¡Hasta siempre, Tulio! Homenaje al profesor emérito Tulio E. Ortiz
En el Salón Azul, y simultáneo por Zoom, el pasado 30 de noviembre se llevó adelante un homenaje a Tulio Ortiz que contó con la participación de amigos, colegas, discípulos, integrantes de su Seminario de historia de la Facultad de Derecho y familiares. El acto se transmitió en vivo por el canal de YouTube del Instituto Gioja desde la Facultad de Derecho.
El acto comenzó con las palabras de Luciana Scotti (vicedirectora del Instiuto Gioja), Marcelo Alegre (director del Instituto Gioja), Marcelo Gebhardt (vicedecano) y Silvia Nonna (secretaria académica).
A su turno, Marcelo Alegre señaló: “Además de un eminente jurista, profesor e investigador, Tulio Ortiz era una muy buena persona y yo solo quisiera dar dos breves testimonios. Durante mi gestión como secretario de Investigación durante el decanato de la doctora Mónica Pinto, Tulio fue un evaluador de lujo de proyectos de investigación, alguien que dedicaba a esa exigente tarea mucho tiempo”. Además, sostuvo: “Con su esfuerzo deja un ejemplo de generosidad a generaciones más jóvenes, además era el que siempre nos sacaba las papas del fuego cuando se precisaba evaluar proyectos con muy poco tiempo”. Y compartió: “Tulio querido, gracias por todo lo que has brindado en el campo de las ideas y, especialmente, por una vida puesta al servicio de nuestra Facultad y de nuestro querido instituto, quienes nunca van a olvidarte”.
Por su parte, Marcelo Gebhardt expuso: “Quiero tomar la palabra de la Facultad en su representación institucional para recordarlo con el enorme respeto y veneración que se ganó. Sin abandonar lo institucional, no puedo dejar de recordar que el Dr. Ortiz fue profesor emérito de esta casa, logró el cetro más importante de nuestro estatuto universitario dentro de los profesores extraordinarios por sus cualidades indiscutidas”. También, comentó: “Hoy recordarlo me emociona porque cada vez que uno lo podía cruzar en un pasillo era encontrar la mano franca, el buen consejo, la sabiduría, la serenidad”. “No se va, no se fue y está acá con nosotros”, concluyó.
Silvia Nonna expresó: “El maestro, el gran jurista que era y que va a seguir siendo siempre el Dr. Tulio Ortiz nos ha reunido hoy en este Salón Azul y no puedo más que sumar a todas las cosas que se han ido diciendo y que cada uno y cada una de ustedes es´tan pensando desde los que están presente hasta quienes nos están escuchando. Su amabilidad y su humildad ocultaban esa grandeza que todos le vamos a reconocer siempre al Dr. Tulio Ortiz”. Y resaltó: “Él organizó, armó y escribió la historia de nuestra Facultad y él es parte de esa historia, lo va a ser siempre y lo vamos a recordar siempre como él se merece, con muchísimo respeto, con alegría y reconociendo en él esa grandeza que él siempre ocultó”.
Tras la apertura del acto por parte de las autoridades de la Facultad y del Instituto Gioja, tomaron la palabra Eduardo Barbarosch, Lidia Garrido Cordobera, Verónica Lescano Galardi, María del Carmen Maza, Luciana Scotti, Alberto Dalla Vía, Ricardo Rabinovich-Berkman, Mirta Graiño, Alberto Castells y Estefanía Cuello.
Eduardo Barbarosch expreso: “Vengo a honrar a Tulio Oritz que fue u generoso amigo, un compañero del alma y que tuve la oportunidad por vocación mía de entrar en la investigación de la historia de la Facultad”.
Por otro lado, recordó que él fue secretario de investigación cuando Ortiz fue vicedecano. En ese marco, señaló: “Recordando hechos importantes, uno fue el de conseguir ampliar la idea de investigación para la Facultad de Derecho a través de un trato muy amable con el secretario de Ciencia y Técnica de la UBA por el cual conseguimos con el apoyo de Tulio y Alterini la posibilidad de fundar una nueva comisión, la Comisión Técnica Asesora N.° 7, porque cuando no estaba esa comisión casi siempre perdíamos los proyectos de investigación en manos de otras facultades”. También recordó la creación de los proyectos DECyT en esos tiempos.
Lidia Garrido Cordobera expresó: “Era una persona tranquila, aplomada, pero sobre todo era una buena persona y era un buen investigador. Sabía ser riguroso, pero a la vez con esa firmeza y suavidad que no implicaba un no, ni un rechazo, sino un ‘dale, vos podés’. Entonces, siempre fue un ejemplo”. Y agregó: “Investigar en la Facultad de Derecho es mucho más que simplemente aprender más sobre una porción de conocimiento (...). Es, a veces, disputar centímetro a centímetro en la UBA nuestro rol, nuestro espacio, y Tulio en la Comisión nos enseñó cómo hacerlo. Entonces, es muy difícil para mí resumir a Tulio en una palabra”.
