II Congreso Internacional de Derecho Comercial y de los Negocios
EL CONGRESO QUEDÓ FORMALMENTE INAUGURADO LUEGO DE QUE EL DR. JOSÉ MIGUEL EMBID IRUJO (CATEDRÁTICO DE LA UNIVERSIDAD DE VALENCIA) PRONUNCIÓ LA CONFERENCIA INAUGURAL ACERCA DE “EL PRESENTE INCIERTO DEL DERECHO DE SOCIEDADES”.
Con la presencia de destacados profesores provenientes de todos los puntos cardinales del país y también del exterior, entre los días 1 y 4 de junio se desarrolló el II Congreso Internacional de Derecho Comercial y de los Negocios, organizado por el Departamento de Derecho Económico y Empresarial y el Centro de Graduados de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.
El acto de apertura, celebrado el 1 de junio en el Aula Magna, fue presidido por el Decano de nuestra Casa, Profesor Emérito Dr. Atilio A. Alterini, quien estuvo acompañado en el estrado por el Director del Departamento de Derecho Económico y Empresarial, Prof. Dr. Daniel R. Vítolo y el Catedrático de la Universidad de Valencia, Dr. José Miguel Embid Irujo.
En primer término, el Dr. Atilio A. Alterini dio la bienvenida a nuestra Universidad “de cuño reformista, que es autónoma y autárquica, gratuita, laica, cogobernada, que postula la calidad y la excelencia de la enseñanza, con pluralidad de cátedras que son provistas por concurso y renovables periódicamente, y en la que, con absoluta neutralidad en materia ideológica, política y religiosa, se afirma la centralidad de lo universitario en las relaciones con la sociedad y se respetan cuidadosamente el pluralismo de ideas, la libertad académica, la libertad de investigación y la libertad de expresión”.
A continuación señaló que desde mediados del siglo XX “todos somos consumidores”, y sugirió que los operadores del Derecho Civil y del Derecho Comercial deben observar cómo conviven sus disciplinas con el Derecho del Consumidor. Asimismo, resaltó que éste atraviesa transversalmente el sistema jurídico y, sin ser ni Derecho Comercial ni Derecho Civil, toma lugar entre ambos, es de carácter interdisciplinario y está armado sobre una pluralidad de regulaciones que afecta a una gran parte del ordenamiento.
Señaló también que en el estado actual de situación se está requiriendo de los juristas diversos criterios, que tomen en cuenta la vulnerabilidad relativa, para la regulación de los contratos entre empresas de distintos tamaños y entre éstas y los consumidores. Finalmente afirmó que “afortunadamente la comunidad de los operadores del Derecho privado que asiste a este Congreso no padece la ‘esclerosis conceptual dominante’ que preocupa a Ulrich Beck, por lo cual es seguro que, ante la irrupción expansiva del Derecho del consumidor, el encuentro servirá como catalizador para que todos nos involucremos de alguna manera a fin de participar en la organización de los axiomas del nuevo sistema en lo mucho que está pendiente”.
A su turno, el Dr. Daniel R. Vítolo expresó su alegría por recibir a los destacados participantes en nuestra Casa de estudios, a la que calificó como un lugar abierto al desarrollo del pensamiento en libertad, de la investigación y del progreso. De esta manera, puntualizó que la Facultad, como integrante de la universidad pública, no puede estar ausente en momentos trascendentes e inciertos para el futuro de la economía y de las finanzas mundiales, susceptibles de afectar la paz social y el sistema general de convivencia en el planeta.
Seguidamente, indicó que el término “nueva economía”, acuñado a finales de la década de 1990, describió la evolución desde una actividad económica basada principalmente en la industria apoyada en el conocimiento. “Este fue el paradigma vigente en la década pasada y gran parte de la presente”, sintetizó.
