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Año VII - Edición 120 10 de abril de 2008

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Conferencia – “La propiedad intelectual y el desarrollo. La OMPI y su nueva agenda: antecedentes y perspectivas”

  • Nota de Tapa

El Centro de Estudios Interdisciplinarios de Derecho Industrial y Económico (CEIDIE) organizó el 17 de marzo una conferencia titulada “La propiedad intelectual y el desarrollo. La OMPI y su nueva agenda: antecedentes y perspectivas”. El evento, que tuvo lugar en el Salón Verde de la Facultad, contó con la presencia, en calidad de expositor, del Dr. Pedro Roffe. Por su parte, el Dr. Salvador Bergel fue el moderador.

En primer lugar, el Dr. Pedro Roffe indicó que, siendo la agenda para el desarrollo de la OMPI una iniciativa que refleja una preocupación por una “armonización profunda” de la propiedad intelectual, el objetivo de su ponencia sería “ofrecer una interpretación del ‘por qué’ de esta agenda”, así como brindar su opinión respecto a los antecedentes históricos que la informan. En tal sentido, señaló la importancia de la evolución ocurrida alrededor del art. 5 A de la Convención de París de 1883, disposición que “tiene una relación estrecha con la vinculación entre propiedad intelectual y desarrollo”. Expresó también que los cambios operados en aquél precepto, caracterizado como el más controvertido, reflejan las vicisitudes de los conflictos de intereses alrededor de la convención. Seguidamente, puntualizó las reformas que el artículo 5 A sufrió en cada una de las Conferencias de Revisión del Convenio. La primera, Washington 1911, mantuvo la obligación del titular de la patente de explotarla de acuerdo con las leyes del país de importación, pero instituyó condicionantes a la revocación de las patentes en caso de incumplimiento. La segunda, La Haya 1925, reconoció el derecho de cada miembro de adoptar medidas para prevenir abusos que puedan emanar de los derechos exclusivos del titular de la patente e introdujo el concepto de “licencias obligatorias”. La tercera, Londres 1934, consolidó el remedio de las licencias obligatorias como remedio primario. La cuarta, Lisboa 1958, plasmó el texto definitivo y limitó la posibilidad de legislar para prevenir abusos al remedio de las licencias obligatorias, las cuales, se consolidaron como “no exclusivas”.

El Dr. Roffe explicó que la evolución normativa erosionó el compromiso histórico estratégico alcanzado en lo relativo a la explotación local de las patentes en 1883. Posteriormente, hizo referencia a la crisis ocurrida en el sistema internacional hacia la década de 1970 y a la promoción, por parte de los países emergentes, de un nueva revisión con el objetivo de que la Convención refleje de algún modo sus intereses. Explicó que, dentro de aquel proceso se emitió una Declaración de Objetivos mediante la cual se reconoció la importancia de “respetar la necesidad del desarrollo económico y social de los (países) miembros y de establecer un equilibro adecuado entre esas necesidades y los derechos conferidos por la patente”. Consideró la existencia de un “paralelo importante con la propuesta de la Agenda de Desarrollo del año 2004”. Por otra parte, resaltó que, si bien la nueva propuesta de revisión fracasó, al mismo tiempo se produjo una iniciativa paralela de un Tratado complementario al Convenio de París, antecedente más importante del acuerdo ADPIC, cuya emergencia pusiera fin al proceso de revisión. En otro orden de ideas, analizó algunos de los antecedentes más inmediatos de la Agenda del Desarrollo y señaló que las turbulencias en la interpretación de las flexibilidades que el propio ADPIC admitía en su implementación llevaron a la adopción, en 2001, de la Declaración de Doha sobre la relación salud - propiedad intelectual, instrumento que fija “los márgenes sobre los cuales pueden operar los países en la aplicación de las flexibilidades”. Asimismo, enumeró otros antecedentes de importancia, tales como la Decisión que la OMC emitiera en agosto de 2003 y que condujera a la primer enmienda del acuerdo ADPIC; el informe producido por la Comisión de Propiedad Intelectual y Desarrollo del Reino Unido en septiembre de 2002; y la adopción de nuevos Acuerdos de Libre Comercio que cubrieran aspectos más allá del ADPIC. En tal contexto, se lanzó hacia 2004 la Agenda del Desarrollo, respecto a la cual resaltó el rol preponderante de Argentina y Brasil y destacó el hecho de que “retome el tema del desarrollo industrial económico y cultural que estaba en los orígenes del sistema internacional”. Indicó, además, que el proceso condujo a que en octubre de 2007 la Asamblea General de la OMPI adoptase 45 recomendaciones cuyo objetivo es insertar la cuestión del desarrollo en los trabajos de la organización y estableciese un Comité con el fin de realizar un seguimiento a la implementación de aquellas sugerencias, “muchas de las cuales -añadió- se dirigen a la Secretaría como principios que deben informar el modo de cumplir ciertas tareas”.

En cuanto a las perspectivas del proceso, el Dr. Roffe consideró que en materia de propiedad intelectual se desarrolla una actividad esencialmente dinámica en relación a la implementación del ADPIC y los acuerdos de libre comercio. En tal sentido, remarcó el monitoreo constante que efectúan EE.UU. y la UE sobre la observancia de derechos de propiedad intelectual que cumplen los países, así como la proliferación de foros en materia de la propiedad intelectual y la emergencia de actores no gubernamentales.

Finalmente, el conferencista expresó que la Agenda abre un nuevo camino; “su éxito dependerá de cómo los países en desarrollo asuman el liderazgo”, concluyó.