Ciclo de almuerzos académicos para profesores de la Facultad
Experiencias en la negociación de la agenda 2030. Perspectivas para el desarrollo sostenible
El 13 de junio tuvo lugar en la Sala de Profesores un nuevo almuerzo académico para profesores de la Facultad. En esta ocasión, disertó Leila Devia, profesora titular de Régimen Jurídico de los Recursos Naturales, bajo el título “Experiencias en la negociación de la agenda 2030. Perspectivas para el desarrollo sostenible”.
Con relación a la agenda 2030, la profesora Leila Devia indicó que es una agenda civilizatoria y lo que busca es el enfoque de muchos derechos y muchos actores. Asimismo, en la agenda se encuentra el concepto de la paradiplomacia ambiental, que los internacionalistas y ambientalistas utilizan a partir de la década del 80.
“El problema con estas negociaciones internacionales es el problema de todos los foros que hay”, señaló.
Seguidamente, explicó que el derecho ambiental, nace en la Conferencia de Estocolmo del año 1972, donde se crea el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. “Luego, pasan veinte años y tiene lugar la conferencia de Río 92, que para casi todos nosotros es la más importante”, expresó.
Por otro lado, desarrolló que antes de llegar a la agenda 2030, se propuso la agenda 21, que “planteaba un plan de acción en los distintos temas de los recursos naturales: en el agua, suelo, aire, productos químicos, desechos y participación”. Sin embargo, entendió Devia, la globalización hizo que los procesos se aceleraran, y hay algunos estudios sobre cómo la cuestión ambiental no tomada desde el punto de vista propiamente ambiental del cuidado de la naturaleza, sino desde un punto de vista más holístico fracasó por distintas cuestiones. En este marco, se refirió a la Cumbre de Johannesburgo (2002), en donde se trata el principio de producción y consumo sustentable que luego se va a plantear como uno de los objetivos del desarrollo sostenible que forma parte de la agenda 2030.
“La agenda 2030 surge de esta lucha entre desarrollo sustentable versus economía circular”, explicó y agregó que se plantea que tiene que haber una agenda global que debe estar acompañada de los objetivos del desarrollo sostenible (fin de la pobreza, hambre cero, salud y bienestar, educación y calidad, igualdad de género, agua limpia y saneamiento, energía asequible no contaminante, trabajo decente y crecimiento económico, industria, innovación e infraestructura, reducción de las desigualdades, ciudades y comunidades sustentables, acción por el clima, vida submarina, vida de ecosistemas terrestres, paz, justicia e instituciones dignas, alianza para lograr los objetivos, consumo sustentable y producción sustentable), que tienen 169 metas que no son fáciles de calcular.
Más tarde, mencionó que los indicadores generan problemas. “Todos estos objetivos, más las metas, más los indicadores, tienen que ser medidos por estadísticas: algo que nos falta bastante y las estadísticas ambientales mucho más”, sostuvo. “Lo que está haciendo Argentina en estos momentos es trabajar en estos indicadores. Lo que ha establecido el Gobierno en este trabajo es que dependan del Ministerio de Desarrollo Social, y se ha creado una coordinación de políticas sociales dentro del ministerio en la cual trabajan los veinte ministerios integrados en subcomisiones para poder lograr los indicadores que se necesitan para presentar ante Naciones Unidas”, puntualizó.
Luego, afirmó que un tema que está atado a todos los acuerdos medioambientales es el financiamiento. “Entonces, en paralelo a esta negociación hasta llegar a estos grandes objetivos, hay cumbres sobre financiamiento para el desarrollo, y la agenda 2030 está atada a la cumbre de Adís Abeba [en Etiopía] sobre financiamiento”.
Con relación a lo que la agenda plantea dentro de la diplomacia, la profesora señaló que es la vigencia del multilateralismo. En este sentido, expresó que a pesar de sus defectos, el multilateralismo es la única solución para un consenso y para balancear lo que piensan los países desarrollados versus países en desarrollo.
Hacia el final, reflexionó que la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París demuestra el papel que Estados Unidos quiere jugar en estos momentos.