En el mes del orgullo, hablamos orgullosamente de todo
El pasado 3 de noviembre tuvo lugar el primer encuentro del ciclo "En el mes del orgullo, hablamos orgullosamente de todo", organizado por el Área de Igualdad de Género y Diversidad para Estudiantes de la Facultad. En esta primera reunión se abordaron las siguientes temáticas: conceptualización y abordaje desde un enfoque de Derechos Humanos e historia del activismo y los movimientos sociales LGBTIQ+.
Participaron en calidad de expositoras: Daniela Ruiz (actriz, directora de la Compañía 7colores diversidad, docente de Teatro del CC Tato Bores, capacitadora nacional en Diversidad del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, productora teatral, dramaturga, participa del Espacio de la Asociación de Profesionales Artes Escénicas, fundadora y presidenta de la primera cooperativa latinoamericana de arte trans, activista de los derechos Humanos, transfeminista, antirracista) y María Alejandra Aranda (docente y abogada, militante histórica del Partido Socialista, secretaría de Educación de la Federación Argentina LGTBIQ, primer comunera electa abiertamente lesbiana en el año 2015).
Laura Moses (militante lésbica y feminista intersecional, excoordinadora del Observatorio de Género y Diversidad del Instituto Lebensohn, estudiante de Facultad de Derecho de la UBA) coordinó y moderó el intercambio.
En primer lugar, Laura Moses presentó una serie de enfoques y conceptos que deben tenerse en cuenta cuando se habla de diversidad: el enfoque de los derechos humanos, la interseccionalidad, la visibilidad y la importancia de poder hablar en primera persona. “Hoy estamos hablando acá del orgullo y de la necesidad de dar visibilidad a este colectivo porque hubo vulnerabilidades estructurales previamente, y las sigue habiendo hoy, que hacen que tengamos que reivindicar y que queramos mostrar nuestro orgullo porque la discriminación por orientación sexual o discriminación por identidad de género y expresión de género todavía sigue persistiendo en mayor o menor medida”, sostuvo.
Por otro lado, remarcó la necesidad de visibilizar el colectivo LGTBIQ+. “Esto lo tenemos que mostrar justamente porque si bien hemos hecho avances culturales a través de la Educación Sexual Integral, la norma sigue persistiendo –me refiero a la heteronorma–, el patriarcado sigue existiendo, y dentro de eso todavía tenemos obstáculos producto de las concepciones culturales arraigadas en preceptos, estigmas y discriminaciones siguen hasta el día de hoy. Y también el binarismo de género, la concepción de hombre, mujer y que no haya nada en el medio”, señaló.
Seguidamente, se refirió a la interseccionalidad: “Nuestro colectivo más allá de compartir estas características en común, el orgullo, y las disidencias sexuales identitarias, no dejamos de ser un colectivo muy heterogéneo. (...) El hecho de que tengamos nuestras vivencias y que seamos disidencias sexuales identitarias no quita que estemos atravesadas por la etnia, el género, la edad, diferentes tipos de discapacidades. Este enfoque interseccional es fundamental para poder asegurar que las políticas públicas después efectivamente tengan una llegada a todo el colectivo”.
Asimismo, aludió a la necesidad de ser protagonistas de su propia historia. “Tenemos que construir y, sobre todo, reconstruir nuestra historia, contarla en primera persona y apropiarnos de ella. (...) Yo no sabía de la historia del colectivo o de las conquistas, cuesta un poco más esa identificación, si no se sabe la lucha colectiva que hubo atrás eso. Nadie nunca nos regaló nada, sino que fue producto de organización, de militancia, de activismo histórico”, indicó.
Por último, señaló que existe una diferencia considerable entre la igualdad jurídica y la igualdad real. “Por eso hablamos de política públicas específicamente destinadas al colectivo porque todavía no llegamos a la igualdad de oportunidades. Por eso hoy en día seguimos debatiendo la ley travesti trans. (...) No solamente hablamos de una vida libre de violencias y libre de discriminación, hablamos de acceso a trabajo, a la salud, a la educación y permanencia en la educación, la oportunidad de poder ir la universidad, de graduarse y encontrar un trabajo y el acceso a una vivienda”.
Por su parte, Daniela Ruiz expuso sobre la historicidad política del movimiento activista travesti y trans. “Principalmente también desde el lugar del travestismo, de la lucha del travestismo, de la lucha también construida desde las calles y qué es lo que pensamos cuando hablamos de justicia”, reflexionó. Y se preguntó: “Una travesti marrón e indígena, qué es lo que piensa de la justicia. Me imagino como he pensado yo, que la justicia la hacían los blancos, los terratenientes, que la justicia estaba en lugares que realmente no tenían nada pensado para mí en situación de prostitución, interseccionalizada en las violencias, en las prácticas que había en esas violencias”.
