¡Seguinos!

Año IX - Edición 168 14 de octubre de 2010

Buscar

Jornada sobre pobreza y Derechos Humanos

  • Nota de Tapa

La Decana Dra. Mónica Pinto fue invitada por la Dirección de Becas para brindar una conferencia sobre pobreza y Derechos Humanos que se efectuó el 14 de octubre en el Aula 1 de Extensión Universitaria. Acompañaron a la disertante el Abog. Daniel Díaz y la Lic. Alicia Husni.

Dando inicio a la actividad, la Dra. Mónica Pinto indicó que la noción de “derechos humanos” supone proteger la libertad y la dignidad de las personas, en condiciones de igualdad, sin discriminación y con características universales. “Cuando se da lugar a una violación que no es reparada, esta circunstancia compromete la responsabilidad internacional del Estado”, expresó.

A su vez, advirtió que la idea se construyó histórica y políticamente y terminó siendo objeto de una decisión política en la segunda mitad del siglo XX. Resaltó que la libertad es el argumento que más frecuentemente se ha esgrimido en las luchas sociales. “La libertad permite el diseño del propio plan de vida, decidir qué es lo que uno quiere ser y cómo se propone serlo”, manifestó.

Por otra parte, comentó que la dignidad es un concepto que a lo largo de la historia tienen y respetan todas las sociedades pero no es unívoca porque se construye a través de la propia cultura. En este orden de ideas, consideró que la noción de derechos humanos no supone proteger el mismo estándar, sino el contenido que cada uno tenga y que ese contenido merezca la misma cantidad de respeto. Señaló, asimismo, que el Derecho es un producto humano ya que se piensa para personas, lo cual supone una re-especificación dentro de un rango más grande, donde todo es humano y permite que podamos limitar más precisamente el objeto de estos derechos.

Con respecto a la igualdad, aclaró que ha evolucionado a lo largo de la historia e hizo mención también a la discriminación. “A través de la igualdad, se coloca a todos en la misma plataforma para la protección de libertad y dignidad”, manifestó.

En lo relativo a la responsabilidad internacional, aseguró que los derechos humanos son una obligación del Derecho Internacional. “El Estado es garante de Derechos Humanos y el primer violador”, afirmó. Agregó entonces que teniendo en cuenta la mecánica del Derecho, sólo pueden violar una obligación quienes tienen atribuido su cumplimiento. Por ello, el Estado es el que debe respetar, garantizar y adoptar medidas para que los derechos humanos sean efectivamente susceptibles de ser ejercidos.

Remarcó, a su vez, que la libertad y dignidad permiten definir nuevos derechos, y acompañan el devenir humano que los genera. “Todos los derechos humanos exigen del Estado un hacer”, aseveró. En consecuencia, observó que se necesita una gran inversión en el Poder Judicial, que el Estado debe definir prioridades y que se debe hacer cargo ya que tienen una obligación de desarrollo. Aludió entonces al concepto de índice de desarrollo humano, el cual se mide por una mezcla de criterios, tomando el acceso a la educación, a la justicia, la tasa de alfabetización y el nivel decente de vida. En tal sentido, advirtió que cuanto menor sea el acceso al desarrollo humano, la noción de pobreza empieza a notarse más. Explicó que cuando se convierte en pobreza extrema, aparece la exclusión social, es decir, la generación del propio sistema de mecanismos de expulsión sin tener previsto aquel para volver a reinsertarse. “La exclusión social es el atropello más importante que se da a la libertad y dignidad de las personas”, destacó.

Se refirió, pues, a la pobreza como escasez de recursos, dificultad en el acceso al desarrollo humano y exclusión social.
Finalmente, aludió al bien público de la democracia, en la cual debe existir una política de gobierno y una transparencia en el proceso de adopción de decisiones públicas. En virtud de ello, puntualizó que la corrupción obstaculiza el ejercicio de los derechos humanos y el respeto del Estado de Derecho.