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Año XIV - Edición 253 27 de agosto de 2015

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III Congreso de Derecho de Ejecución Penal

  • Nota de Tapa

Durante los días 6 y 7 de agosto se desarrolló en el Aula Magna el III Congreso de Derecho de Ejecución Penal. La Decana Mónica Pinto y el director del Centro de Estudios de Ejecución Penal, Leonardo Pitlevnik, inauguraron la actividad. Posteriormente, Máximo Sozzo, profesor de la Universidad Nacional del Litoral, dictó la primera conferencia.

La Decana Mónica Pinto dio la bienvenida y comentó que el Centro de Estudios de Ejecución Penal fue creado en 2006 y que su idea es “cumplir con uno de los mandatos de la universidad pública que tiene que ver con su inserción en la sociedad y con la transferencia de conocimientos”. Asimismo, destacó que el temario del congreso es “abarcador y seductor”, con una enorme cantidad de temas que son desafíos actuales.

Por su parte, Leonardo Pitlevnik, Director del CEEP, consideró loable que la universidad pública tenga un espacio para pensar la prisión y resaltó que sus predecesores en su cargo son personas de su admiración. “La idea de este encuentro es que nos juntemos a pensar sobre cuestiones de la prisión”, declaró.

A continuación, Máximo Sozzo propuso entrecruzar dos líneas de trabajo relacionadas con la prisión. Por un lado, una indagación acerca de la historia de la sociología del encarcelamiento, especialmente en los contextos de lengua inglesa. “Esa rica y compleja tradición de estudios sociales sobre la prisión es una tradición que en América Latina ha tenido escasa capacidad de ser retomada, por distintas razones”, explicó. La segunda línea de trabajo tiene que ver con el desarrollo de investigaciones empíricas acerca de diversos fenómenos de la prisión contemporánea. “Me interesaría recorrer tres tópicos de los cuales me he ocupado. La experiencia del nacimiento en la provincia de Santa Fe del programa Educación Universitaria en Prisiones de la Universidad Nacional del Litoral (…). El segundo y tercer tópico son dos áreas de indagación más recientes para mí, un fenómeno muy importante en nuestro contexto que es el desarrollo de los pabellones-iglesia, especializados en torno a una creencia religiosa que se cierran sobre sí mismos (…); la segunda área de indagación tiene que ver con los niveles y tipos de violencia en la prisión contemporánea”, desarrolló. En el marco de la primera parte de su exposición, Sozzo evocó que desde mediados del siglo XX se comenzó a desarrollar en Estados Unidos una serie de estudios empíricos dirigidos a comprender cómo funcionaba el mundo social de la prisión. De esta manera, mencionó que el libro de 1958 de Gresham Sykes The society of Captives es el que de algún modo inauguró el área de estudios que se denomina sociología del encarcelamiento. El expositor agregó que Sykes era un intelectual muy particular, formado en la tradición de la sociología funcionalista, pero que era muy amplio, “con un origen funcionalista pero con capacidad de atravesar algunas fronteras teóricas”. Sykes realizó una investigación sobre una prisión del estado de New Jersey. “El problema inicial que se planteó el autor es cómo es posible que se mantenga relativamente estable un cierto orden al interior de la prisión pese a que el número de personas encargadas de sostenerlo es muy inferior al número de internos”, aclaró. De esta manera, Sykes plantea la idea de que la noción de un control total por parte de los guardias sobre los presos es una ilusión, aun cuando sea una ilusión promovida por la retórica oficial de la misma prisión. “Va a introducir en el primer capítulo de su libro la noción de institución totalitaria, muy interesante porque anticipa la noción de institución total de Erving Goffman, con un tono políticamente mucho más definido. Institución en la cual se proyecta la imagen de un control total de la vida de determinado grupo de personas, los presos, en un sentido claramente autoritario o totalitario”, detalló.

Asimismo, tuvo lugar la apertura de la exposición “Conocé tus Derechos” de la Procuración Penitenciaria de la Nación en el Hall de los Pasos Perdidos. Posteriormente se desarrollaron las conferencias “Superpoblación y cupo carcelario” a cargo de Gabriel Bombini, Fabricio Imparado y Paula Litvatchky, coordinados por Marcelo García y “Voluntariado, colectivos y ONGs en prisión”, por parte de Paula Cohen, Noemí de Simone y Claudio Castaño, coordinados por Laura Maccarone. Ulteriormente, se desarrolló la conferencia “Mujeres en prisión”, con las disertaciones de Laurana Malacalza, Ileana Arduino y María Medrano, coordinadas por Analía Alonso. Además, se proyectó el documental Lunas Cautivas, dirigido por Marcia Paradiso.

El día 7 de agosto se llevaron a cabo las conferencias “La universidad intramuros”, en la que participaron Leandro Halperín, Adriana Russo y Gabriela Salvini, coordinados por Martín Sigal; y “DESC en contexto de encierro”, cuyas expositoras fueron Mariela Puga, Pilar Arcidiácono y Elsa Porta, coordinadas por Guillermo Todarello. Además, Jeremías Silva, Bruno Rotta Almeida, Mario Juliano y Ramiro Gual, coordinados por Gustavo Plat,expusieron acerca de “Controversias en torno a la cárcel”. Por la tarde, Silvia Guemureman, Pablo Jantus y José Rodríguez bajo la coordinación de Damián Muñoz,se refirieron a “Niñez y adolescencia”; mientras que Cecilia Boeri, Rubén Alderete Lobo y Cristina Caamaño, cuyo coordinador fue Sergio Delgado, expusieron acerca de “Régimen disciplinario”. Por otra parte, Martín Sabelli, Olga Espinoza y Luis Antonio Bogo Chiez, coordinados por Silvia Martínez, se enfocaron en “Sistema carcelario en América”.

Finalmente, el cierre del congreso contó con la disertación del profesor Roberto Gargarella, quien compartió algunas reflexiones críticas acerca del castigo, “tema que ha estado en el centro de mis preocupaciones en los últimos años, en particular luego de una serie de trabajos que había hecho en relación con la protesta social”. Estos trabajos lo llevaron a pensar no solo sobre la justicia de los procesamientos que se llevaban a cabo contra personas que protestaban por necesidades insatisfechas, sino también acerca de los porqués y los modos del castigo. “Este fue un territorio que me resultó particularmente interesante y desafiante sobre todo porque muchas de las respuestas que yo como un extranjero en el área encontraba me resultaban disonantes”, declaró. Asimismo, expresó que su intuición es que existe un acercamiento muy poco reflexivo e inercial en esta materia. En este sentido, manifestó: “Necesitamos acercarnos a la cuestión de un modo más fresco y libre, sobre todo a la luz de, por un lado, la importancia de lo que está en juego, es decir, los modos en que el Estado hace uso de la coerción, los usos que el Estado hace del aparato coercitivo que controla; y por otro lado, a la luz de la desigualdad que es propia de sociedades como la nuestra, pero que marca a todas las sociedades occidentales”.

“(Gresham Sykes) va a introducir en el primer capítulo de su libro la noción de institución totalitaria, muy interesante porque anticipa la noción de institución total de Erving Goffman, con un tono políticamente mucho más definido”, detalló Máximo Sozzo, profesor de la Universidad Nacional del Litoral.