“II Jornadas Nacionales del Derecho a la Salud” en Homenaje al Dr. René Favaloro
ESTAS SEGUNDAS JORNADAS NACIONALES SE REALIZARON EN HOMENAJE AL DR. RENÉ FAVALORO AL CUMPLIRSE EL 10º ANIVERSARIO DE SU FALLECIMIENTO. EL CIERRE DE LA ACTIVIDAD FUE CON UNA CONFERENCIA EN SU MEMORIA DICTADA POR LOS DRES. TULIO ORTIZ Y RICARDO A. J. REZZÓNICO.
Con el objeto de contribuir en la búsqueda de respuestas a los dilemas y conflictos que plantea el avance de la Biotecnología y la Biomedicina, y homenajear al Dr. René Favaloro, el 1º de noviembre se desarrollaron en el Salón Rojo de la Facultad de Derecho las “II Jornadas Nacionales del Derecho a la Salud”.
El primer panel que versó sobre “Derechos Humanos y Salud” estuvo integrado por los Dres. Marcelo Alegre (Secretario de Investigación de la Facultad de Derecho), Marisa Aizenberg (Profesora de la Facultad), Guillermo Cony (Profesor de la Facultad), Hernán Doval (Médico, Jefe de Cardiología de Sanatorio Otamendi) y Arleen Salles (Doctora en Filosofía). La moderadora fue Bárbara Aubert Casas.
Para dar inicio, el Dr. Marcelo Alegre se refirió a la perspectiva de los derechos humanos en derecho a la salud y las discusiones existentes sobre el tema. En cuanto al rango del derecho a la salud como derecho social y económico, resaltó que se lo consideraba un derecho con ciertas prestaciones del Estado, subordinado a los derechos liberales clásicos. Sin embargo, aseguró que ya no hay base jurídica para este argumento luego de la reforma de 1994 porque nuestra Constitución abraza una idea de igualdad real de oportunidades. “La salud está en el centro de las preocupaciones de una democracia constitucional”, expresó. Asimismo, examinó la judicialización del derecho a la salud, destacando que es directamente exigible ante los tribunales, pero la cuestión sobre cómo se articula la demanda de protección judicial del derecho a la salud presenta varios desafíos. Con respecto a la ética profesional, subrayó que el derecho a la salud a veces puede verse restringido u obstaculizado frente a profesionales de la salud que objetan ciertas prácticas sanitarias.
Posteriormente, la Dra. Marisa Aizenberg observó que desde el ejercicio profesional diario no es habitual asociar los derechos humanos con el derecho sanitario. Así, indicó que los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos incorporados en la reforma de 1994 aseguran que la salud es un derecho humano fundamental e indispensable para el ejercicio de los demás derechos humanos ya que nos asegura el disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental, de un nivel de vida adecuado, y la asistencia médica y servicios sociales. “En estos Tratados Internacionales, se considera al gasto público en salud como una inversión social prioritaria”, manifestó. Advirtió que a pesar de esta expresa consagración, continúa resultando difícil lograr la efectividad del derecho a la salud en nuestro país. Se cuestionó, por último, si resulta necesario dictar leyes que reafirmen el ejercicio de derechos ya consagrados por otras leyes.
Por su parte, el Dr. Guillermo Cony abordó el sistema normativo del derecho internacional de los derechos humanos y las normas que incluyen el derecho a la salud. En este sentido, hizo mención a la primera referencia de derecho a la salud, que apareció en la Carta de Constitución de la Organización Mundial de la Salud del año 1946, la cual tomó el concepto de salud como el más completo bienestar y no como la ausencia de enfermedad.
En lo relativo a los sistemas regionales, precisó que en el interamericano se han celebrado sobre la cuestión la Declaración Americana de derechos y deberes del hombre de 1948, el Pacto de San José de Costa Rica y el Protocolo de San Salvador, que entró en vigencia en el año 2003 y trata exclusivamente los derechos económicos, sociales y culturales. Asimismo, brindó algunas reflexiones sobre el contenido de derecho a la salud, aunque afirmó que se encuentra en permanente evolución e incorpora continuamente nuevos aspectos.
