V Conferencia Internacional de Arbitraje
El 5 de junio pasado se realizó en el Salón Verde la V Conferencia Internacional de Arbitraje, organizada por BA Arbitration Review.
Las palabras de inicio estuvieron a cargo de Nicolás J. Caffo, quien explicó que “a partir de eventos como este podemos fomentar la difusión y conocimiento del proceso arbitral para que el arbitraje sea una verdadera forma de resolución de conflictos”. En este sentido, desde BA Arbitration se creó un sistema de corresponsales a través del cual se contactó a diferentes practicantes del arbitraje internacional en otros países, quienes envían un informe que se sube a la página web. “Esto nos permite no solo tener actualizada la página web con las novedades, sino también tener presencia física en más de 18 países del mundo”, subrayó. Asimismo, BA Arbitration publica vía web aportes doctrinarios.
El primer panel se tituló “¿En qué pensar para designar un árbitro de parte? ¿En qué pensar para impugnar la designación de un árbitro?” y estuvo a cargo de José Martínez de Hoz (PAGBAM-Buenos Aires) y Marco Schnabl (Skadden-Nueva York).
Primeramente, Marco Schnabl aseveró que la selección de los árbitros es la función más importante y de mayor valor agregado que le pueden dar los abogados expertos en arbitraje a los clientes, en el caso de los arbitrajes comerciales. El orador afirmó que existe un “mundillo restringido” de gente que siempre termina siendo árbitro, y continuamente “nos encontramos e intercambiamos ideas”. Conocer al jurado es por lejos el mayor valor agregado que le pueden dar aquellos que manejan las reglas del arbitraje. Estas reglas del arbitraje pueden ser aprendidas por cualquier abogado, lo que solamente aquellos que saben y se manejan en el tema pueden hacer es conocer a aquellas personas aptas para un caso particular y poder ajustar la elección y selección de los árbitros al caso que uno tiene por delante. Asimismo, el orador agregó que “la belleza del sistema arbitral cuando funciona correctamente es que no permite los excesos”. Del mismo modo, remarcó que hay poca fluctuación en la “mafia del arbitraje”, y esto tiene que ver con el costo de adquirir información. Otro criterio de selección tiene que ver con la disponibilidad de los árbitros. Por otro lado, el disertante destacó que “los mejores árbitros no son aquellos que se inclinan por uno u otro bando, son aquellos que tienen una responsabilidad y la reputación de ser independientes”. En este sentido, la única forma de que un árbitro sea designado en forma continua es tener una reputación que no lo haga atarse a un bando o a una teoría. Para finalizar, Schnabl aseveró que es absurdo elegir un árbitro sin conocer los hechos del caso y sin haber hecho un plan de ataque, un plan desarrollado de cómo será la demanda de arbitraje o cómo se va a defender el caso, y cuáles serán las posturas que cada uno de los candidatos que queremos elegir tiene respecto a las teorías jurídicas.
A continuación, José Martínez de Hoz estimó que uno de los momentos más difíciles como abogado es elegir el árbitro. En este sentido, es una tarea terrible porque se debe jugar la ficha sin quemar nombres. “En algunos casos, como cuando hay partes múltiples, la designación las realiza la autoridad nominadora, lo que es un gran alivio, porque lo peor que a uno le puede pasar como abogado es elegir un árbitro que no funcione”, reconoció. En este marco, que no funcione no quiere decir que su voto no sea a favor de la posición de la parte, puede querer decir que sea un árbitro que no interactúe con el tribunal o que no tenga ninguna disponibilidad de tiempo y que el arbitraje se demore. Martínez de Hoz también recordó que lo más importante no es que el árbitro tenga química con quien lo propone, sino con sus coárbitros y con el presidente del tribunal arbitral.
Por su parte, Roque Caivano (Árbitro Internacional CIADI-CCI) relató que tuvo un caso en el que fue recusado por la parte que lo designó. “Yo no me siento atado a nada de lo que la parte quiera plantear y considero que el fondo de la cuestión no es un tema que se pueda hablar con la parte en las entrevistas previas”, declaró Caivano.
Retomando la palabra, Schnabl analizó que mucho de lo que se dice del arbitraje está signado por las experiencias en Argentina sobre el arbitraje de inversión, y no todas las cosas se transportan o son manifiestamente iguales en el arbitraje comercial. Por ejemplo, las impugnaciones de árbitros están muy de moda pero “en el mundo comercial, que yo uso como modelo, no es algo habitual”, diferenció. De esta manera, en el contexto puramente comercial, las dos cuestiones que nos preguntamos en cuanto a disposición en el caso son si es un árbitro de derecho o si es un árbitro de equidad. En relación con las recusaciones, Martínez de Hoz sostuvo que uno se enfrenta con situaciones en las que debería recusar pero las chances son muy bajas. “En CCI, para hablar de arbitraje comercial, el 21% de los casos de recusación son exitosos. En arbitraje de inversión, particularmente en CIADI, el porcentaje es más bajo”, señaló.
Seguidamente y en respuesta a una pregunta, Roque Caivanoaseguró que lo que privilegia a la hora de elegir un árbitro tiene que ver la imagen que pueda tener de imparcialidad e independencia, en especial frente al presidente del tribunal. “He tenido casos que los que el árbitro era tan manifiestamente parcial que el presidente del tribunal dejó de oírlo al tercer día”, puntualizó Caivano.
Posteriormente, el segundo panel estuvo conformado por Ignacio Suárez Anzorena (Clifford Chance LLP – Washington), quien expuso sobre “¿Es posible ejecutar laudos anulados?”; Osvaldo Guglielmino (Guglielmino & Asociados – Buenos Aires), cuya disertación versó sobre “Responsabilidad de los abogados en el abuso de las pretensiones”; y Sandra González (Ferrere – Uruguay), quien habló sobre “Técnicas y estrategias para preparar un ‘cross examination’”.
“La belleza del sistema arbitral cuando funciona correctamente es que no permite los excesos”, agregó Marco Schnabl.