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Año XVI - Edición 288 13 de julio de 2017

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¿Una filosofía del derecho para el mundo latino?

  • Notas

Organizada por la Maestría en Filosofía del Derecho, el pasado 15 de junio en el Aula 1 de Extensión Universitaria tuvo lugar la conferencia “¿Una filosofía del derecho para el mundo latino?”,por parte del profesor Diego Duquelsky.

Luego de una presentación a cargo del director de la Maestría en Filosofía del Derecho, Ricardo A. Guibourg, Diego Duquelsky hizo referencia al modo en que, algunas tradiciones jurídicas, particularmente la anglosajona y alemana, nos imponen el tratamiento de sus “tópicos de moda”: estudiar ciertos autores y atender determinadas problemáticas. Por este motivo, Duquelsky expresó que resultaría de interés desarrollar teorías del derecho “regionales” en torno a distintos círculos culturales y planteó la idea de “lo latino como localismo globalizado relocalizado”. En este marco, manifestó que “la primer paradoja que nos encontramos es que el mundo latino, desde el que se pretende presentar una visión cultural alternativa, no es otra cosa que un localismo globalizado relocalizado, esto es algo que es local y se impone a nivel global”. Por otro lado, remarcó que no es característica definitoria del mundo latino una raíz idiomática, tomando como ejemplo los países africanos que hablan francés, que claramente esas culturas están distanciadas de las latinas.

La segunda problemática, señaló, tiene que ver con preguntarse quiénes pueden ser considerados iusfilósofos del mundo latino. Entonces, se preguntó: “¿Basta con haber nacido en un país que se hable algún idioma latino o la condición de iusfilósofo latino viene dada por la formación, las preocupaciones, los temas que aborda?” y realizó una crítica a los iusfilósofos argentinos que sólo estudian, enseñan y dialogan con autores anglosajones, con el objetivo de aparecer citados en la nota de pie de alguna de sus obras.

Acto seguido, Duquelsky reconoció que si bien durante mucho tiempo la “latinidad” fue sinónimo de lo civilizado, a partir del proceso de “relocalización” previamente analizado esta concepción se revirtió. “Basta con pensar en los arquetipos que presenta el cine o las series de televisión, las empresas de turismo, las revistas de interés general”, expresó. Tal como, el apasionado latin lover, los fervientes aficionados de fútbol que hacen inigualable el espectáculo de Boca-River y las señoras fervientemente religiosas. En esta línea, sostuvo que la construcción de esta suerte de sentido común es lo que, al mismo tiempo que aparentemente resalta el costado positivo de esos atributos, legitima la primacía del pensamiento racional, abstracto, universal propio de la cultura anglosajona.

Finalmente, dedicó su ponencia a explicar el proceso de latinización de América y desarrollar la cultura jurídica heredada de tradiciones imperiales.