En esa misma línea argumental, se interrogó “para qué venimos a hablar de derecho si no tenemos los derechos correspondientes y cómo correr ese lugar, ese poquito lugar que te da el derecho que también sabemos que ha sido colonizante, colonizado, totalmente arraigado desde una costumbre, desde una mirada eurocentrista, lejana hacia nosotres, hacia los pobres, las clases populares, las personas racializadas, los géneros diversos”.
Por otro lado, se refirió a la patologización y la criminalización que padece el colectivo travesti y trans. “Nos pusieron un catálogo de enfermas y ese catálogo de enfermas era de patologización. Cuando uno dice patologización –que era lo que pensaban una época anterior, en la Argentina en 1910– éramos los enfermos, los maricas, los putos enfermes y para eso había que reformar en la heterosexualidad obligatoria”, indicó. Y cuestionó: “Cómo se construye una sociedad pensando en esa otredad, en esa persona abyecta hacia sus derechos, a la reivindicación del derecho, pensarnos desde ese lugar, qué se provoca alrededor de eso: se provoca algo que se llama criminalización hacia algunos cuerpos”.
Luego volvió a interpelar a quienes participaban de la actividad: “Cuántos abogados y abogadas vamos a ponernos la camiseta para empezar a hablar de la justicia que tenemos que tener y ver en esas cuestiones todos estos temas y marcarlos, ponerlo en palabras. Nosotras las travestis podemos estar en la lucha, somos las que estamos en la trinchera, pero quién habla, quién pone las palabras, quién se puede sentar a pensar porque hay tiempo, hay que tener plata para pensar y nosotras, las travestis, no la tenemos”.
En este marco, explicó la relevancia de la Ley de Identidad de Género. “Ha sido revolucionaria y desde ese lugar nos situamos. Vemos esa historia que ha sido de lucha, pero no una lucha solamente por las travestis también hubo maricas, tortas, putos, maricones, homosexuales. (...) También hubo campo popular, Abuelas de Plaza de Mayo y también hubo gente que entendió toda esta cuestión y que, si no estamos juntos, que si no estamos en las calles, no podemos cambiar la historia, que está arraigada desde las buenas costumbres blancas burguesas”, enfatizó y explicó “esto tiene que ver con un constructo de cómo queremos Latinoamérica y de cómo pensamos políticamente en este travafeminismo, en este feminismo, en esta mirada interseccional de los derechos humanos”.
A su turno, María Alejandra Aranda agradeció las palabras de Daniela Ruiz y afirmó que “nuestros países privilegiados tienen las mejores leyes de avanzada tanto la Ley de Matrimonio Igualitario, la de Identidad de Género, la de Fertilidad Humana Asistida, pero de la igualdad legal a la igualdad real –acá hay muchos, muchas, muches que son estudiantes de derecho– tenemos que ser conscientes que todavía falta muchísimo por hacer y en eso está el compromiso de esta alianza heterosexual para poder llegar a esta igualdad real que tanto necesitamos”.
Rememoró su paso por la Facultad y recordó el impacto que le causó la materia “Los cuerpos del Derecho” a cargo de Paula Viturro: “Fue un puntapié muy importante para que yo diga tenemos que seguir por este camino. por este camino donde nuestros derechos tienen que estar escritos, tienen que estar cuidados y tienen que estar protegidos. Es muy importante que cada uno de los estudiantes y les estudiantes se sientan comprometidos con los derechos humanos y, dentro de los derechos humanos, también están los nuestros”.
Asimismo, compartió una serie de experiencias para evidenciar las luchas reales del colectivo LGTBIQ+. “En 2018 presentamos un proyecto para que en pleno siglo XXI nuestras familias se encuentren en los libros de cuentos, para que mis niños cuando empiecen a ir a la escuela se empiecen a identificar y a reconocer en esos libros, cosa que hoy por hoy no existe. Esos son los pequeños cambios que todavía hoy tenemos que seguir dando para que realmente haya una inclusión para nosotros en esta sociedad”, expresó.
En relación con lo anterior, se refirió a la Marcha del Orgullo. “Todos los años se reivindican derechos que todavía nos faltan. La marcha de este año habla de una Ley Integral Trans porque consideramos que son el grupo más vulnerado que tiene nuestro colectivo y también se habla de la implementación real de la ESI, pero que se desbinarice”, sostuvo.
Tras plantear una serie de demandas del colectivo que el Estado y la sociedad deben atender, manifestó que “todos estos detalles tenemos que tenerlos en cuenta a la hora de estudiar Derecho porque son ustedes, somos nosotres los que vamos a llegar a legislar, les que vamos a llegar a ser jueces”.
Para finalizar, señaló que “hay un futuro, nuestras infancias trans, nuestros hijos que tenemos que empezar a ver empáticamente, inclusivo y esa es la obligación y la responsabilidad que tenemos cada uno de nosotros”.