Acto seguido, el Dr. Hernán Doval hizo referencia a Hobbes, Spinoza y Marx para resolver el problema de los conceptos en derechos humanos. De este modo, señaló que Hobbes distinguía dos niveles, por lo cual los individuos tenían que establecer un contrato para vivir en sociedad, y a su vez, tenían que ponerse de acuerdo para que una parte de sus derechos se alienaran en un principio absoluto que tuviera derecho sobre ellos. Así, admitía un absolutismo liberal. Por otro lado, Spinoza tenía una idea muy distinta ya que tomaba la noción de la potencia de la multitud y sostenía que la única protección de la seguridad era la libertad. Por lo tanto, pensaba que podía haber una libertad absoluta, incondicional. A su vez, Marx consideraba que el derecho a la libertad no se basaba en la unión del hombre con el hombre, sino en la separación del hombre con respecto al hombre y este derecho a la disociación del individuo delimitado era la libertad. En consecuencia, la sociedad hacía que se encontrara en otros hombres la limitación de su libertad.
Hacia el final, la Dra. Arleen Salles abordó la bioética y su desarrollo histórico, destacando cómo fue cambiando a través de los años. En tal sentido, se refirió a los principios de esta disciplina de la ética aplicada, a saber: autonomía, no maleficiencia, beneficiencia y justicia. Al mismo tiempo, entre las críticas principales destacó las posturas feministas.
Por último, tuvo lugar la conferencia de cierre in memoriam de René Favaloro en el 10° aniversario de su fallecimiento, la cual estuvo coordinada por Elian Pregno.
El Profesor Emérito Dr. Tulio Ortiz dirigió unas palabras de homenaje desde la Comisión del Bicentenario de la Facultad de Derecho destacando que “la muerte de Favaloro es parte de nuestra historia, pues creo vaticinó la crisis que sacudió a la Argentina poco después”. Estimó que algunos desconocen que una de las pasiones de Favaloro fue su devoción por la historia argentina y, en especial, por la vida de José de San Martín, modelo de conducta y de virtudes según su profundo sentido. Releyendo su obra sobre el Libertador, valoró a la distancia su inclaudicable lucha por los ideales de emancipación del hombre y de los pueblos, liberación que debía ir más allá de consignas de carácter político-social para enraizarse en las profundas capas de la personalidad de cada uno de nosotros. Agregó que para entenderlas, y para procurar con todo derecho sugerir un camino, Favaloro recurrió como muestra de su sabiduría a las lecciones de la historia, que en definitiva es la gran consejera de los pueblos. Luego, expresó que llamaba la atención que su libro sobre San Martín no fuera más que un relato destinado a fundamentar lo que él llamó los principios que deben guiar a las sociedades, en particular a la nuestra. Realizó una lectura de algunos de ellos, estimando que la verdad de lo que fue escrito hace un cuarto de siglo aún sigue pendiente sobre todos nosotros, como su propio tránsito, que fue presagio de hechos que se aproximaban raudamente y que seguramente su extrema sensibilidad humana no hubiera podido soportar. De esta manera, concluyó que a diez años, el mejor homenaje al Dr. René Favaloro es reflexionar sobre su vida, su pensamiento, pero también sobre su muerte.
A continuación, el Secretario Académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Favaloro, Dr. Ricardo Alfredo José Rezzónico, manifestó su sincero agradecimiento por el homenaje en memoria que la Facultad de Derecho le brindaba al ilustre argentino, en el marco particular de las personalidades destacadas en el bicentenario de nuestra patria. Manifestó, asimismo, que nunca más justo este reconocimiento a una de las personalidades grandes de la Argentina en el siglo XX, lo cual fundamentó en su exposición, enfatizando algunos aspectos de la vida y obra del Dr. Favaloro. El primero lo marcó su retorno al país que lo vio nacer, cuando tenía abiertas todas las puertas en Estados Unidos, y que así, de manera lenta, tesonera, inteligente y profética, fue enhebrando los pasos conductores al cumplimiento de su sueño. Describió que el segundo hecho distintivo fue la realización del proyecto, pues fiel a su consigna, que expresaba “investigar para saber, educar para difundir y asistir a los enfermos para aplicar los conocimientos”, lo primero que desarrolló fue un instituto de investigación en 1975; y que tras la concreción del mismo, se avocó a la creación del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, hoy convertido en el Hospital Universitario, que abrió sus puertas en 1992; finalmente, un año después creó el Instituto Universitario de Ciencias Biomédicas, convertido posteriormente en Universidad.
De modo concluyente, señaló que su regreso a la Argentina había marcado un compromiso ético con su país, y su obra explicita su compromiso con la comunidad, sin distinción de credos, ni razas, ni condición social. Por lo expuesto, estimó que “si esta Comisión del Bicentenario se ha ocupado de buscar las grandes personalidades que hicieron al país, la elección de René Favaloro ha sido todo un acierto, porque él fue verdaderamente un grande”.
Las “II Jornadas Nacionales del Derecho a la Salud” han sido declaradas de interés parlamentario por la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. |