Acto de inaguraci髇 de la Fundaci髇 para la Capacitaci髇 e Investigaci髇 Social (FUCAIS)
Para celebrar este proyecto y el inicio de las actividades de la Fundación para la Capacitación e Investigación Social, el 25 de agosto se realizó un acto inaugural en el Salón Rojo de la Facultad, donde además de la presentación del portal de FUCAIS en la web (http://www.fucais.org), se dio lugar a la integración de un panel con el fin de debatir el Anteproyecto de Reforma Integral del Código Penal. Participaron como oradores el ministro de la Corte, Dr. Eugenio Zaffaroni, y dos de los autores del Anteproyecto, los juristas Dres. Carlos Chiara Díaz y Daniel Erbetta, quienes explicaron los motivos, cuestionamientos y cambios principales de la propuesta.
La actividad fue presidida por el Decano de la Facultad de Derecho, Dr. Atilio Alterini, quien estuvo acompañado por el presidente de FUCAIS, Dr. Alejandro Tullio. Brevemente, el Dr. Alterini expresó su orgullo por ver que la primera manifestación del accionar de FUCAIS fuese en la UBA “porque se acompasa exactamente con los propósitos de la Facultad de Derecho y la universidad pública”. El Dr. Alterini se refirió también a un convenio firmado entre la Facultad y FUCAIS que inaugurará en poco tiempo un programa de formación vía Internet, desde el cual profesionales de todo el país tendrán la oportunidad de cursar posgrados online y acceder a capacitación e interacción con profesores de distintas disciplinas sociales sin dejar sus lugares de residencia. Con respecto al convenio firmado, nuestro Decano agregó además que “este proyecto va a permitir la trascendencia de las tareas que se realizan en esta Facultad, más allá de los límites físicos de su enseñanza histórica, para llevarlos a los límites absolutos del mundo del ciberespacio”.
Alejandro Tullio explicó a su vez que la entidad que preside nació a partir de “un grupo de amigos” que pensaron en la necesidad de apropiar y adecuar las potencialidades de las nuevas tecnologías para transmitir el conocimiento, “y para difundir una reflexión no coyuntural pero que no rehuya los desafíos de cada momento”. En ese sentido, aclaró que más allá de toda discusión, la idea de FUCAIS es poder generar también soluciones concretas a problemas reales: “que dé respuesta a las necesidades y que también contribuya desde el sector académico a que los interrogantes que se nos hacen, sean tan profundos como los desafíos de la realidad”.
Seguidamente, se dio paso a la charla programada en torno al Anteproyecto de Reforma Integral del Código Penal, al que el Dr. Tullio calificó como “necesario” para abrir una discusión en la sociedad argentina y que “fue hecho con total buena fe”, con la intención de enriquecer el debate.
El Dr. Carlos Chiara Díaz explicó que la intención principal de la reforma fue dar inicio a un debate álgido sobre el Código Penal. “El estado actual de su texto, parece más un código de un Estado policial que de un Estado de derecho”, sostuvo este miembro de la comisión reformadora, para quien el Anteproyecto trata de adecuar el derecho penal vigente a los principios constitucionales y a los tratados de derechos humanos.
Por otro lado, reivindicó el valor de la codificación, siendo que otorga un valor de previsión saludable, y además acabaría con las más de sesenta leyes especiales que complementan la legislación penal actual. “Se trabajó arduamente durante un año y medio en la comisión —comentó Chiara Díaz—, pero además se puso el texto al acceso de todo el público, quien pudo hacer sus aportes, críticas y comentarios”.
Más en concreto, el expositor defendió la prioridad que se le da a los bienes jurídicos más preciados en el Anteproyecto, como el derecho a la vida, el castigo del genocidio, de crímenes de guerra, y la punición de la tortura. En cuanto a la regulación del aborto, expresó que “si bien puede merecer críticas la redacción del articulado, debe rescatarse el intento por establecer una norma que defina la cuestión”. Por otro lado, Chiara Díaz mostró también las innovaciones en términos procesales, donde se abren posibilidades a la víctima para participar del proceso.
A continuación, el Dr. Daniel Erbetta, quien también forma parte de la comisión, destacó la integración plural y representativa del equipo de trabajo. “Ello se tradujo en un alto nivel de discusiones y numerosos disensos”, agregó, aunque dejó en claro que han llegado al “consenso por alcanzar el mayor grado de compatibilidad constitucional e internacional”. Por otro lado, enumeró las distintas causas que motivaron la reforma: expansión, banalización, dispersión, incoherencia, contradicción, etc. “Se ha desquiciado el sistema penal en argentina, alterándose todas las escalas valorativas de bienes jurídicos” —enfatizó. Además, Erbetta sostuvo que actualmente funciona un sistema penal cautelar y precondenatorio, que se encuentra dominado por la prisión preventiva. En ese sentido, rescató que “el Anteproyecto intenta recuperar algo de sensatez”.
Para finalizar, el Dr. Zaffaroni, Director Académico de FUCAIS, felicitó a la Comisión “que representa lo mejor del pensamiento penal del país”. Si bien esbozó algunas observaciones jurídicas y políticas al proyecto, el ministro de la Corte se preguntó “por qué genera tanto escándalo un texto que es liberal y garantista, si desde hace más de 150 años la Constitución es liberal y garantista”. De esta manera, nuestro profesor hizo un rico relato histórico de las reformas al Código Penal. Recordó así el primer código de Carlos Tejedor, quien tradujo en 1886 el texto de Feuerbach, “que era el más liberal del siglo XIX”. Años más tarde, en 1891, los Dres. Rivarola, Piñero y Matienzo —todos ellos “positivistas extremos”—, propusieron una reforma que seguía siendo garantista. Aun así, en 1916, Rodolfo Moreno (h.), principal exponente conservador del momento, incorporó a un yrigoyenista y a un socialista en la comisión especial de reforma, generando consensos. Y si ello no fuera suficiente, Zaffaroni comentó que hasta en la década de infame, el Congreso rechazó un proyecto que incluía la pena de muerte por electrocución. Esta tendencia liberal y garantista —con matices—, que duraría hasta la década del sesenta cuando se llegó a derogar el Código, demuestra para Zaffaroni que pensar en un derecho penal atado a la Constitución, es pensar incluso de acuerdo a nuestras mejores tradiciones.