Verónica Lescano Galardi compartió que recorrió más de la mitad de su vida con su aprendizaje. “Los grandes no se van y Tulio no se va. Esto indefectiblemente es así, pero, claro, de alguna manera hay un legado que nos deja y yo me pregunto qué es ser maestro hoy. Acá tenemos generaciones muy jóvenes y todos decimos que Tulio fue un grande y un maestro, pero ¿qué es para alguien joven ser un maestro? Lo que era Tulio: un ser excepcional de lo cotidiano, del gesto simple, de la sencillez, del silencio medido”, expuso.
Acto seguido, María del Carmen Maza leyó unas palabras del director del Museo y Archivo Histórico de la Facultad, David Leiva. Y expresó su respeto hacia el doctor Tulio Ortiz y “a la memoria de quien no solo se comprometió con la preservación del patrimonio de la Facultad, sino con la admisión y el respeto hacia los profesionales de toras disciplinas, entendiendo que sus saberes también enriquecían a la historia de la Facultad”.
Luciana Scotti expresó: “Mantuve una relación cotidiana y familiar con él de mutuo afecto, colaboré en varios de sus proyectos, en su Seminario de Historia de la Facultad de Derecho de la UBA, en sus últimos libros y en la Comisión del Bicentenario de la Revolución de mayo que presidió”. Y compartió: “Su gran labor fue reconocida en más de una oportunidad. La Universidad lo designó profesor emérito, la Legislatura porteña lo reconoció como personalidad destacada de la ciencia y la educación, recientemente con motivo del Bicentenario de la UBA fue reconocido como una de sus 200 personalidades distinguidas en un acto que no pudo estar presente, pero que se celebró en esta, su casa, en el Salón de Actos”.
Alberto Dalla Vía indicó: “El profesor Ortiz era un hombre sumamente educado y respetuoso y, por sobre todo, sumamente serio en todo lo que emprendía y realizaba. Oriundo de Mercedes en donde están sus raíces, fue precisamente ahí cuando ejercitaba como abogado en el departamento del centro de la provincia de Buenos Aires en donde decidió que su vocación era la investigación y la docencia universitaria que ejercitó con brillo”. Asimismo, comentó: “En tiempos en que escasean los ejemplos, Tulio Ortiz fue un profesor ejemplar, un estudioso silencioso y respetuoso de todas las jerarquías fuesen autoridades o estudiantes, para él eran todos importantes, sabía escuchar y estaba muy lejos de la soguera de las vanidades en las que suelen recaer muchos personajes de nuestros ámbitos. Siempre lo recordaré amablemente (...) y me hace sentirme orgulloso de pertenecer al claustro de profesores de la Facultad de Derecho”.
Ricardo Rabinovich-Berkman expuso: “Como director del Departamento de Ciencias Sociales quiero prestar el homenaje a uno de los más grandes historiadores de nuestra Facultad que hayamos tenido y en cuya figura se encarnaba en estos últimos largos años esa veta de la investigación que a nosotros tanto nos importa y nos identifica”. Y también habló del entusiasmo de Tulio Ortiz por la creación del programa de cursos intensivos válidos para el doctorado de la Facultad. “Es un programa que él imaginaba y con éxito que iba a transformar a nuestra Facultad en un polo de doctorado a nivel mundial, lo que efectivamente hoy en día es”, destacó.
Mirta Graiño contó que en 1978 cursó con Tulio Ortiz Derecho Político y expresó: “Desde entonces, fuimos inseparables, fue una guía intelectual imprescindible, valiosísima que me acompaño incluso como director de mi última tesis de maestría en el año 2019 a pesar de haberla hecho en la Facultad de Ciencias Económicas”. Además, sostuvo: “Sembró en mí esa semilla del conocimiento y del análisis de los fenómenos sociales, políticos y jurídicos bajo el análisis de los fenómenos sociopolíticos, de los movimientos culturales, de todo eso que hace a a vida de las comunidades”.
Alberto Castells recordó que “en los años 1981 y 1982 me tocó coordinar una comisión asesora gigante donde el derecho ocupaba un papel muy modesto y humilde. Se nos ocurrió como estrategia para levantar el nivel de los estudios jurídicos designar a un jurista de nota aunque varios miembros de la comisión tenían pergaminos suficientes y pertenecían al campo del derecho. Invité como coordinador de aquella gran comisión a Tulio Ortiz como un evaluador externo” y que a pesar de haber trabajado con ahínco en esa nueva función el proyecto de investigación de una historia de la Facultad de Derecho que él presentó no fue aprobado. “Todas las virtudes que se han expresado se concentraban en su mirada, en sus palabras y en su resignación frente a la posición realmente inexplicable de la comisión asesora”, resaltó.
Finalmente, Estefanía Cuello compartió: “Me adoptó como adoptó a muchos y muchas adentro de la cátedra donde había una pluralidad y donde nos enseñaba la hospitalidad y el respeto y éramos muy felices y sabíamos que él nos defendía a capa, espada y burocracia para que podamos decir siempre lo que pensábamos e ir descubriéndonos y desarrollándonos”. Y subrayó: “Siempre estaba impulsándonos a leer, a crecer, a seguir participando y contagiándonos este amor por la Facultad de Derecho que según él era el ámbito de formación de la clase dirigente argentina”.