Europa en el mundo
El pasado 7 de mayo se llevó a cabo en el Aula Magna el segundo coloquio “Europa en el mundo”, organizado por la Cátedra Jean Monnet y la Delegación de la Unión Europea en Argentina. La jornada contó con la presencia de la Decana Mónica Pinto, Alfonso Díez Torres, Jefe de la Delegación de la Unión Europea en Argentina, Calogero Pizzolo, profesor titular de la cátedra Jean Monnet de la UBA, Guillermo Nielsen, Ex embajador de Argentina ante Alemania, Pavel Sipka, Embajador de Eslovaquia y Jean-Michel Casa, Embajador de Francia. Coordinó el encuentro el periodista Reynaldo Sietecase.
En primer lugar, la Decana Mónica Pinto indicó: “Vemos con mucho interés las relaciones con la Unión Europea (UE) que, básicamente, tienen que ver con el campo de lo político y lo económico, y que se traducen en relaciones humanas. También son para nosotros relaciones académicas privilegiadas”.
A su turno, el profesor Calogero Pizzolo entendió que hay que aprender de los propios errores y opinó que cuando miramos a Europa es necesario reparar tanto en sus éxitos como en sus fracasos. De esta manera, indicó que un punto de interés es la construcción de una identidad en el espacio supranacional. “Si la identidad no va acompañada de una construcción social, de una internalización de la idea de integración, tendremos muy poco. No tendremos nada”, manifestó. Así, destacó que es un gran mérito de Europa haber construido una identidad común, acompañada y proyectada en una ciudadanía común. También examinó que la UE constituye el primer proceso de integración que logró superar el reduccionismo económico. Es decir, la integración regional europea garantiza y tutela derechos más allá del mercado que los inspira. También remarcó la problemática vinculada a los flujos migratorios. “Si no se respetan los procesos humanos, no hablamos de integración legítima. La xenofobia, en sí misma, es el único virus letal que puede acabar o paralizar este proceso de integración”, evocó. De este modo, negó que la emigración disuelva la identidad nacional y puntualizó que la Argentina es un Estado que se construye día a día a partir de los flujos migratorios. “Debemos encontrar esas fórmulas de consenso y de convivencia que permitan abandonar el plano discursivo, retórico, y hacer”, recalcó.
Por su parte, Pavel Sipka se refirió al proceso de ampliación de la UE. “Se puede decir que para los nuevos países que ingresaron a la UE es un éxito”, aseguró. El expositor afirmó que los antiguos miembros de la UE ayudaron muchísimo al proceso de integración y, consecuentemente, entendió que en los últimos diez años, siete de los nuevos países que ingresaron en 2004 han sido la causa del éxito en el crecimiento económico.
Guillermo Nielsen recordó que en años recientes Europa se ha visto sacudida por la crisis, magnificada por los mecanismos de transmisión entre las economías, que se han ido gestando por la integración europea y por la globalización. A partir de la crisis griega, y con el mecanismo conductor del euro, entraron en jaque prácticamente todas las economías de la periferia europea. “La crisis europea nos sorprendió a todos. La mayoría de la gente no podía creer que esa construcción tan robusta, generadora de una profundidad imparable, entrase en crisis”, reseñó. Por su parte, comprendió que la puesta en marcha de los mecanismos anticrisis habría de llevar rápidamente a la fatiga del ajuste, la cual pone sobre el tapete la deslegitimación de los mecanismos democráticos. De esta manera, indicó que los valores democráticos, junto con los valores de solidaridad y apertura, están en el centro de la construcción de la Europa comunitaria. También mencionó otro aspecto menos conocido que mostró la crisis europea: la fatiga política de quienes contribuyen a que otros países salgan de la crisis; en otros términos, la fatiga política de la contribución. Para finalizar, advirtió que las crisis económicas profundas rompen con valores que son casi imposibles de restablecer en una generación.
Posteriormente, Jean-Michel Casa examinó que las elecciones europeas de mayo se darán en un momento de fuerte crisis política y probablemente su resultado pueda contribuir a fortalecer la situación de crisis política. Consideró que para salir de la crisis de legitimidad política de la integración europea, habrá que tomar en cuenta algunas necesidades como, por ejemplo, un presidente de la Comisión Europea con mayor fortaleza del que ha habido en los últimos años, comisarios más fuertes y una mejor organización de aquel órgano.
Por último, Alfonso Díez Torres consideró a la UE como un gigante económico y un enano político. Así, el expositor explicó que la finalidad de la UE era ser un gigante político y tener una política exterior verdadera, pero ese desarrollo no ha sido paralelo. “El desarrollo económico de las políticas internas europeas ha ido mucho más rápido que el desarrollo paralelo que tiene que tener el marco político, como unión política y también como una política exterior común de todos los europeos”, sintetizó. De esto modo, relató que Jean Monnet lanzó, junto con otros fundadores, la idea de que para que en Europa la guerra fuera impensable e imposible había que integrarse. Es decir, la integración era la alternativa a la política exterior. Como la política exterior tiene una connotación de enfrentamiento hacia el otro, la única manera de terminar con los conflictos era eliminarla y es por eso que, en parte, Europa no tenía una política exterior en el sentido clásico.
“Si la identidad no va acompañada de una construcción social, de una internalización de la idea de integración, tendremos muy poco. No tendremos nada”, manifestó Calogero Pizzolo.