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Año XIII - Edición 238 09 de octubre de 2014

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A 30 años del Nunca Más

  • Nota de Tapa

Con una gran cantidad de asistentes, el 18 de septiembre tuvo lugar en el Salón Rojo de la Facultad de Derecho la conmemoración del 30º aniversario del informe Nunca Más. En esta oportunidad, Magdalena Ruiz Guiñazú, Graciela Fernández Meijide, Santiago López y Norberto Liwski se hicieron presentes para analizar ese momento histórico y compartir el papel que a cada uno le tocó desempeñar en el contexto de la CONADEP. El evento fue auspiciado por la Cátedra libre "Democracia y Estado de Derecho" Raúl Alfonsín y el Instituto de Derechos Humanos Mario Abel Amaya. La actividad contó asimismo con la presencia de Carlos Arslanián, Jorge Torlasco, Jorge Valerga Araoz y Guillermo Ledesma, integrantes de la Cámara que juzgó a los comandantes; yde Claudio Avruj, subsecretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Previo a las exposiciones, se presentó un video del momento en que la CONADEP hizo entrega del informe al Presidente Raúl Alfonsín. Acto seguido, la Decana Mónica Pinto celebró la gran asistencia y explicó que el Derecho vigente de nuestro país cuando se restablece la democracia no contemplaba ningún conjunto de elementos que permitieran enfocar el pasado reciente desde un punto de vista sistémico. Por otro lado, mencionó que casi todos los contextos de restablecimiento democrático de los años 80 parecen vincular de modo fundamental la democracia con la verdad y la justicia. “Cuando el Presidente Alfonsín decide crear la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, le prevé como objetivo intervenir activamente en el esclarecimiento de los hechos relacionados con la desaparición de personas ocurridos en el país, averiguando su destino o paradero, como así también toda otra circunstancia relacionada con su localización”, describió Pinto. Así, la misión determinada no contemplaba asignar responsabilidades y la Justicia, receptora del material logrado, sería la encargada de delimitar las responsabilidades y decidir sobre los culpables. Sostuvo que desde la Facultad de Derecho se entiende que la memoria se construye cotidianamente, por lo que “fomentamos la memoria, lo hicimos en el pasado, lo hacemos en el presente y nos comprometemos para que se haga en el futuro”.

Acto seguido, Santiago López, quien integró la CONADEP en su condición de diputado Nacional por la UCR, subrayó que la existencia de la Comisión no puede analizarse aisladamente, ya que hubo hechos que la precedieron, hubo situaciones mientras funcionó y también posteriormente. “Este contexto nos lleva a analizar lo que vivió la Argentina y el mundo en el siglo XX”, comentó. “Esta locura tenía una doctrina, se refería a algo, vivíamos un mundo que no está ahora, por eso a veces es difícil explicar lo que sucedió en Argentina si no miramos el contexto”, resaltó. En este sentido, argumentó que el mundo bipolar y la Guerra Fría fueron la base donde se sustentó la teoría de la seguridad nacional. “La teoría de la seguridad nacional fue el manto que cubrió los crímenes realizados”, añadió. En este sentido, mencionó la Crisis de los Misiles como un golpe importantísimo, a partir del cual se extreman las medidas para asegurar el tradicional sistema de vida “occidental y cristiano”. Por otra parte, recordó que cuando le tocó desempeñar el cargo de Diputado Nacional, sintió un gran orgullo por ser invitado a participar de la CONADEP. “Agradezco a todos los miembros de la Comisión la lección de humildad y trabajo de equipo que me dieron”, comentó.

Seguidamente, tomó la palabra Graciela Fernández Meijide, quien tuvo a su cargo la Secretaría de Recepción de Denuncias de la CONADEP y fue miembro activo de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos durante la dictadura militar. Evocó esta última, la que al igual que otros organismos deseaba una Bicameral cuando llegó la democracia. “Queríamos una Bicameral porque los militares antes de irse, en uno de sus últimos actos, se dieron la autoamnistía y todos creían que iba a ganar el justicialismo”, recordó. La otra oferta con chances de llegar el poder proponía investigar y someter a juicio, con los niveles de responsabilidad y respetando el tribunal natural. En este marco, resaltó que “en nuestros documentos decíamos que queríamos una condena social y moral, no hablábamos de juicio, a pesar de que nos habíamos dedicado a juntar los elementos para un día llegar a la Justicia”. Destacó especialmente la inesperada aparición de los sobrevivientes, quienes habían estado hasta tres años secuestrados y no se tenían noticias de ellos porque los casos no habían sido denunciados. “Esa gente tuvo el coraje de dejar atrás los tormentos, los miedos, la seguridad familiar, porque nadie creía que los militares habían perdido el poder. Esa gente nos permitió construir una prueba que de otra forma no hubiéramos tenido”, enfatizó. En cuanto a Alfonsín, puntualizó que quedará en la historia como quien fue capaz de revertir una tendencia en Argentina a amnistiar y aceptar que las Fuerzas Armadas tenían derecho a intervenir para poner orden cada vez que la política no podía solucionar los problemas.

Acto seguido, Magdalena Ruiz Guiñazú, miembro ad honorem de la CONADEP y quien tuvo un aporte decisivo en la investigación y la edición del libro Nunca Más, así como del documental televisivo homónimo, hizo referencia a que ella no había militado en una asociación de derechos humanos. “En 1977, desaparece Eduardo Frías, jefe de fotografía de la Editorial Atlántida, y se me terminaron todas las dudas. La desaparición de personas era un hecho atroz que existía en nuestro país”, evocó. Indicó que en la CONADEP se trabajó con un gran respeto y humildad. “No es verdad que había que pedir perdón porque en 30 años de democracia no se había hecho nada por los derechos humanos (…) Esto se hizo en el país y todavía tiene sus efectos”, expresó. Además, manifestó la satisfacción por haber contribuido, mediante el informe, a que los responsables fueran condenados o por lo menos enjuiciados. Por otra parte, consideró importante reconstruir e investigar las desapariciones que ocurrieron durante el gobierno constitucional de Isabel Perón.

Luego, Norberto Liwski, presidente del Comité para la Defensa de la Salud, la Ética y los Derechos Humanos (Codeseh) y profesor asociado de la Cátedra Cultura para la Paz y Derechos Humanos, de Adolfo Pérez Esquivel, afirmó que con el transcurso del tiempo se advirtió que “nuestro testimonio no fue en vano, no por lo individual sino básicamente por lo colectivo”. Liwski también recalcó el valor intergeneracional que tiene el Nunca Más. Además, entendió que “sobrevivir en los campos de concentración con cada uno de los dolores que cada uno lleva consigo es también una profunda responsabilidad, que tenía como casi primera oportunidad de manifestarse la CONADEP, dando a conocer no el padecimiento personal, sino la experiencia colectiva de un campo de concentración”. En la misma línea argumental, Liwski examinó que esa responsabilidad los hacía actores de una historia política de ese golpe de Estado y su terrorismo de Estado. “La construcción del testimonio también ha sido un gran esfuerzo”, estimó.

“Desde la Facultad de Derecho se entiende que la memoria se construye cotidianamente, por lo que fomentamos la memoria, lo hicimos en el pasado, lo hacemos en el presente y nos comprometemos para que se haga en el futuro”, expresó la Decana Mónica Pinto.