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Año VII - Edición 132 16 de octubre de 2008

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Jornada “Hacia la Justicia del Bicentenario”

  • Nota de Tapa

Ante el enorme desafío que significa el Acuerdo del Bicentenario, a la luz de las grandes transformaciones ocurridas en la Justicia a partir del año 2003 y con motivo de la presentación de un documento contenedor del pensamiento de los trabajadores del Poder Judicial y otros sectores concurrentes, se celebró el 8 de octubre, en el Salón de Actos de la Facultad de Derecho, la Jornada “Hacia la Justicia del Bicentenario”. El evento fue organizado por la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN) y contó con la co-organización del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal.

El Decano Dr. Atilio Alterini, pronunció el discurso de bienvenida y comenzó agradeciendo al doctor Julio Piumato, Secretario General de la Unión de Empleados de la Justicia Nacional, por haber elegido a nuestra Facultad como sede de la Jornada, continuando así el trabajo conjunto que hace tiempo realizan en común en proyectos como el Convenio de Cooperación y Asistencia Técnica mediante el cual fue creado el "Programa de Estudios, Formación y Capacitación de la Unión de Empleados de la Justicia Nacional".

“Precisamente la condigna celebración del Centenario de la Revolución de Mayo -dijo- es central en la gestión de mi Decanato. Creo que debemos detenernos en los hitos de 1810 y de 1910 para recordar qué queríamos entonces los argentinos, y qué resultados obtuvimos, cuáles fueron las esperanzas, cuáles fueron las realidades, los éxitos y los fracasos. Y el hito del 2010 servirá para hacer otro balance, pero fundamentalmente servirá para proyectarnos en otro siglo, y es de esperar que los argentinos armemos un modelo de nación con claras políticas públicas de progreso con inclusión social.
“Una Comisión Especial del Bicentenario de la Revolución de Mayo, presidida por el Vicedecano de la Facultad doctor Tulio Ortiz, está trabajando muy activamente, y en el marco de sus actividades inauguraremos este año, precisamente a la entrada de este Salón, una gran placa de mármol recordatoria de los quince Presidentes de la República que egresaron de esta Facultad”, comentó.

Asimismo, indicó que “cinco de los siete Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se recibieron en esta Casa, seis de ellos fueron o son profesores nuestros, y todos gozan de alta estima académica”, y agregó que “el Tribunal ha reconstruido el alto prestigio institucional que le corresponde, y la sociedad ve con beneplácito su actuación proactiva en defensa de los derechos humanos que resultan de la Constitución y de los Tratados Internacionales”.

Más adelante dijo: “En 1791 Le club des Cordeliers, o Société des Amis des droits de l’homme et du citoyen plasmó el lema ‘Libertad, igualdad, fraternidad’ de la Revolución francesa, que orientó el ideario de Mayo. En nuestro Bicentenario deberíamos recuperar esos ideales, aunque ajustándolos a compás de los tiempos”.

“El verbo de la libertad se conjuga hoy como verbo de la libertad positiva que posibilita la realización individual: la idea de libertad negativa, o libertad de, que asegura que nadie interferirá en el propio obrar, ha sido reemplazada por la idea de libertad positiva, o libertad para, poniendo el acento en el efectivo otorgamiento de oportunidades para la autorrealización”, subrayó.

A continuación, el Dr. Alterini sostuvo que “la igualdad no es justicia, aunque no hay justicia sin igualdad. Pero el verbo de la igualdad se conjuga hoy como verbo de la igualdad de oportunidades, de la igualdad de oportunidades para todos, porque cualquier persona debe tener el mismo acceso potencial que otra a ciertos bienes y ver garantizada la igualdad de trato”.

Luego, recordó que “en el siglo XX se desarrolló el concepto de los denominados derechos humanos de 3ª generación, comprensivos de los derechos a la paz, al desarrollo, a un medio ambiente sano y ecológicamente equilibrado, y el verbo de la fraternidad de la proclama francesa se conjuga hoy como verbo de la solidaridad”.

