Werner Goldschmidt: su vida y su obra
Organizada por el Seminario Permanente sobre la Historia de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, el 25 de septiembre en el SUM del Instituto Gioja, se llevó a cabo la actividad “Werner Goldschmidt: su vida y su obra”. El encuentro contó con la participación de los profesores Alicia Perugini y Miguel Ángel Ciuro Caldani.
Tras una breve presentación por parte de Luciana Scotti (vicedirectora del Instituto Gioja), Alicia Perugini contó que Werner Goldschmidt nació en Berlín el 9 de febrero de 1910. Su padre era profesor titular de Derecho Procesal y de Derecho Penal, dos veces elegido por sus pares como decano. “En aquella época un profesor universitario tenía un rango superior al de un ministro, los profesores universitarios ganaban mucho más que un ministro y el canciller los invitaba una o dos veces por año a un evento en la cancillería”, recordó. Y expuso que su madre era una de las primeras en inscribirse en la universidad y estaba haciendo una carrera de economía pero abandonó para dedicarse al hogar cuando se casó.
Asimismo, expuso que “Goldschmidt en la secundaria realizó un trabajo sobre las enfermedades en Thomas Mann y fue tan bueno que le sugirieron enviarle su trabajo a Mann. Pero es en la universidad donde Werner se destaca: hizo parte de su carrera en Berlín, luego el Kiel y luego su tesis doctoral en Hamburgo”. Su tesis se tituló “La conciencia de la antijuridicidad en el delito del allanamiento de morada” y luego decidió hacer la carrera judicial aunque su verdadera vocación era la filosofía.
Por otra parte, Perugini recordó que alrededor de 1949 Goldschmidt recibió una invitación de la Universidad Nacional de Tucumán para dar Derecho Internacional Privado, invitación que él recibió con alborozo.
A continuación, Miguel Ángel Ciuro Caldani expresó: “Pocas veces la vida de alguien está tan profundamente interrelacionada con su obra como en el caso de Werner Goldschmidt, quien no podía ser otra cosa que trialista porque había vivido la injusticia de una manera impresionante y había vivido la falsedad humana de muchos seres humanos de una manera impactante”. Y sostuvo que “si Goldschmidt no hubiera intentado con éxito superar el normativismo kelseniano, hubiera sido una persona profundamente inauténtica porque en lo profundo de su vida estaba la vivencia de la necesidad de la justicia concreta en la vida de cada ser humano”.
Además contó que Goldschmidt decía que “jurista es quien a sabiendas reparte con justicia y aunque sea polémico el concepto de justicia, él lo necesitaba imperiosamente y necesitaba un discurso en el que se dijera que hay gente que tiene un tratamiento injusto en lo concreto de la vida porque él lo había sufrido”.
Luego reflexionó: “Si Goldschmidt no hubiera sido tridimensionalista, hubiera sido una persona profundamente inauténtica”. Y manifestó que “la obra de Goldschmidt está muy lejos de haber terminado el 21 de julio de 1987 cuando murió en Buenos Aires: la obra de Goldschmidt se está produciendo, vive y crece en cada momento”.