Asimismo, agregó que, si bien la recesión de 2001 desacreditó las predicciones más extremas hechas durante los años del auge, la investigación subsiguiente sugirió que el crecimiento de la productividad había sido estimulado por la fuerte inversión en tecnologías de la información y por los proyectos de desarrollo financiero a través de instrumentos sofisticados que generaron burbujas en diversos sectores entre los que se destaca el inmobiliario. Lo ocurrido en los últimos meses, clarificó, como confirmación de aquellas alertas, es que se ha desatado la crisis del paradigma al advertirse que la “nueva economía” no puede dar más respuestas a las necesidades del mercado, así como también que las bases sobre las cuales ésta se ha asentado son frágiles y no reflejan la realidad económica subyacente.
En otro orden de ideas, sostuvo que la crisis constituye una nueva oportunidad de que se produzca el saneamiento del sistema. Por ende, reconoció que en este momento se presenta el escenario más fascinante y peligroso del proceso, dado que los diferentes modelos de posibles nuevos paradigmas compiten entre sí, buscando ser los triunfadores.
No obstante los miedos y las histerias, aclaró que se está lejos de una situación similar a la de 1930, pues el volumen de la economía hoy es mucho mayor y, a diferencia de lo ocurrido entonces, apenas la crisis estalló, ya existen no menos de tres nuevos paradigmas operando como alternativas.
Finalmente, resaltó la importancia de que un grupo de académicos y pensadores del siglo XXI se den cita para debatir sobre la nueva realidad y reseñó la temática a tratarse durante las sucesivas jornadas.
Posteriormente, el Prof. José Miguel Embid Irujo tuvo a su cargo la pronunciación de la conferencia inaugural sobre “El presente incierto del Derecho de Sociedades”.
Preliminarmente, señaló que en el título de su ponencia ha intentado poner de manifiesto que la reciente crisis económica ha traído consigo una serie de consecuencias aun no bien precisadas en el terreno jurídico. En este sentido, opinó que “los juristas no hemos hecho demasiados esfuerzos para comprender exactamente que es lo que ha sucedido”. Y estimó que el silencio guardado por los especialistas ha contribuido a reforzar la incertidumbre en que se encuentra el Derecho de las Sociedades.
En consecuencia, entendió que el debate actual en la materia debería centrarse en soluciones que deben tomarse para poner en orden una situación difícil en la que, después del llamado cambio de paradigma, nos encontramos.
Por otra parte, destacó que, en los últimos años, si bien ha habido una continuidad en cuanto a las temáticas discutidas, se ha producido una discontinuidad en lo referido a otros aspectos.
En lo concerniente a la aludida continuidad, explicó que los diferentes contextos políticos en que se ha visto inmerso el mundo durante el siglo XX no ha impedido que los grandes temas de debate científico y legislativo sean los mismos: la ordenación del gobierno corporativo y la flexibilización de los tipos societarios.
Respecto a la discontinuidad, remarcó su producción, durante los últimos 15 años, sin la influencia de graves circunstancias para el orden político y en tres planos fundamentales. El primero de ellos, prosiguió, se relaciona con el método de estudio de la disciplina, sobre la base de un planteamiento economicista no subsidiario, sino exclusivo. Acto seguido, definió al segundo plano de discontinuidad como el correspondiente a la técnica de la regulación del Derecho de sociedades, pasando de un sistema basado en normas imperativas a la autorregulación. Por último, hizo referencia al elemento de discontinuidad relativo a las instituciones típicas del Derecho de sociedades y su disciplina normativa.
Hacia el final de su ponencia, explicó que se ha producido una ruptura sustancial de la continuidad en la evolución del Derecho de Sociedades en el mundo, basada en la idea de un cambio de paradigma. Y aseveró que, aunque muy útiles en las ciencias de la naturaleza, estas mutaciones tal vez no estén tan justificadas en las ciencias del espíritu como el Derecho. En esta situación, finalmente, fundó la incertidumbre en la cual se encuentra el Derecho societario.