“Libertad positiva, igualdad de oportunidades, solidaridad. Ésas son las consignas para la acción y también ésas son las consignas para la acción de la Justicia. Una institución que debe anteponer las exigencias de la justicia dinámica a los paradigmas de la seguridad estática del viejo esquema individualista, y dar respuestas que no sean extraídas solamente de algunos principios apriorísticos de códigos deontológicos que pueden ser aprendidos de memoria, porque la ética no debe quedar reducida a los enunciados de un manual de casos abstractos sino que está sujeta a ciertas circunstancias de la realidad que determinan su consistencia y sus condicionantes. La ética tradicional  ha dicho el teólogo crítico suizo Hans Küng  fue la ética de la convicción, y fue ahistórica y apolítica porque ignoró las dificultades y las tensiones de la realidad social; hoy es preciso imponer la ética de la responsabilidad, porque si no “la ética viene a reducirse a dejarlo a uno en paz consigo mismo”.

“Así tendremos la Justicia esperada para el Bicentenario y para después. La justicia concierne a la dignidad de la persona como eje de los derechos humanos, y la sociedad pretende absorberla como la tierra agrietada por la sequía absorbe al agua vivificante de la lluvia. Y sólo tendremos paz si se logra la justicia, porque sin justicia no hay paz; lo dijo así la Epístola de Santiago (3.18) a comienzos de nuestra Era: ‘el fruto de justicia se siembra en paz’”, finalizó.

 

A continuación, se presentó el panel “El compromiso de construir una Justicia democrática, equitativa y transparente”, presidido por el Vicedecano de nuestra Casa, Dr. Tulio Ortiz y conformado por el Presidente del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, Dr. Jorge Rizzo; la Presidenta de la Asociación de Mujeres Jueces, Dra. María Cristina Camiña; la Rectora de la Universidad de Lanús, Dra. Ana Jaramillo y el Diputado nacional Dr. Héctor Recalde.

El Dr. Tulio Ortiz destacó el trabajo que está realizando nuestra comunidad universitaria en la conmemoración del Bicentenario de la Revolución de Mayo. En idéntica tesitura, explicó que desde los orígenes de la Patria, la Facultad ha estado a ella vinculada resaltando: “nuestro primer profesor, Antonio Sáenz, fue uno de quienes firmaron el acta de la Independencia; y quince presidentes fueron egresados nuestros”.

Del mismo modo, el Vicedecano definió nuestra Facultad como un espacio de encuentro, de discusión, aun de fuerte disenso, pero que ello fue lo que permitió la integración de la Nación Argentina en sus tres etapas: de consolidación, de participación y de distribución. Además, agregó que “en sus tres sucesivas sedes propias, la Facultad de Derecho fue un espacio generador de dirigentes sociales, no obstante las limitaciones de siempre –presupuestarias y de todo tipo -, como las que hoy tenemos y que, sin embargo, nos permiten decir que es una de las mejores sedes académicas no sólo de la Argentina sino de Sudamérica y del mundo de habla hispana”.

Por su parte, la Dra. María Cristina Camiña consideró que los cambios producidos recientemente en la Justicia no satisfacen plenamente a la sociedad, como así tampoco a los integrantes del Poder Judicial, por lo que son necesarias modificaciones más profundas para asegurar una justicia democrática con acceso para todos. Además, opinó que la imposibilidad de resolución por incompetencia genera mayor insatisfacción debido a la visión de omnipotencia del juez imperante. En lo atinente al fuero en el que se desempeña profesionalmente, destacó el proceso de oralización del sistema penal, el cual ponderó por su importancia en aras de avanzar hacia la transparencia de la Justicia. “Queremos un proceso penal que afiance la idea de un proceso adversarial, donde el rol principal del mismo es de las partes”, finalizó.

La Dra. Ana Jaramillo juzgó que para llegar a la República ideal de Platón nos falta mucho, para luego considerar que Aristóteles dejó en claro que el principio ordenador de la constitución de cualquier polis era la Justicia, la distribución del bien en una comunidad específica. Respecto al rol de la Academia, entendió que resulta fundamental invertir la escolástica porque la nueva morfología social hace necesario que se textualicen los problemas; “nuestras sociedades tienen problemas; nuestras universidades, disciplinas”, sintetizó. En conclusión, enfatizó en la necesidad de establecer una agenda compartida entre la política, la academia, los legisladores y los magistrados para definir junto con la sociedad qué país queremos, qué criterios de distribución del bien social propiciaremos.

