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Año II - Edición 22 25 de febrero de 2003

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Entrega de diplomas a Consejeros y Profesores

  • Nota de Tapa

El día 19 de diciembre del pasado año se llevó a cabo, con una gran asistencia de público, el acto de entrega de diplomas a los Consejeros Directivos y a los Profesores Eméritos, Consultos y Regulares de esta Facultad. Este evento, realizado en el Salón de Actos, contó con la participación del Rector de la Universidad de Buenos Aires, Dr. Guillermo Jaim Etcheverry, del Decano, Dr. Atilio Aníbal Alterini y autoridades de esta casa de estudios.

Precedido por el discurso del Decano de esta Facultad, el Rector destacó la decisiva responsabilidad de los Profesores regulares para el cumplimiento de los fines de la Universidad,  haciendo énfasis en los contenidos programáticos que establece del Estatuto Universitario.  Reflexionó acerca del descrédito en que ha caído la labor pedagógica,  observando que, si bien la institución se sostiene en el esfuerzo generoso de los docentes, "cada día nuestra sociedad confiere menos prestigio a la enseñanza.  Hoy se considera que hay poco para enseñar y, por eso, son pocas las personas que asumen la responsabilidad de hacerlo".  Para conjurar esos males, realizó una exhortación a inculcar a los estudiantes el rigor en el análisis y una visión del mundo que les sirva para interpretarlo y cambiarlo.  El fin de la universidad, sostuvo, debe afirmarse esencialmente en la  formación de personas y no en la simple provisión de títulos académicos. Reiteró asimismo el compromiso de la universidad pública con los valores que la sustentan.

Cabe agregar que tales conceptos se encuentran en indudable consonancia con los pronunciados en ocasión de su asunción al rectorado. En esa oportunidad el Dr. Jaim Etcheverry había destacado la importancia del ámbito universitario para el debate de propuestas que hagan posible la reconstrucción del país, aportando ideas, orientación y guía a la sociedad que constituye su marco natural.

Culminó su exposición con el enunciado de la finalidad ulterior que debe contener todo proceso educativo, consagrado a "formar mejores jóvenes a quienes dejarles este prodigioso mundo, a quienes darles las herramientas intelectuales necesarias para comprenderlo y, sobre todo, para poder modificarlo".