los principios morales que deben regular su conducta, establecidos por el derecho natural, son la mesura, la ecuanimidad y la independencia.

A su turno, el Ministro Béliz apeló en su exposición a un acto reflexivo sobre las circunstancias y conductas que llevaron a la falta de credibilidad de las instituciones republicanas y, particularmente, del Poder Judicial. Atribuyó este descrédito a los males de la corrupción y los pactos políticos a espaldas de la sociedad. En el caso de la justicia, apuntó a los métodos poco transparentes de selección de los jueces.

Afirmó que el gobierno pretende apoyar las iniciativas de capacitación judicial propuestas por organismos no gubernamentales especializados, considerándolas como una política de estado.  Asimismo, deben fortalecerse los Consejos de la Magistratura, incorporando en ellos la participación de la sociedad civil.  Finalizó su intervención postulando para la función judicial la necesidad de ser independiente del gobierno de turno, pero no del país, y la exigencia de neutralidad en el conflicto de intereses, pero salvaguardando siempre el interés nacional.