Homenaje a Carlos S. Nino a 30 años de su fallecimiento
En el SUM del Instituto Gioja, el pasado 29 de agosto, tuvo lugar un homenaje a Carlos S. Nino a 30 años de su fallecimiento, organizado por el Instituto de Investigaciones A. L. Gioja y el Departamento de Filosofía del Derecho. Marcelo Alegre brindó las palabras de apertura. Romina Faerman y Gabriel Bouzat ofrecieron la semblanza sobre la vida y obra de Carlos S. Nino. En este marco, se realizó la presentación de su artículo póstumo La existencia de un poder judicial (Lecciones y Ensayos, N° 105, 2020), a cargo del profesor emérito Martín D. Farrell.
Marcelo Alegre, director del Instituto de Investigaciones A. L. Gioja, compartió un recuerdo personal sobre su última interacción con Carlos S. Nino antes de su fallecimiento en 1993. “Fue en la reunión de cátedra, en el seminario de los viernes. Me tocó exponer un libro de Susan Hurley, una lectura muy difícil sobre la teoría posmoderna de la interpretación. Iba en contra del centralismo que tenía una idea más centralista sobre los conceptos legales, ligándose a solo un sentido, sin oportunidad de interpretarlos”, sostuvo. Comentó que por la dificultad del material no fue su mejor exposición y reconoció sentir cierta pena por esa última interacción con Nino. Asimismo, rememoró ciertas características que lo definían a Nino y su interés por la investigación del Derecho. “Parece mentira la focalización intensiva en la democracia, las facultades de la misma facultad, en fortalecer la investigación y la esperanza en las nuevas generaciones”. Finalizó la apertura manifestando sobre la herencia intelectual de Nino sobre el instituto mismo “Desde el Instituto Gioja buscamos siempre lograr sus sueños”.
Acto seguido, Romina Faerman y Gabriel Bouzat realizaron un semblanza sobre la vida y obra de Carlos S. Nino. Gabriel Bouzat expresó su agradecimiento por al Instituto Gioja y la gestión de Marcelo Alegre. “Es el mejor lugar para homenajearlo, Es un instituto célebre que ha formado a muchos juristas, abogados y profesores en sus famosos seminarios de los viernes”, remarcó. Seguidamente, se propuso describir el carácter y la personalidad de Nino en tanto modelo a seguir. “Nino era una persona con generación, pasión y paciencia”, reflexionó. “Vino desde Oxford con nuevas ideas como la objetividad en los juicios morales, que tuvieron gran impacto en su trabajo durante la vuelta de la democracia, donde en diciembre de 1983 fue convocado por el gobierno de Alfonsín para colaborar con los asesores en la reconstrucción del Estado de derecho y el tratamiento de las violaciones a los derechos humanos”, recordó y agregó “ahí nos llevó a mí, a Carlos Rosenkrantz, Agustín Zbar y Hernan Bulco”. Y agregó: “Nino era el hombre en el lugar y momento justo”. Por otro lado, destacó su labor en relación con el cine y la censura. “Trabajó en la abolición de la censura del cine impuesta por la dictadura militar para pasar a un sistema de calificación de películas”, expresó. Enfatizó que era parte de la constante discusión que tenía Nino respecto a la libertad de expresión. “Recuerdo en el programa político de Neustadt, que mientras lo maquillaban, Niño leía un libro”, reconoció. Hizo referencia a la relación entre la Facultad de Derecho y Yale. “Nuestra relación con Yale se inició con el Juicio a la Junta Militar y el Consejo de la Consolidación de la Democracia, donde Nino conoció a varios filósofos políticos, entre ellos, Owen Fiss que lo invitó a dar clases a Yale y de ahí nos llevó a todos a estudiar ahí”, señaló. Por último, afirmó que “ninguno superó al maestro”.
Por su parte, Romina Faerman analizó las ideas de Nino y su repercusión en las generaciones posteriores, con énfasis en la teoría feminista. “Yo no lo conocí a Nino, pero sigo aprendiendo de las personas que aprendieron de él. Somos una generación que representa su voz. Yo lo veo como un agradecimiento indirecto porque vemos las ideas de Nino en quienes nos formaron, dichas ideas incluyen el respeto por el otro, la discusión y debate constante”, expresó. En esa misma línea, hizo extensivo su agradecimiento a Marcelo Alegre por su generosidad. De manera concluyente, Faerman se dedicó a demostrar cómo las ideas de Nino tuvieron impacto en el feminismo. “Si bien no desarrolló de fondo una teoría feminista, sentó las bases del reclamo, manifestando los principios de autonomía personal y su vínculo con la inviolabilidad y la posición de las personas peor situadas”, subrayó. Para terminar, planteó: “La trascendencia supera los debates teóricos”.
A continuación, se llevó adelante la presentación y posterior discusión del artículo póstumo La existencia de un poder judicial (Lecciones y Ensayos, N° 105, 2020), a cargo del profesor emérito Martín D. Farell.
En primer lugar, Martin D. Farrell ofreció unas palabras en homenaje a Nino. “La figura de Carlos Nino ocupa un espacio descomunal en el pensamiento jurídico filosófico argentino, de la cual se llora su desaparición temprana a los 49 años de edad”, postuló. Luego, compartió una serie de comentarios sobre el artículo en cuestión. “Las tres tesis que publicó de las cuales disiento, sé que puede ser controversial un comentario crítico de su trabajo durante su homenaje, pero sé que le hubiera gustado porque si había algo que disfrutaba era de la discusión académica y más cuando él ganaba”, rememoró. No obstante sumó que “su trabajo es espléndido, provocativo, fructífero y enriquecedor”. Con respecto al trabajo, puntualizó que “incluyó la teoría de Montesquieu sobre la división de poderes y su relación con el Poder Judicial, la sentencia de los jueces y la Corte Suprema de Justicia de la Nación”. Para finalizar, expresó: “Lo queremos, lo admiramos y lo extrañamos”.