Violencia obstétrica y los derechos humanos de las personas gestantes
Organizado por las cátedras del profesor Juan Antonio Travieso, el pasado 26 de junio, se llevó a cabo la actividad "Violencia obstétrica y los derechos humanos de las personas gestantes". Expusieron: Juan Antonio Travieso, Romina Sckmunck, Pao Raffetta, Cecilia Pinski y María Soledad da Silva. Iara Calafat y Victoria Mijailoff moderaron el intercambio.
Juan Antonio Travieso expresó que “la casa es grande pero el corazón lo es aún más. El corazón es más importante y más en estos temas que conmueven y mucha gente no conoce”. Y agregó que “la violencia obstétrica es una que no conoce clase porque los casos ocurren tanto en el Mater Dei como en el hospital de Florencio Varela”.
Posteriormente, Marisa Aizenberg comenzó hablando sobre las regulaciones en garantías de derechos, recalcando que “esta norma de violencia obstétrica forma parte de un conjunto de normas. A pesar de esto hay historias muy trágicas. En esta Argentina que muchas veces no tiene las condiciones para cumplir las normas es importante generar ciudadanía sanitaria porque hay poco conocimiento e infraestructura que incluyen las medidas de seguridad. Esto es responsabilidad del Estado”.
Romina Sckmunck se refirió al fallo Sarsi c/Argentina de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del 16 de noviembre 2022: “Un fallo de importancia porque es la primera vez que la Corte Interamericana se pronuncia en un caso contencioso sobre la violencia obstétrica, también tener presente que es un hecho que tiene 30 años”, comentó. Una de las cosas que destacó de la sentencia fue la responsabilidad y obligación directa del Estado. Acto seguido, se ocupó de detallar los hechos que llevaron al caso. “Cristina Sarsi, de 38 años con un embarazo de 40 semanas, que se presentó con dolores lumbares y pérdida de líquidos que dio como resultado que el feto había muerto, esperando la operación durante 2 horas en una silla. Cristina sufrió de un paro cardiorrespiratorio. La Corte dictaminó con este resultado que había tanto daño al derecho a la salud como a la vida”, sostuvo. Por su parte, señaló que también se vio una “afectación a las garantías constitucionales". Luego se refirió y enfatizó en las consideraciones hechas por la Corte Suprema de Justicia de la Nación sobre las prestaciones del servicio a la salud: “La Corte refiere que todo lo que son los derechos sexuales y reproductivos que hacen parte a los derechos sociales, económicos y culturales su reconocimiento y voz son inseparables de los derechos civiles y políticos. Menciona también que esto implica que la salud reproductiva no debe ser sometida a los maltratos de la salud pública”. Para finalizar resaltó la importancia del derecho a la información en el tema.
A su turno, Cecilia Pinski compartió una serie de reflexionesdesde una visión médica. “Hay una de las cosas que es fundamental. En los hospitales públicos no tienen la posibilidad de dar anestesia a las pacientes”, recalcó. Entonces, señaló que una de las principales causas de la violencia obstétrica es la falta de recursos humanos. “En los hospitales públicos hay muy pocos anestesiólogos”, remarcó. Asimismo, describió las diferentes problemáticas que se dan durante el trabajo de parto que además se agrava sin anestesia. “El sistema además impone poco tiempo, por la falta de recursos y la cantidad de demanda que hay”, destacó. Y enfatizó en la importancia de la información a la paciente y las políticas de salud pública en relación con el acceso a la anestesia.
Luego, María Soledad da Silva se enfocó en la parte jurídica. “Son temas que no tienen gran visibilidad. (...) Se piensa que son casos aislados porque los que producen efecto son los que se judicializan cuando ocurre la muerte de la madre. Se van a dar cuenta que, escuchando el relato de las mujeres que dieron a luz, muchas sufrieron de violencia obstétrica. Son las micro violencias como la violencia psicológica que no dejan huellas las más permanentes. Son el gran componente de la violencia obstétrica y que sea invisible para la mayoría”, sostuvo. “Esta violencia además es institucional y se desconoce la clase social y las fronteras. Las Naciones Unidas tiene un informe del año 2015 con todo un registro mundial donde se ve que las prácticas se repiten en varios países. A pesar de no reconocer la clase social no hay que hacer caso omiso a la violencia económica y racial que se vive en los grupos más marginados. La violencia obstétrica no solo afecta a las madres, sino que también entran los niños. La madre o persona gestante y el niño son un binomio, su bienestar se analiza en conjunto”, manifestó. En ese sentido, definió lo que es la violencia obstétrica desde el derecho. “La Ley 26.485 define la violencia obstétrica como una de las formas de violencia de género. Aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y el proceso reproductivo de las mujeres. Entonces, la violencia se ve tanto en lo físico como psicológico. Esto sobre todo es violencia institucional y con una relación de poder asimétrica”, explicó. Para concluir, detalló las diferentes medidas de seguridad que las leyes proveen sobre los casos.
Por último, Pao Raffetta habló de su experiencia personal como persona trans. La violencia sufrida fue tanto en el parto como en la etapa de postparto. “Cuando salí de la sala, uno de los del personal de salud me pregunto: ‘Che pibe, donde está la madre de ese bebé’. A lo que respondí: ‘Soy yo’. Y causó la burla del susodicho. Antes del parto hasta se me cuestionó la entrada a la sala de parto. Esto fue mucho antes que muchas de estas leyes existan”.