Para cerrar el panel, el Dr. Héctor Recalde reflexionó que la Justicia es una utopía hacia la cual es fundamental avanzar. En este sentido, enunció las herramientas de las cuales disponemos en nuestro ordenamiento jurídico nacional. Luego, dijo que el decreto 222/2003, que arrojó una integración independiente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación importa un paso importante hacia el logro de una justicia más equitativa. “El Estado debe proteger a la comunidad y, fundamentalmente, a los más débiles”, adicionó. Finalmente, alentó a la lucha cotidiana, a actuar cada vez que exista un derecho violado, con el objetivo de construir una Justicia democrática y participativa, lo que se hará luchando cotidianamente.

Tras un breve receso, hizo su presentación el segundo panel “El Poder Judicial frente al Bicentenario: desafíos y propuestas”, conformado por la Diputada Nacional Diana Conti; el Presidente de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal, Dr. Eduardo Freiler; el Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Dr. Eugenio R. Zaffaroni; el Secretario General de la UEJN, Dr. Julio Piumato; y el Ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Dr. Aníbal Fernández.

En primer lugar, el Dr. Eduardo Freiler se refirió a la necesidad de hacer hincapié en el modelo de nación que pretendemos y de reincorporar la idea de trabajar en función de él. Luego, explicó los dos esquemas posibles desde los cuales puede analizarse la concepción de Estado y el Poder Judicial que para él se quiere. “El primero responde a un modelo formal mecanicista, perspectiva que apunta a no ideologizar situaciones sociales y hasta a banalizarlos”, argumentó, para luego comentar que tal esquema ha sido la matriz disciplinaria y formadora de nuestro sistema judicial hasta la actualidad. En lo concerniente al segundo sistema, lo caracterizó como una manifestación necesaria y esencialmente política donde los fines del Estado sea la realización del ser humano en sociedad, se afirmen los valores sobre los beneficios y no haya inconvenientes en hacerle frente a los problemas sociales. “Mi propuesta implica revitalizar el poder institucional jurisdiccional como un agente activo en la construcción de una democracia social de derecho”, finalizó.

En segundo término, la Dra. Diana Conti afirmó que los jueces deben constituirse en un servicio público universal transformador en sí mismo de un real poder destinado a salvaguardar los valores de nuestra democracia y a garantizar los derechos de todas las personas. Además, reconoció que el Poder Judicial tiene, en la actualidad, dos desafíos y una deuda. Los primeros son juzgar y condenar las violaciones masivas a los Derechos Humanos cometidas por la última dictadura militar y lograr constituirse en un Poder del Estado garante de los derechos sociales. Para lograrlos, estimó necesario saldar la deuda pendiente: terminar con la desigualdad en el acceso a la Justicia. “Con ello habremos dado un paso relevante para afirmar que el Poder Judicial desempeña un rol central en una democracia con compromiso social”, concluyó.

“Para pensar cómo seguimos es conveniente preguntarnos de dónde venimos”, expresó el profesor de nuestra Casa, Dr. Eugenio R. Zaffaroni, quien caracterizó a nuestra cultura jurídica como ambivalente, ya que aprecia el derecho y tiene ansias de Justicia, pero manifiesta una enorme desconfianza a las instituciones jurídicas, incluido el Poder Judicial. A tal respecto, recordó que la Justicia desempeñó papeles que no siempre han sido positivos. Por otra parte, entendió que resulta fundamental, en el siglo XXI, reflexionar acerca del modo de interrumpir la cadena de tragedias que caracteriza la historia de los pueblos del Sur. En consecuencia, estimó que no queda otro camino que repensar las instituciones y crear una cultura jurídica popular de la experiencia trágica, lo cual implica repensar el Poder Judicial.

De acuerdo con lo expuesto por el Dr. Julio Piumato, la  Justicia argentina ha sido funcional al modelo de país excluyente. Asimismo, opinó que resulta necesario comenzar a pensar qué modelo de educación, salud y justicia merece nuestra sociedad.

En este contexto de ideas, manifestó que el rol de la Justicia tiene que ser la garantía del respeto efectivo de los Derechos Humanos para todos los ciudadanos. “Queda mucho para hacer y los trabajadores lo vemos en sentido doble”, añadió. De esta manera, explicó que ello se debe a que, desde el sindicato que representa, se concibe al sindicalismo no sólo como defensa de los derechos gremiales, sino como derecho a participar en el modelo de sociedad al que aspiramos, desde la actividad que desarrollamos. Hacia el final de su ponencia, estimó que lo primero, para una nueva Justicia, es el perfil de los jueces; “el conocimiento del Derecho es importante, pero no puede ser juez quien no tenga sensibilidad social ni sentido común”, finalizó.