Jornada en homenaje al profesor Julio R. Comadira
El 20 de agosto pasado, la cátedra del profesor Guido S. Tawil llevó adelante una jornada en homenaje al profesor Julio R. Comadira. La actividad se desarrolló en el Salón Azul de nuestra Facultad y contó con la adhesión de cátedras de diversas universidades, de institutos y comisiones de Derecho y de varias revistas jurídicas.
Para comenzar, el profesor Guido S. Tawil inauguró la jornada diciendo que “en sus 58 años de fructífera vida, Julio desempeñó múltiples actividades: fue un destacado abogado, un académico de nota, un padre de excepción, un guía inolvidable para sus discípulos y un gran amigo para sus amigos. En todos esos ámbitos, Julio siempre se mostró como un ser humano excepcional: serio, comprometido, ético y muy generoso (…)”.
El primer panel, moderado por David A. Halperin, versó sobre “El testimonio de sus colegas y amigos (I)” y contó con las presentaciones de Jorge Albertsen, Carlos Andreucci, Carlos Botassi, Juan Carlos Cassagne, Ricardo Druetta e Ismael Mata.
Jorge Albertsen mencionó sus tres mayores recuerdos de Julio. El primero de ellos fue el día en que se fue a anotar en el Máster de Derecho Administrativo enla Universidad Austral a fines de 1993. En este encuentro, lo sorprendió su fortaleza, seriedad, franqueza, respeto por sus estudiantes, el trato personalizado y su preocupación por la familia. “Julio era un tipo ambicioso, sanamente ambicioso”, opinó, y agregó que sostenía que no era suficiente querer trabajar por el bien común, sino que era necesario conseguir hombres y mujeres que fueran capaces de obtener una buena preparación y de compartir sus frutos con los demás para promover el bien común, influyendo positivamente en la sociedad.
Posteriormente, Juan Carlos Cassagne recordó el primer artículo de Comadira titulado Algunas reflexiones sobre el procedimiento administrativo. “Ese artículo ya presagiaba la figura del jurista”, opinó. Recordó, además, sus trabajos en el cuerpo de auditores de la marina, la carrera de especialización, como profesor adjunto y resaltó su capacidad y honestidad ejemplar. “Soy testigo de la dedicación y dotes extraordinarias que tenía Julio para la enseñanza del Derecho”, puntualizó.
Por su parte, Carlos Botassi hizo referencia del paso de Comadira enla Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales dela Universidad deLa Plata. En este sentido, compartió con los presentes su legajo de estudiante. “Aprendí muchísimo de él, de escucharlo no sólo en sus conferencias, sino sobre todo en los pasillos, en el momento de compartir un café o en alguna jornada en el interior del país”, comentó.
Carlos Andreucci comentó que desde el punto de vista académico “Julio era un profesor destacado, con una memoria prodigiosa, con una capacidad expositiva en las clases admirables que seducía al alumnado, quienes se sentían deslumbrados por esa calidad y excelencia que él se autoexigía y, con gran criterio, podía exigir a los demás”. Sobre su profesión, mencionó su compromiso con la vocación, su talento, perseverancia y rigor.
Ismael Mata resaltó la ayuda que se brindaban mutuamente en la actividad académica. “Era un hombre seriamente defensor de su independencia de criterio en el asesoramiento jurídico”, indicó. Recordó su tesón, firmeza, entusiasmo y vocación que puso en su gran proyecto,la Maestría en Derecho Administrativo dela Universidad Austral, y su espíritu de servicio para poder formar discípulos.
Finalmente, Ricardo Druetta remarcó su excelencia profesional, su búsqueda de la verdad a ultranza y responsabilidad en el ejercicio de la profesión. Recordó sus recesos en el trabajo para ir ala Iglesia, “tenía una escala de valores muy definida”, concluyó.
La actividad continuó con la realización de paneles compuestos por familiares, amigos y colegas, quienes compartieron sus recuerdos más importantes del profesor Comadira en cada uno de los ámbitos.
Los profesores titulares Carlos F. Balbín, Fernando García Pullés, Tomás Hutchinson, Ernesto Marcer y Guido S. Tawil participaron del sexto panel, que fue moderado por Gabriela Stortoni.
Para comenzar, Fernando García Pullés mencionó variados recuerdos, entre ellos las referencias a través de su padre en su época de armada. Resaltó sus trabajos en la cátedra, como abogado del Estado, como funcionario público. Tras mencionar varios aspectos de la vida de Comadira, afirmó: “por lo menos desde mi perspectiva, es una historia de respetos ganados”.
Seguidamente, Tomás Hutchinson comentó que su relación fue distinta, no eran ni discípulos ni amigos. Hutchinson también compartió sus anécdotas y dijo: “era un placer estar con él”. Con Comadira se podía discutir, argumentar; tenía valores y una inteligencia difíciles de encontrar. Finalmente, compartió su alegría de haberlo conocido.
Ernesto Marcer recordó que Comadira había sido enviado al sur ante el conflicto con Chile y mencionó la ley de procedimiento comentada que quisieron hacer juntos.
Finalmente, comentó que en cada encuentro que tenían, el homenajeado decía: “Yo prácticamente logré todo lo que quería, pero hay una cosa que me hubiera gustado poder ser y vos fuiste; me hubiera gustado poder ser Procurador del Tesoro dela Nación”.
A continuación, Carlos F. Balbín, destacó las virtudes académicas y personales de Comadira; entre las primeras mencionó la creación de una escuela en la que ha formado muchísimos discípulos. Como profesor, era capaz de crear teoría dogmática y en el plano personal siempre tenía un trato cordial, de respeto. Para concluir resaltó que en las virtudes de sus hijos se pueden ver las virtudes del profesor Comadira.
Finalmente, Guido S. Tawil cerró la jornada diciendo: “Julio siempre tuvo conmigo un trato muy deferente (…) tengo con Julio un deber de gratitud que va a ser eterno”.
“(…) Julio siempre se mostró como un ser humano excepcional: serio, comprometido, ético y muy generoso (…)”, opinó el profesor Guido S. Tawil.