Homenaje al profesor Carlos Cossio
Durante la tarde del 27 de octubre se realizó una ceremonia en la que se efectuó el descubrimiento de la placa que conmemora la reciente creación del ”Paseo Carlos Cossio” en honor al jurista, filósofo, intelectual comprometido y creador de la Teoría Egológica del Derecho, privado de su cátedra por el gobierno militar en el año 1956. La placa en cuestión fue emplazada sobre la explanada contigua a las escalinatas que preceden a las fastuosas columnas dóricas de nuestra Facultad de Derecho. El acto conmemorativo se enmarcó en lo determinado por la Ley 3772 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que establece la creación de este paseo en la acera de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, agregando la misma norma que “Cossio estableció como doctrina jurídica que el objeto de la interpretación no es la norma sino la conducta humana por medio de la norma. La norma no es sino el medio comparable al lenguaje a través del cual conocemos el verdadero objeto de la interpretación, que es la conducta. El Derecho sale de lo abstracto y se transforma en lo que realizamos del día a la noche, en cada una de las relaciones entre las personas”.
Siempre resulta auspicioso recordar que el maestro Carlos Cossio (1903-1987) ha sido uno de los juristas de habla hispana más brillantes del último siglo. Supo enseñar la asignatura Filosofía del Derecho en la Universidad de La Plata, donde se había graduado y donde entre 1934 y 1948 formó lo que él dio en llamar la “Escuela Jurídica Argentina”. Ya para el año 1939 fundó el Instituto Argentino de Filosofía Jurídica y Social que promovió el desarrollo de la filosofía en el ámbito universitario entre cuyos miembros se hallaban Miguel Ángel Virasoro, Enrique Aftalión, Juan Francisco Linares y Ambrosio Lucas Gioja, entre tantos otros. Tal vez su obra cumbre haya sido “La Teoría Egológica del Derecho”, en la que se trazaron nuevas perspectivas sobre lo que puede ser entendido por derecho.
Siempre, desde ya, formulando incisivas críticas tanto al pensamiento iusnaturalista de raigambre tomista como al positivismo de Kelsen con quien mantuvo una célebre polémica cuando el jurista austriaco visitó en 1949 la Argentina. Antes de ello, en el año 1948 su actividad docente ya se había desplazado a la Universidad de Buenos Aires, en donde continuó sus profundos estudios sobre su concepción del derecho.
Luego de descubierta la placa conmemorativa, el homenaje se trasladó al Salón Rojo de esta Facultad, lugar en donde un panel de oradores se encargó de continuar recordando la figura de Cossio. Allí estuvieron presentes en calidad de expositores Julio Raffo, Legislador de la Ciudad de Buenos Aires, Profesor de Teoría General del Derecho de esta Casa y discípulo de Carlos Cossio, Roberto Vernengo, Profesor Emérito de Teoría General del Derecho en esta Facultad, Eduardo Méndez, Profesor de Teoría Egológica UBA, Pablo López Ruf, miembro de la Asociación Argentina de Filosofía del Derecho, Jorge E. Douglas Price, Presidente de la Asociación Argentina de Filosofía del Derecho -AAFD- e Hipólito Giménez, representante del Instituto Carlos Cossio. Por otro lado, la coordinación del evento estuvo en manos de Diego Luna, Profesor de Filosofía del Derecho (UBA).
Fue Eduardo Méndez quien inicialmente expresó “esto no sólo es un homenaje, un recuerdo a la figura de Cossio, sino que estoy absolutamente convencido de que se trata de un verdadero acto de justicia”. Alertó al público presente de que en la actualidad muchos egresados de esta Casa obtienen su título de grado sin saber quien ha sido Carlos Cossio.
Más tarde, Hipólito Giménez señaló que Cossio “nos recuerda en su teoría egológica los hallazgos de la filosofía existencialistas en sus reflexiones acerca de la finitud de la vida y del rol ontológico que en ella juega la muerte rematando en la incuestionable conclusión de que la verdadera inmortalidad del hombre radica en las huellas que dejan las creaciones de su espíritu”.
Por su parte, Pablo López Ruf relató el modo en que se sucedieron sus primeros contactos con Carlos Cossio. Añadió, además, algunos comentarios referentes a los pensamientos de Cossio con respecto a los de Kelsen.
A su turno, Jorge E. Douglas Price expresó que “el profesor Cossio fue un héroe intelectual de los no muchos que nuestro país tiene”. Sumado a ello, subrayó que supo conservar su lucidez ideología, firme en sus convicciones a lo largo de toda una vida aun a pesar de los más increíbles vaivenes ideológicos sufridos por nuestro país.
Roberto Vernengo al momento de hacer uso de la palabra se refirió sin ahorrar elogios al modo en que las clases de Cossio eran dictadas. Adicionalmente, declaró que Cossio “era realmente una persona muy estimable pero, al mismo tiempo, era una persona complicada y trágica porque no encajaba bien en las estructuras universitarias”.
Seguidamente, Julio Raffo relató sus primeros encuentros con el homenajeado e incluso se permitió describir algunas ocasiones en que Cossio fue de gran ayuda, especialmente en tiempos en los que la última dictadura militar aún no había concluido. “En los malos momentos Cossio estaba y estaba como nadie, entonces en mi formación, en mis emociones, en mi indignación de verlo trashumante enseñando filosofía por los bares, yo le debo mucho, mucho a Cossio”, prosiguió.
“Esto no sólo es un homenaje, un recuerdo a la figura de Cossio sino que estoy absolutamente convencido de que se trata de un verdadero acto de justicia”, puntualizó Eduardo Méndez.