¡Seguinos!

Año XXIII - Edición 405 16 de mayo de 2024

Buscar

Derecho a la participación igualitaria e inclusiva de las mujeres en los sistemas de toma de decisión. Foco en la justicia

  • Nota de Tapa

El pasado 30 de abril, en el Salón Rojo, se llevó a cabo la actividad "Derecho a la participación igualitaria e inclusiva de las mujeres en los sistemas de toma de decisión. Foco en la justicia", organizada por el Programa Género y Derecho. La apertura estuvo a cargo de Mónica Pinto. Expusieron: Viviana Krsticevic (CEJIL/GQUAL), Mary Beloff (UBA), Marisa Herrera (CONICET/UBA/UNDAV) y Natalia de la Torre (UBA/UNDAV). Laura Clérico (directora del Programa Género y Derecho) moderó el intercambio.

En un primer momento, Laura Clérico recordó la creación del Programa Género y Derecho por iniciativa de Mónica Pinto en el año 2011 durante su gestión como decana de la Facultad. “Asumió la responsabilidad no sólo de crearlo, sino también de implementarlo y desarrollar las líneas de acción del programa”, sostuvo. Asimismo, se refirió a la acción que están impulsando con GQUAL/CEJIL. “Entre otras cosas están acompañando todo el proceso de la Recomendación General Nº 40 que está en estado borrador adelantado sobre participación paritaria en la toma de decisiones en los diferentes niveles internacional, regional, nacional y local”, señaló.

Para comenzar, Mónica Pinto brindó una serie de agradecimientos. Hizo referencia a sus colegas expositoras y a la labor de GQUAL. A continuación, compartió algunos datos estadísticos que dan cuenta de que las mujeres son mayoría en muchos ámbitos como la Facultad y el Poder Judicial, pero no acceden a espacios de toma de decisión. “No llegamos al 50 por ciento en ningún nivel de todo el Poder Judicial de todo el país. Las mujeres son el 46 por ciento en términos totales. Estamos hablando de mujeres que ejercen la función judicial”, aclaró. En esta misma línea argumental, brindó información sobre la conformación de cortes y comités internacionales.

Hacia el final, se preguntó cómo se construye legitimidad y vinculó a la democracia. “En un contexto en el cual ciertos criterios que uno aprendió en esta Facultad parecen estar intentando revertirse, pero en la democracia, si somos 50 y 50, la foto es más acabada y la democracia es más representativa cuando nosotras entramos adentro”, sostuvo.

Por su parte, Viviana Krsticevic planteó que “los espacios de la justicia a nivel nacional e internacional son de gran relevancia y que las mujeres estemos involucradas en estas decisiones importantísimas sobre la guerra y la paz, el medio ambiente, la justicia de la arquitectura internacional económica, el derecho penal internacional, sobre temas de propiedad, es fundamental, no podemos estar ausentes, nuestras voces, diversas, complejas, con distintas miradas tiene que estar presentes”.

Seguidamente, hizo referencia a la subrepresentación de las mujeres en los tribunales internacionales y el trabajo de la campaña de GQUAL. “Poner foco en los mecanismo de nominación y selección de personas a este tipo de puestos internacionales e insistir en temas no sólo de competencia, transparencia sino en temas de paridad”, puntualizó.

Para finalizar, aludió al derecho a la igualdad y la paridad. “La idea de que la igualdad tiene que ser uno de esos principios articuladores de la justicia, de la democracia y que esto tiene que expresar de manera de que las mujeres no estén excluidas”, expresó y añadió que “hay normativa internacional, doctrina, jurisprudencia y relecturas de artículos como el 7 y 8 de CEDAW que nos permiten pensar en la paridad no como una medida temporal sino como la vara y la medida de la igualdad en espacios de toma de decisión y en espacio de carácter colectivo”.

A su turno, Mary Beloff tomó la palabra y aludió a la idea de linaje.“Nosotras aprendimos acá, de esa interacción maravillosa que nos da la Facultad, la sororidad de una manera que trasciende las palabras”, reconoció. En ese sentido, afirmó: “Nos digo, y me digo, que nos cuesta, además de por las condiciones estructurales, porque a veces no sabemos aprovechar las oportunidades, que los hombres como históricamente han estado entrenados para eso saben cómo hacerlo”. Y reconoció la potencia de este linaje y las posibilidades que brindan encuentros como el organizado. “En esta conexión que es muy de lo femenino, del tejer, cómo es que nos cuesta tanto nuestro tejido político para poder avanzar”, señaló.

En otro orden, afirmó que “no creo que los mecanismos para el acceso en todas estas diferentes circunstancias deba ser el mismo aunque el objetivo final sea el mismo”, explicó. “El impacto que tiene quien está entrenada adecuadamente en los temas de género y de igualdad material es significativo en los productos de estos cuerpos”, analizó. Y enfatizó en la relevancia de construir una dogmática. “Cuando el derecho ya está y no podemos hacer que se cumpla, tenemos que construir la dogmática”, subrayó y desarrolló que “que el derecho que surja de estas conversaciones que derecho y es vigente con una buena dogmática, con buenos operadores y con un diálogo entre nosotras, entre todos, que sea robusto”, concluyó.

Seguidamente, Marisa Herrera se refirió a las políticas de cuidado. “Lo interno, las miradas que tenemos en las familias, las políticas de cuidado y la culpa que nos generan los lugares de decisión. (...) Porque si somos mujeres con decisión en lugares de decisión claramente le estamos dejando el espacio a esa familia que deberíamos ocupar”, comentó. Asimismo, retomó la cuestión de la democracia paritaria y cómo esto implica un cambio en el diseño institucional de la justicia.

Luego, manifestó que el cambio no es sólo cuantitativo sino también cualitativo. “No es solamente más mujeres, es, en mi caso, más mujeres feministas. Que realmente tengan una transformación profunda de lo que implica una reconstrucción institucional donde no sea nada más un tema número. Es más, yo estoy convencida que muchas mujeres que han llegado a lugares de decisión han llegado a espejo y semejanza de los hombres más machistas”. Y sumó que “tenemos que también formar parte quienes transformamos pensando desde una lógica totalmente distinta y sorora en el sentido profundo del concepto”.

Por último, Natalia de la Torre se dedicó a analizar las recientes postulaciones de varones para integrar la Corte Suprema de Justicia de la Nación. “Visibilidad el techos de cristal, tratar de construir la película, construir un análisis diacrónico y no sincrónico, pero tratar también de entender por qué la película nos da como resultado lo que nos da”, propuso. En ese marco, retomó el caso de María Angélica Barreda, la primera mujer que intentó matricularse para ejercer la profesión de abogada en la provincia de Buenos Aires en al año 1910. “Es interesante la historia porque allí está el germen. (...) El miedo a darle la matrícula tenía que ver con la inserción de la mujer en el mundo del sistema de la administración de  justicia”, aseguró. “De ahí venimos, y lamentablemente, está presente y subyacente en varias de las decisiones de los integrantes del sistema de administración de justicia y también, lamentablemente, de nuestros representantes políticos”, remarcó.