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Año VI - Edición 104 03 de mayo de 2007

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Acto de presentación de la edición Nº VI de la Revista Academia

  • Nota de Tapa

En el marco del Seminario Internacional sobre Mujeres en Carreras Jurídicas, se aprovechó la oportunidad para dar a conocer al público nacional e internacional presente el Número VI (Primavera de 2005) de la Revista sobre enseñanza del Derecho de Buenos Aires, más conocida como Revista Academia.

Desde su primer número editado en el año 2003, esta publicación dirigida por el Departamento de Publicaciones de la Facultad e impresa por editorial Rubinzal-Culzoni, tuvo como objetivo principal generar un serio debate e investigaciones en torno a la labor de la enseñanza del Derecho en las universidades. El hecho de haber realizado el lanzamiento en el marco del Seminario, respondió a que este fue el primer número temático editado por Academia que, en este caso, dedicó todas sus páginas al tema: “El género en la enseñanza del derecho”, cuya recopilación estuvo a cargo de las Dras. Paola Bergallo y Julieta Di Corleto.

Para esta presentación, se preparó un panel especial donde expresaron algunos breves comentarios los docentes de nuestra Casa de estudios, Gonzalo Álvarez, Nancy Cardinaux, Lucila Larrandart y Marisa Herrera. Por su parte, María Laura Clérico tuvo a su cargo la coordinación de la mesa.

A modo de introducción, Gonzalo Álvarez agradeció a los organizadores del Seminario por haberles permitido dar a conocer la revista y, en su calidad de Secretario Académico de la Facultad, también felicitó a las Dras. Mary Beloff y María Laura Clérico por la gran labor que vienen llevando a cabo como coordinadoras de Academia. Luego comentó que la idea de fundar en el año 2003 una revista dedicada exclusivamente a cuestiones de enseñanza, respondió principalmente a una decisión institucional fuertemente apoyada por el Decano Dr. Atilio Alterini, buscando trascender la mera labor administrativa y con el deseo de promover reformas que actualizaran la currícula y pusieran el acento en la formación y el aprovechamiento al máximo de los docentes.

Gonzalo Álvarez señaló que los motivos específicos fueron tres: 1) Cubrir un espacio temático no explorado en Latinoamérica; 2) Unir en un foro común las distintas discusiones sobre enseñanza suscitadas en las diferentes áreas disciplinarias; y 3) Superar los límites habituales en los debates sobre formación. A partir de ahora, el plan es también territorial. En ese sentido, la Facultad aspira a que las discusiones publicadas en Academia vayan más allá de las fronteras de nuestra provincia y se trasladen a todo el continente. Es así que la revista buscará ser la plataforma de lanzamiento para el Primer Congreso Latinoamericano sobre Enseñanza del Derecho.

Yendo más a lo particular, Nancy Cardinaux explicó que la idea no se limita simplemente a tratar temas de enseñanza del derecho sino también a promover la investigación en esas cuestiones. “Recién en los últimos años tenemos grupos de investigación institucionalizados que nos permiten seguir cierta línea de trabajo” -agregó, siguiendo esa tesitura.

Del lado de la producción, Cardinaux intentó transmitir a los presentes las dificultades económicas y organizativas con las que habitualmente debe lidiar toda publicación por estas latitudes, aunque los resultados hoy están a la vista y son sumamente reconfortantes. En esa línea, trajo a colación un poema de Alejandra Pizarnik (“Fronteras Inútiles”) para dar a entender que la Revista Academia es un espacio con fronteras permanentes, cuya superación es parte del trabajo diario, luchando por encontrar finalmente una gran utilidad.

A continuación la Dra. Lucila Larrandart propuso algunas reflexiones en torno al discurso de género en el derecho punitivo. Sumamente desafiante, la vicedirectora del Departamento de Derecho Penal y Criminología de nuestra Facultad sostuvo que hay que tener cuidado con los enfoques puramente de género que a veces se realizan en el ámbito del derecho penal, porque tienden a generar peligros impensados para las propias mujeres y porque muchas veces vuelven a tropezar, en nombre del progresismo, con viejas piedras tradicionales.

En ese sentido, Larrandart se dedicó a cuestionar ciertos mitos habituales enarbolados por los movimientos feministas. En primer lugar, opinó que el aumentar el número de mujeres en la administración de justicia penal no garantiza una mayor sensibilidad hacia los problemas de discriminación. “A lo largo de la historia el derecho fue creado y aplicado mayormente por hombres, y eso hace que hoy existan prejuicios no instalados en toda la sociedad, incluidas las mujeres, quienes muchas veces también tienen internalizados dichos prejuicios” -argumentó.

En segundo lugar, la jueza criticó a los enfoques feministas que generalmente describen la situación de la mujer como sometida a la voluntad del hombre, puesto que ello muchas veces estigmatiza a la mujer como un ser débil e inferior, al que se debe proteger como a un incapaz. “Hoy la mujer es actora del control social”, afirmó Larrandart, exigiendo que las mujeres reclamen un status más digno y que no demanden tanto paternalismo estatal. Así, como tercera crítica, nuestra profesora insistió con desmitificar la idea de que establecer más tipos y mayores penas por cuestiones de género en el derecho criminal pueda ser de alguna ayuda en la solución de esos problemas. “El derecho penal no sirve para solucionar problemas sociales de violencia tan complejos”, sostuvo la Dra. Larrandart, quien manifestó también que “finalmente se entabla una relación paradójica con el Estado”, cuando, por un lado, es incapaz de adoptar y promover una mayor igualdad de géneros y, por el otro, está siempre dispuesto a penalizar a la población.

Una crítica similar dirigió la jueza hacia la pretensión de ciertos movimientos feministas de disminuir el deber de prueba de la acusación en delitos de género o de invertir la carga de la prueba en esos casos. Para Larrandart este tipo de ideas coinciden con una concepción muy tradicional y autoritaria del derecho penal que terminan poniendo en peligro todos los logros garantistas que tanto se costó conseguir.

En síntesis, la Dra. Larrandart llamó a evitar la repetición de los modelos de utilización del derecho y de la punición que fueron creados y aplicados tradicionalmente por los hombres. “Al sistema penal no se lo puede enfocar solamente desde los problemas de género. Hay que tener también en cuenta las condiciones socioeconómicas de las personas, que en el derecho criminal son igual o más determinantes”-culminó diciendo.

La última disertación estuvo a cargo de la Dra. Marisa Herrera, quien tituló su exposición como “meditaciones nocturnas de una docente joven de derecho de familia en una universidad pública en los albores del siglo XXI”. Bajo esa propuesta, se preguntó: “¿Qué cambios habría que impulsar en la universidad para modificar el concepto masculino tradicional de la familia?”. Allí, Herrera no dudó en poner en cabeza de la institución el deber de impulsar en los docentes y en los alumnos la inquietud y el “gusto” por ir más allá de lo dado.

Por otro lado, esta joven especialista en derecho de familia llamó a desterrar las ideas de universalidad y neutralidad que dominan en la concepción de la familia en nuestro derecho. “Si ésta es una universidad pluralista, deben ingresarse cambios en la currícula en pos de respetar y dar lugar a las diferencias” -sugirió críticamente Herrera. “Sin dudas es más fácil usar los programas clásicos, porque allí está todo tarifado”, agregó la profesora, quien sostuvo finalmente que “si lo que deseamos es enseñar un nuevo derecho de familia, debemos animarnos a ser menos políticamente correctos”.

Más información sobre Academia:  http://www.derecho.uba.ar/publicaciones/pub_revista_academia.php