Jornada de debate sobre Derecho Constitucional Transnacional
Organizada por la Cátedra Jean Monnet y la Cátedra de Derecho de la Integración del profesor Calogero Pizzolo, el 30 de agosto se realizó en el SUM del Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales “Ambrosio L. Gioja” de la Facultad de Derecho una jornada de debate sobre Derecho Constitucional Transnacional. La presentación de la actividad estuvo a cargo de los Dres. Calogero Pizzolo y Víctor Ibañez Rosaz y contó con las exposiciones de Agustín Fabbricatore, Elena Gómez, Pedro Caminos, Mariano Domínguez, Ignacio Barbeira, Francisco Buere y Agustín Velasco; coordinados por Andrea Mensa González.
Para comenzar, el profesor Calogero Pizzolo estableció como objetivo de la jornada el debate de los cambios que atraviesa el Derecho Constitucional en un siglo que ha significado la consolidación de la era de la globalización. En este sentido, se refirió a la fase descendente del Derecho Constitucional Transnacional, contraria al ciclo ascendente caracterizado por la migración de ideas. Así, concluyó que “va a ser siempre importante para el impulso del Derecho Constitucional Transnacional el hecho de coincidir con olas reformistas en materia constitucional”. Refiriéndose a los procesos emancipadores, explicó que la fase descendente coincide con el proceso de descolonización de las Naciones Unidas y se caracteriza por dos corrientes: el proceso de integración regional abierto en Europa, que llevó a la producción de un nuevo ordenamiento jurídico con características innovadoras; y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, acompañado por la sanción de una Declaración Universal y por la regionalización de los Derechos Humanos. De esta manera, se genera un nuevo fenómeno, el de los sistemas internacionales de protección por el cual se constituyen entidades jurisdiccionales supranacionales y se modifican los paradigmas que afectan la estructura fundacional de los Estados. Con respecto a la idea de la sanción de una Constitución en el ámbito supranacional, algunos autores sostienen que al no existir un órgano constituyente se quebraría con el mecanismo de legalidad del constitucionalismo clásico. Quienes sostienen la posición contraria argumentan que no se pueden transpolar los mecanismos de legalidad clásicos a las nuevas formas jurídicas supranacionales y que la legalidad de dicha Constitución radicaría en los tratados fundacionales.
Por su parte, Víctor Ibañez Rosaz reconoció como ejes de la jornada evaluar el concepto de Constitución y constitucionalismo clásico y analizar si esta nueva etapa acarrearía el surgimiento de una nueva ciencia. La transnacionalidad como concepto es una institución que se verifica en la realidad a través de instituciones jurídicas y normas que exceden el análisis de los Estados nacionales. Este fenómeno tiene que tener un análisis distinto en los sistemas europeo y americano. El Constitucionalismo Transnacional “deja de ser un punto de partida y es hoy un punto de llegada”, opinó. El orador concluyó indicando que la multiplicidad de demandas frente al Estado, de derechos reconocidos en los instrumentos internacionales, de sentencias internacionales y recomendaciones que los jueces nacionales tienen que admitir, obligan a flexibilizar el concepto de Constitución.
Seguidamente, se introdujo al primer panel integrado por Mariano Domínguez, Ignacio Barbeira y Francisco Buere.
“Es evidente que desde sus orígenes el Derecho Constitucional tuvo aspectos claramente universales y transnacionales”, opinó Mariano Domínguez. Con respecto al primer aspecto, se refirió a la homogeneidad de principios y de fundamentación antropológica. A su vez, acerca de la transnacionalidad, sostuvo que los órganos supraestatales forman parte también del ADN del Derecho Constitucional desde sus orígenes. Hizo referencia también a la mutación de la idea de Derecho, al nuevo hombre y sociedad al Derecho Transnacional como nuevo centro de emanación de normas y a un proyecto político que pretende la desestatización
Ignacio Barbeira, por su parte, comentó que para algunos autores la transnacionalización es la siguiente etapa en el constitucionalismo moderno, mientras que otros no lo consideran más que un derecho comunitario. “Es innegable que existen tensiones entre las distintas ramas que integran el Derecho Internacional y el Derecho Constitucional. Estas tensiones recaen sobre los Estados, que se ven obligados a soportarlas como resultado de los procesos de integración a los que se someten de forma voluntaria, y del proceso de globalización, que resulta independiente de la voluntad de los Estados”, explicó. Mencionó también la incorporación de normas del Derecho Internacional a las Constituciones, los sistemas de protección internacionales, las nuevas estructuras supranacionales y los factores demoledores de la soberanía: pluralismo político y social y centros de poder económicos, culturales y religiosos.
Finalmente, Francisco Buere analizó la soberanía de los Estados. “Hasta mediados de siglo XX, entiendo yo, estuvo excluida la posibilidad de un mandato sobre los Estados emanado de un organismo o autoridad superior que genere una relación de verticalidad -y por lo tanto de sujeción- de un Estado a otro organismo. Prevalecía el principio de soberanía ilimitada de los Estados y las relaciones interestatales eran mayormente relaciones de fuerza”, expresó. Frente a las consecuencias de las Guerras Mundiales surge una corriente que pareciera apoyarse en la lógica de la cooperación. El estado de naturaleza de los Estados soberanos fue mitigado con la creación de Naciones Unidas, sin embargo, esta institución no tiene autoridad para actuar con efecto directo sobre los individuos de la comunidad internacional. “Con la ONU no se ha superado la idea de poder entre los Estados”, resaltó. Seguidamente, comentó la experiencia europea en la que poderes soberanos son confiados a instituciones supranacionales y posibilita a los individuos el acceso directo a tribunales para su protección.
La jornada contó también con las exposiciones de Agustín Fabbricatore, Elena Gómez, Pedro Caminos y Agustín Velasco.
“Con la ONU no se ha superado la idea de poder entre los Estados”, resaltó Francisco Buere.