Derechos humanos y políticas públicas: nuevos escenarios y tensiones
El 28 de agosto la Dirección de Relaciones Internacionales y el Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del Mercosur llevaron adelante la conferencia “Derechos humanos y políticas públicas: nuevos escenarios y tensiones”, a cargo de Javier Palummo, director de investigación y gestión de la información, coordinador de la Escuela Internacional del IPPDH del Mercosur y miembro experto del Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
La directora de Relaciones Internacionales, Natalia D. Corleta, brindó unas palabras introductorias y luego dio paso a la ponencia del orador invitado.
Para comenzar, Palummo explicó que él toma el enfoque basado en el derecho internacional de los derechos humanos como marco sobre el cual es posible orientar el proceso de formulación, implementación y evaluación de las políticas públicas. “Es un enfoque conceptual, pero también normativo y se caracteriza, además, por ser aceptado por la comunidad internacional puesto que se desarrolla como una consecuencia de la incorporación de los estándares del derecho internacional a las políticas públicas nacionales”, detalló agregó: “Estamos, por lo tanto, frente a un desarrollo que es relativamente reciente y tiene como resultado condicionar y en algunos casos determinar algunas características del funcionamiento del aparato estatal limitando la discrecionalidad de los órganos políticos desde la perspectiva de la garantía de los derechos reconocidos”.
En esta línea, sostuvo que la principal característica de este enfoque es que se trata de un modelo que va más allá de lo técnicamente opinable; es un enfoque basado en normas que deben ser tenidas en cuenta a la hora de diseñar, implementar y evaluar políticas públicas.
En cuanto a los antecedentes del enfoque, planteó que “se trata de una noción que sobre todo en el ámbito regional comenzó a ser utilizada de forma habitual a partir de la década de 1990 lo que coincide con la superación de período de quiebres institucionales, el retorno de la democracia en la mayoría de los países de América del Sur y desde una perspectiva universal la finalización de la Guerra Fría y el desarrollo de grandes conferencias y cumbres internacionales”. Y añadió que “los derechos humanos tuvieron una presencia muy relevante en estas conferencias globales y los instrumentos aprobados establecieron un claro nexo entre los estándares y las políticas públicas a través de la formulación de planes de acción detallados y de lineamientos y compromisos gubernamentales específicos y explícitos”.
Como consecuencia de la pandemia, reconoció que “se ha registrado un marco generalizado de poderes de emergencia, aspecto que ha implicado en términos muy generales la adopción de restricciones justificadas en el derecho internacional y nacional de derechos y libertades”.
Por otro lado, mencionó los ataques a los derechos humanos en la última década. “Los ataques más actuales no se han circunscrito a un ámbito específico. Desde algunos gobiernos en el sector académico, desde algunas organizaciones religiosas, desde la sociedad civil, en el mismo movimiento de derechos humanos y en el público en general se han articulado diferentes críticas que desde distintos enfoques y con argumentos muy diversos han ido hacia la misma dirección: establecer un cuestionamiento a la idea de derechos humanos y a sus instituciones”, desarrolló.
Además comentó que se ha documentado la existencia de una importante literatura crítica desde diversos puntos de vista donde se cuestiona si los derechos humanos todavía tienen futuro y si las técnicas mediante las cuales ellos han sido promovidos a nivel nacional e internacional conservan su validez. Considerando la diversidad de argumentos que se han desarrollado y los énfasis que se han puesto, el orador abordó algunos argumentos orientados a cuestionar la legitimidad del derecho internacional de los derechos humanos y sus instituciones y luego hizo referencia a algunas críticas que plantean el carácter inútil y hasta contraproducente de los derechos humanos.
En relación con el primer grupo de argumentos indicó que “es posible observar un cuestionamiento al proyecto de derechos humanos en tanto ideología imperialista de carácter occidental y su implementación a través de la intervención humanitaria como una especie de nueva forma de neocolonialismo. Asimismo, a los derechos humanos internacionales se los ha calificado como una forma de dominación y colonialismo servil a intereses de un orden social capitalista y sexista dominante”. Y especificó que “existen autores que no argumentan a favor de un rechazo de plano a la idea de derechos humanos, sino que postulan la necesidad de proyectar otra forma de concebir los derechos humanos”. En este sentido, explicó que sostienen que “sería irresponsable plantearse el abandono de la narrativa de derechos humanos y plantean la necesidad de pensar las condiciones para su reconstrucción desde una perspectiva emancipadora”.
Seguidamente, abordó las críticas tendientes a considerar a los derechos humanos como inútiles o contraproducentes. Para ello tomó las reflexiones de Samuel Moyn, autor del libro No bastan. Los derechos humanos en un mundo desigual (2018) que ha tenido un notable impacto en el debate más reciente. “Comienza sosteniendo que la aparición de los derechos humanos ocurre en la década de 1970, aspecto que relaciona con la configuración del modelo neoliberal y en este marco Moyn sostiene que si bien los derechos humanos contribuyeron a sensibilizar a la humanidad sobre cuestiones socioeconómicas graves como la pobreza, el hambre y la indigencia, junto con las consecuencias de las terribles represiones de los Estados autoritarios y totalitarios, no han contribuido a hacer visible a la crisis de los estados de bienestar y el estancamiento de las clases medias, por ejemplo”, especificó.
Hacia el final, sostuvo que la lucha de los derechos humanos ahora debe ser aún más estratégica y técnicamente solvente con argumentos basados en la evidencia. “Para dar esa lucha existen muchas más personas que se han formado y que actúan profesionalmente en el ámbito de las políticas públicas de los derechos humanos y esto implica que al tradicional activismo del movimiento de derechos humanos se le han sumado funcionarios y funcionarias que se desempeñan en estas políticas públicas de garantía de derechos y de vigilancias de los mismos”, analizó y concluyó: “El gran reto futuro en estos escenarios tiene que ver con generar las formas de comunicar las iniciativas de política pública nacional, regional, subregional e internacional y lograr resultados tangibles que puedan dar cuenta de la efectividad del enfoque derechos humanos en las políticas públicas y también del derecho internacional de derechos humanos”.